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Domingo, 21 de diciembre de 2014

SANTA FE › EL PLAN NUEVA OPORTUNIDAD QUE CAPACITA EN OFICIOS A JóVENES VULNERABLES DE DISTINTOS BARRIOS

Las políticas públicas como última frontera

La provincia y el municipio entregaron esta semana los diplomas en reconocimiento a los jóvenes que se capacitaron en distintos oficios. El programa apunta a jóvenes que no sólo no estudian ni trabajan sino que son presa fácil de las distintas redes delictivas.

 Por Evelyn Arach

Allí donde golpean la exclusión y la marginalidad, donde las redes del delito crean oportunidades ficticias para jóvenes que parecen no encontrar un rumbo, el estado aparece como un actor clave, buscando darles una chance certera con un oficio que les permita ingresar al mundo laboral. Ese es el sentido con el que nació el programa Nueva Oportunidad diseñado por Municipalidad y Provincia que durante varios meses capacito a mil jóvenes de barrios populares de Rosario en distintos oficios. El martes 16 de diciembre, en un emotivo acto realizado en el Jardín de los Niños, el gobernador Antonio Bonfatti y la intendenta Monica Fein, entregaron diplomas de reconocimiento a quienes se capacitaron.

"Mi nombre es Nicolas Quintana, soy de Barrio La Ceramica y estuve aprendiendo como realizar instalaciones eléctricas todas las semanas desde el mediodía hasta la tarde. La verdad que yo no sabia nada de eso. Tengo 26 años y hasta ahora nunca tuve un laburo fijo. Ojala lo encuentre", se esperanza este joven de ojos claros que fue parte de la propuesta. A su lado, otros chicos de 16 a 30 años expresan lo mismo. La mayoría no ha terminado los estudios y admite que pasan sus días "en la esquina, sin mucho para hacer". El programa les permitió ampliar sus conocimientos, pero mas importante aun, les demostró que podían, y asi recuperaron la confianza en si mismos.

Algo similar les ocurrió a las chicas de La Tablada, que participaron de un curso de peluquería dictado en uno de los clubes del barrio. "Aprendí a hacer peinados y eso me da la chance de hacerme unos pesitos extras. Pero sobre todo fue muy importante para mis compañeras, que tienen hijos y pueden trabajar a domicilio o en su propia casa. Ya no dependen solo de la Asignación (Universal por Hijo) o del marido. Ellas van a haciendo lo suyo", cuenta Andrea, una de las alumnas.

Fueron 24 los barrios de la ciudad beneficiados con las diferentes capacitaciones, que sumaron en 56 a lo largo del año y se llevaron adelante en todos los distritos. Hubo un curso de electricidad en barrio Cerámica; capacitaciones de gas y albañilería en Cristalería; sonido e iluminación en Nuevo Alberdi; huerta y panificación en Polledo y huerta en Puente Negro.

En Barrio Ludueña se hicieron cursos de bicicletería, electricidad, auxiliar de cocina, soldador, tornería y confección de ropa. En Empalme Granero los jóvenes aprendieron sobre fotografía social y agricultura urbana en Bosque Constituyentes.

En Barrio San Cayetano se llevaron adelante cursos de letrista. Allí los chicos que aprendieron a confeccionar carteles y pasacalles se mostraron mas que satisfechos con la propuesta y llevaron al acto de entrega de diplomas algunos diseños propios. "Ya le vendimos varios pasacalles a quinceañeras y también pintamos entre todos un mural para dejar mas lindo el barrio... por lo menos no andamos tanto en la calle", dijeron dos adolescentes. A su lado, una de las responsables del comedor comunitario al que asisten se emocionó: "Por fin se dieron cuenta que hay que ayudarlos. Me alegra, porque mis chicos son buenos... Y tenemos que hacer todo lo posible por sacarlos adelante", sostuvo.

Los cursos se eligieron de acuerdo a las posibilidades laborales de cada lugar. En Villa Banana se enseñó talabartería. Hubo capacitaciones de animación de fiestas infantiles y panificación en Santa Lucía; carpintería en barrio Godoy; árbitro de fútbol en barrio Triángulo; y cursos de panificación, animación y carpintería en barrio Toba.

En barrio Mangrullo se enseñó panificación y tejido de redes; peluquería en Flammarión; electricidad, motores, y herrería en Villa Moreno. Y hubo periodismo digital, foto social, huerta y albañilería en Las Flores. Por solo mencionar algunos ejemplos.

"Cuando los jóvenes no encuentran un lugar en la sociedad los convocan las redes del delito, pero cuando aparece el estado abrazándolos para que tengan una Nueva Oportunidad ellos la aprovechan. Y eso es lo que estamos haciendo, abrazando a cada uno de estos chicos. Estamos comprometidos y felices de ver que lo han logrado", resumió la intendenta Monica Fein, que apunto a este programa como uno de los métodos de fondo para prevenir la inseguridad.

Por su parte, el gobernador exhortó: "Tenemos que vencer a aquellos derrotistas que creen que todo está perdido. Hay muchos que le echan la culpa a los jóvenes de las cosas y la culpa la tenemos los grandes, que no supimos dejarle a la juventud una oportunidad, por eso se la estamos dando".

Los capacitadores también disfrutaron de la propuesta. Un claro caso es Patricia Aballe, que dicto un curso de Servicios de Hospitalidad en la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario. "Nuestras alumnas son jóvenes carenciadas, con historias de vida diferentes. Se ha formado un grupo muy compacto, muy participativo. Ellas están entusiasmadas", explicó la profesional.

Y prosiguió: "Les enseñamos como servir una masa, un catering, como atender a un cliente, preparar la comida, como poner bien una mesa, por donde retirar los platos. Asisten unas veinte chicas, un números elevado que se ha mantenido durante tres meses y estamos muy felices. Las vivencias son diversas, muchas de ellas han sido madres adolescentes pero quieren abrirse paso en la vida dándose otra oportunidad. Y ha sido un gusto personal y profesional tenderles una mano", afirmó.

Este curso estuvo impulsado también por Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), una organización que defiende los derechos de género en Rosario. Y esta claro que el aprendizaje fue efectivo. El martes 16 recibieron los diplomas y esa misma noche cuatro chicas estaban convocadas para servir un catering organizado por una prestigiosa empresa de la ciudad. Una de ellas Virginia, de 21 años dejaba correr algunas lagrimas por sus mejillas morenas, mientras recibia su certificado. "¿Estas emocionada?", preguntó Rosario/12. Y ella solo respondió "Ahora todos vamos a tener un titulo y no es lo mismo ir a trabajar sin nada, que con un titulo en la mano. Yo no hacia nada, pero ahora estoy empezando a tener algo". Así de sencilla y profunda su respuesta deja entrever que a esos chicos y chicas estigmatizados como los "ni ni", que ni trabajan ni estudian a veces solo están esperando una chance.

Durante la entrega hubo lágrimas, sonrisas, encuentro y compromiso social, no solo de las autoridades, los capacitadores y los referentes barriales. Particularmente estos espacios de aprendizaje colectivo tendieron redes entre los mismos jóvenes inmersos en una situación de vulnerabilidad. Y abrieron un camino cargado de esperanzas, que deberá sostenerse y reforzarse en el tiempo.

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En Ludueña se armó un taller de bicicletas. Hay también peluquería y gastrononía.
 
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