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Domingo, 29 de septiembre de 2013

Argentina Sauria

 Por Ezequiel Acuña

Los primeros restos de dinosaurios en Argentina fueron reportados por Florentino Ameghino en 1890. Pero la paleontología tiene una larga tradición en nuestro país, que se inició, como la ciencia misma en estas pampas, con el trabajo de las órdenes religiosas: en 1787, un fraile dominico, Manuel Torres, desenterró de las barrancas del río Luján el primer esqueleto completo de megaterio, no un dinosaurio sino un mamífero de 18 millones de años. Según cuenta Babini en su Historia de la ciencia argentina, el gigantesco esqueleto fue enviado a Madrid y despertó tal interés que Carlos III, muy entusiasmado, reclamó que enviaran otro... pero vivo.

El aniversario de la fiebre Jurassic Park es una buena oportunidad para señalar que los argentinos no solo contamos con Maradona, con Messi y con el Indio Solari, sino también con el dinosaurio más grande documentado hasta el presente: el Argentinosaurus, descubierto por los destacados paleontólogos argentinos José F. Bonaparte y Rodolfo Coria en 1989, en Plaza Huincul, Neuquén (aunque la publicación del estudio y descripción del fósil fue en 1993 y está cumpliendo, también, 20 años).

Un año más tarde, Fernando Novas, paleontólogo investigador del Conicet, jefe del laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y autor del libro Los dinosaurios de la Argentina, viajaba junto a Pablo Puerta a la Sierra del Portezuelo con la intención de encontrar restos fósiles de dinosaurios carnívoros. Para ese entonces no se sabía nada de los depredadores del Hemisferio Sur, y solo se conocía lo que contaban los libros norteamericanos e ingleses. “Ahí encontramos los primeros restos de una fauna maravillosa –dice Novas–. Y el primer dinosaurio que descubrí lo llamé Patagonykus, ‘la garra de la Patagonia’. Luego, dado que habíamos llegado a tan importante yacimiento, seguimos trabajando en ese lugar.”

Para la época en que se estrenaba Jurassic Park, Novas y Puerta desenterraban, limpiando con el pincel como el personaje de Sam Neill, una garra de unos 40 centímetros que resultó ser la garra de un nuevo dinosaurio carnívoro que había merodeado por la Patagonia aproximadamente 80 millones de años atrás, de unos 7 metros de largo, y al que dieron en llamar Megarraptor Namunhuaiquii.

¿Qué pasó en el Período Jurásico en esta región?

–El Jurásico, que se extiende de 200 a 150 millones de años atrás, es el momento en el que los dinosaurios tienen un desarrollo fantástico, comienzan a crecer y se diversifican. Eran muy parecidos a los que vivían en Africa, en Europa, y en Norteamérica. Porque América del Sur y Africa estaban pegadas, no existía el océano Atlántico. Cuando Gondwana se va fracturando, comienzan a separarse América del Norte de Eurasia y América del Sur de Africa. Y estos dinosaurios del Cretácico, de 150 a 65 millones de años atrás, es decir, el último de los capítulos de la Era Mesozoica, comienzan a tener manifestaciones evolutivas diferentes. Como se aíslan geográficamente de sus primos norteños, tenemos otros caminos evolutivos. Y así como en el norte predominaron entre los carnívoros el Tyrannosaurus Rex y su primo hermano el Tarbosaurus, de Asia, muy parecidos, en Sudamérica, en Africa, en la India, en Australia, en los continentes del sur, no hay Tyrannosaurus. Los que ocuparon ese rol de grandes depredadores fueron otros linajes, totalmente distintos: el Giganotosaurus, el gran carnívoro del sur, que superaba en corpulencia y robustez al Tyrannosaurus norteamericano. También tuvimos a los extraños Megaraptores y al Unenlagia, que está cercanamente emparentado con las aves porque tenía adaptaciones en los brazos que le permitía moverlos ampliamente.

Bueno, éstos que usted menciona son carnívoros. ¿Y los herbívoros?

–Algunos eran chiquititos, como el Gasparinisaura. Tenían mandíbulas adaptadas para triturar material vegetal resistente. Tenían parientes más grandes, el Talenckauen, del tamaño de un caballo, que tuvimos la suerte de descubrirlo en la provincia de Santa Cruz. Pero al lado de estos herbívoros, vivieron otros que fueron completamente descomunales; los sauropodos. Son los de cuello largo, cola larga y cuadrúpedos. Estos dinosaurios, que impresionan por su tamaño, tienen al Argentinosaurus como su caso más emblemático, el más famoso. En todo el mundo es conocido este dinosaurio tan patriota. Y uno se puede preguntar por qué crecieron tanto los dinosaurios.

¿Por qué crecieron tanto los dinosaurios?

–No lo sabemos. Y tampoco sabemos por qué fue aquí, en la Patagonia, donde se descubren los dinosaurios más grandes del mundo. Hasta el momento no hemos encontrado una respuesta clara. Creo que no se ha indagado en este tema de por que aquí se encuentran los más grandes.

