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Miércoles, 23 de septiembre de 2009

SANTA FE › REMITEN A JUEZ RODRíGUEZ CONFESIóN DE PERIZZOTTI

Investigarán al mayor Jorge Diab

 Por Juan Carlos Tizziani

El ex subjefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122 durante la dictadura, mayor Jorge Roberto Diab quedó bajo la lupa de la justicia. El Tribunal Oral Federal remitió ayer al juez Reinaldo Rodríguez, una copia de la indagatoria del ex jefe de la Oficina de Coordinación del Area 212, comisario Juan Calixto Perizzotti, quien acusó al militar de haberle entregado diez mujeres que estaban secuestradas en un centro clandestino de detención en Santo Tomé, a fines de marzo de 1977.

La resolución fue adoptada a pedido de los fiscales Martín Suárez Faisal y José Ignacio Candioti para que su colega de primera instancia Cintia Gómez abra una causa penal o incorpore la confesión de Perizzotti a las investigaciones en curso que ya tienen bajo la mira a Diab, quien era el segundo del ex jefe de Inteligencia Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini, que estaba imputado en el juicio a los represores de Santa Fe, pero zafó por su estado de salud. Ya hace cuatro años, el 5 de abril de 2005, cuando fue detenido e indagado, Marcellini mencionó a sus subordinados.

Perizzotti dijo que el operativo que comandó Diab en marzo de 1977 cuando le entregó las diez mujeres secuestradas en el chupadero se cumplió por orden del ex jefe del Area 212, coronel Juan Orlando Rolón. Y recordó lo que Rolón le había dicho cuando se hizo cargo de la Oficina de Coordinación del Area 212, en enero de 1977: "Mis órdenes se cumplen, no se discuten ni se comentan".

"Yo voy a asumir mi responsabilidad, pero no la ajena", advirtió Perizzotti. "No voy a asumir la responsabilidad de gente que por beneficio propio o por beneficios personales hizo lo que no debía hacer. Esa responsabilidad no la voy a absorber".

Perizzotti mencionó varias veces a Diab en su indagatoria, no sólo cuando le entregó las diez mujeres encapuchadas y con las manos atadas en un descampado de Santo Tomé, sino que también entregó otros detenidos con capucha en la Guardia de Infantería Reforzada (GIR). "¿Usted supo que trajeron detenidos encapuchados a la GIR?", le preguntó el abogado querellante Guillermo Munné.

Sí contestó el policía.

¿Recuerda el nombre de las personas que los trajeron?

Una vez fue el mayor Diab y la otra no recuerdo. El nombre debe estar en el libro de guardia, que lamentablemente no está. Era una siesta cuando yo no estaba.

Pero usted supo que los traían encapuchados.

Sí, sí ratificó.

La confesión de Perizzotti quebró el pacto de silencio. "Es una declaración importante", dijo el abogado querellante Jorge Pedraza. "Porque es un eslabón más sobre la participación en actividades torturas de todo el grupo del Destacamento de Inteligencia Militar 122, que no sólo hacía tareas de inteligencia, sino que lo había dicho Roberto Fermín de los Santos ante la Conadep en 1984 sus miembros estaban en los chupaderos y participaban en los tormentos".

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