Mi recuerdo de la primera vez que vi Jurassic Park es el de un nene de siete años en un cine de la calle Lavalle que temblaba con cada aparición del T-Rex. Usted, que ya conocía a estos bichos enormes y feroces, ¿estaba entusiasmado con la película de Spielberg?

–Absolutamente. Nosotros estábamos acostumbrados a ver Ultraman, las películas de Godzilla, que era evidente que era un hombre disfrazado. Después sí, había otras lindas animaciones de muñecos que los hizo uno de los grandes del cine de ciencia ficción que era Harryhausen. De modo que nos sentamos con ansiedad en la butaca para ver Jurassic Park. Y cuando vimos por primera vez esa escena en que el paleontólogo se cae al suelo cuando ve ese Brachiosaurus caminando por ahí también nos pasó lo mismo a nosotros. Obviamente era la primera vez en nuestra historia que podíamos ver algo lo más cercano a la realidad. Todos los paleontólogos te van a decir lo mismo. Por supuesto que la película tenía estos ribetes de explicar cómo habían vuelto a la vida a los dinosaurios: era lo que menos me importaba. Y supongo que a todos los demás también. Estábamos ansiosos por ver a los dinosaurios vivos en una historia de acción. Porque sabemos que no los podemos volver a la vida.

Y errores...

–Los dinosaurios estaban hermosamente reconstruidos porque Spielberg contó con el asesoramiento de un paleontólogo norteamericano, Jack Horner. Pero es una película de ciencia ficción. Hoy puedo decirte que el Dilophosaurus, que tiene esa vela que larga y escupe veneno, es un invento absoluto que no tiene ningún relato anatómico con lo que tenemos representado por los huesos. Pero bueno, uno no puede decir tampoco que esté mal hecha. Al contrario, me pareció maravillosa.

¿Hubo un cambio en el interés de la gente por la paleontología y el estudio de los dinosaurios después de la película?

–El tema es que porque son fascinantes es que se puede hacer una película. Es algo muy poderoso. Son grandes y feroces. Ahora, la pregunta es de dónde surgió Jurassic Park. Es toda una manifestación de una tendencia previa, fundamentalmente de la década del ‘80, donde el paleontólogo comienza a exponer sus descubrimientos en las prensa, a anunciar sus descubrimientos. Entonces no es que no había nada antes de Jurassic Park. Hubo toda una cocina previa que fue generando en la sociedad un interés, el paleontólogo expresaba sus conocimientos en el diario para el gran publico. Comenzó a haber documentales. Y hubo una serie de documentales sobre dinosaurios realmente interesantísimos y de muy buena calidad. Y luego hubo uno que dijo “voy a escribir un libro de ciencia ficción”, digamos, Crichton. Y después, recién, vino la película. De modo que fue todo un continuum donde fue creciendo el interés. Ahora, esa película entusiasmo a toda la sociedad. Pero no fue una moda, continúa. Genera nuevos cultores, se sembró en los pibes algo. Aparecieron muchas revistas que compraban los chicos, pero eran de dinosaurios, no de la película directamente.

Y además de que algunos científicos pusieron a prueba la teoría del mosquito con ADN conservado en el ámbar, ¿tuvo repercusión en el campo científico o fue nada más que otra película de ciencia ficción?

–Bueno, de hecho, en Estados Unidos, a partir de los millones de dólares que estaba generando la película, algunos como Don Lessem empezaron a buscar que algo fuera llevado para el sustento de la investigación paleontológica. Así surgió la Dinosaur Society y también la Jurassic Foundation creada en 1998, que se sostiene por las donaciones de Amblin Entertainment y Universal Studios. Tuvo repercusión científica porque generó fondos que nos permitieron a nosotros, paleontólogos de todo el mundo, bancar nuestras expediciones. A nosotros la Jurassic Foundation nos pagó una expedición para volver al campo a sacar más restos de Megarraptor. Y no solamente a mi equipo, sino grandes paleontólogos de la Argentina, como Leonardo Salgado, Jorge Calvo, Rodolfo Coria, por decirte algunos que también fueron beneficiados por esta ola generada por Jurassic Park.

Para un paleontólogo apasionado por los dinosaurios, ¿la Argentina es un parque jurásico?

–Puede ser. La Argentina tiene un panorama de enorme diversidad de fósiles de dinosaurios sembrados por San Juan, la zona cuyana, Chubut, Santa Cruz, y, lógicamente, Neuquén, donde cada nuevo edificio construido en la ciudad suele traer algún fósil. Además, en Argentina fueron encontrados representantes de los dinosaurios más antiguos. El abuelo de los dinosaurios fue encontrado en rocas del Período Triásico, 235 millones de años, que afloran en la provincia de La Rioja, en el parque nacional Talampaya. Y en el Valle de la Luna, en San Juan, es donde tenemos los dinosaurios más antiguos del mundo y los mejor conocidos. Hoy hay una gran cantidad de paleontólogos especializados en dinosaurios en nuestro pais, haciendo que la Argentina sea uno de los países más importantes para conocer esta historia.

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El paleontólogo argentino Fernando Novas.
Imagen: Xavier Martin
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