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Domingo, 24 de mayo de 2015

SANTA FE › ROSARIO/12 ESTUVO EN LA CAVA CON EL PADRE DE PAULA PERASSI. ALLí BUSCAN SU CADáVER.

"Quiero hallar los huesos de mi hija"

El padre de la víctima desaparecida en 2011 acusó al legislador provincial Julián Galdeano de "hablar con mi abogado para que me pararan". Reiteró que en la policía y en la municipalidad de San Lorenzo "supieron siempre lo que pasaba".

 Por José Maggi

La Municipalidad de San Lorenzo, la Jefatura de policía, los Tribunales locales y la cava de Puerto General San Martín parecen tener las claves para desentrañar el misterio de la muerte de Paula Perassi. Los lugares no fueron elegidos al azar, sino siguiendo los rastros que ha dejado el macabro crimen en las instituciones a la que pertenecen sus protagonistas. Los enumera Alberto Perassi, padre de la joven embarazada y desaparecida en setiembre de 2011. Ahora, que ya están detenidos el empresario con quien la joven tenía un romance, su esposa y la partera que le praticó el aborto, Perassi se explaya sobre las complicidades políticas. "Llegué a un nivel en cual el diputado Julián Galdeano (UCR) fue a ver a mi abogado Adrián Ruiz, para que me parara, para desactivarme. Y como se lo dije a él en la cara, delante del intendente (Leonardo) Raimundo, y del ministro (Raúl) Lamberto y (Juan) Lewis, lo digo públicamente". La afirmación sorprende, pero Perassi no se inmuta, ya lo ha dicho y acepta el peso de su verdad. En la misma tarde de esta áspera denuncia Rosario/12 recorrió por primera vez la cava donde el Equipo Argentino de Antropología Forense busca junto a un grupo de mujeres del cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Lorenzo, los restos de la joven.

Después de recorrer un sinuoso camino repleto de camiones, entre Puerto General San Martín y Timbúes -donde no faltan puertos secos donde a la vista de todos se compra y se vende cereal en bolsas, eludiendo cualquier registración legal- se puede llegar al enigmático sitio. El fétido olor advierte la cercanía. Un pequeño montículo de color negro, donde se alimentan unos cerdos, es el cartel de entrada. Es soja de color negro, es descomposición, devorada por igual por animales y moscas, que son una plaga en el lugar. De pronto, como en la película Mad Max, un enorme pala mecánica, aparece haciendo tronar sus motores, y trepa rauda aunque cautelosa, la enorme montaña de tierra. La geografía se reparte entre pedazos de plásticos, trozos de telas y pilas de envases desechados. Entre las pequeñas sierras de color verdoso, hay canales por donde se filtra el agua. Se pueden ver las paredes de tierra más compacta, arañadas por las excavadoras, que primero vaciaron el sector, para extraer la tierra colorada y luego rellenaron con basura diversa. Este es el escenario cotidiano, donde un grupo de ocho personas, busca a diario un rastro que confirme la hipótesis de que el cuerpo de Paula Perassi, fue arrojado allí, en setiembre de 2011.

El antropólogo Juan Nóbile relata que "lo primero que hicimos fue establecer el tamaño de la cava en el 2011 y a partir de eso estamos delimitando la cava, excavando y revisando cada uno de los elementos que van saliendo de su interior. La cava básicamente se rellenó con tierra y basura. El sector a analizar son 70 metros por 40 y entre seis y ocho metros de profundidad. Hasta ahora llevamos un 20 por ciento del trabajo".

Señala que "a diario somos ocho personas, entre gente del Equipo Argentino de Antropología Forense, Bomberos Voluntarios de San Lorenzo y los maquinistas de pala y retroexcavadora. Trabajamos con fotografías aéreas y pudimos detectar como estaba la cava en 2011, y también por la basura que estamos encontrando. Residuos domiciliarios, cereales, muchos desechos de fábricas relacionadas a la producción de aceites, y sulfatos, ácidos, además de camiones desagotadores, que también fueron volcados allí", dice el antropólogo. Sin dudas, entre toda esta basura, los restos humanos "pueden llegar a ser difíciles de ser visualizados". Pero en eso, están puestas las energías del grupo.

En esta oportunidad, tal como lo hace el EAAF, no solo se excava, sino que se recogen testimonios. "Tenemos testimonios de peones y vecinos, que nos dice que es un lugar donde se viene arrojando desechos desde hace tiempo. También que todo este sector sufrió un gran incendio que tuvo lugar en el año 2010, y que llegó hasta la ruta 11. Pero ocurrió antes de la desaparición de Paula", aclara Nóbile.

Entre el grupo de trabajo se destacan tres mujeres. Pertenecen al cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Lorenzo. Son Sandra Sosa, Mariela Debay y Sheila Alba. Las tres se sintieron comprometidas con la historia de la desaparición de Paula, y decidieron ayudar. Las tres estuvieron entre las primeras en llegar a la explosión de las torres de Salta 2141. Y alli aprendieron a remover cada escombro y revisar cada palmo. "Fue una experiencia muy instructiva para nosotras", dice Sandra.

"Yo quiero estar en esta búsqueda, porque es un tema que nos toca muy de cerca en San Lorenzo. La verdad es que me sentía insatisfecha con solo ir a las marchas, y decidí hacer un poco más, que es buscarla en este lugar" dice Sheila.

A su lado Mariela asiente con su cabeza."Iba a las marchas y allí me involucré, así que cuando pudimos sumarnos a este equipo, no lo dudamos. Además me decidió haberlo conocido a Alberto personalmente. Lo siento como un padre. Yo no tengo padre, y me conmueve cuando lo escucho hablar, peleando por su hija. Me siento muy identificada, y quiero colaborar".

Sandra confiesa que esta diariamente alli trabajando por las mismas cosas que las impulsan a sus compañeras. "Si tenemos que trabajar las 24 horas, lo vamos a hacer. Lo conocimos a Alberto y sabemos que está sufriendo, y eso nos da más ganas para buscarla. Espero que sea pronto".

A su lado Alberto Perassi escucha la charla de este cronista con el trío de mujeres vestidas con su uniforme color azul."Vengo todos los días de visita a la cava, para estar con la gente que trabaja aquí. Es para saber si necesitan algo. La sensación es muy especial, porque no sé si estoy pisando la tumba de tu hija, o si realmente no hay nada. El corazón me dice a veces que puede ser, y en otros, siento que puede resultar otra cosa que nos han dicho para hacernos buscar en vano. Lo peor de todo esto es la magnitud de este trabajo y el esfuerzo que ponen en escarbar cada centímetro. Es gente que tiene muchas ganas de encontrar a Paula".

Alberto confiesa que lo emociona ver trabajar a las tres mujeres bomberos "por la manera que lo hacen, en un lugar con olores terribles, tapadas de basura. Eso realmente es admirable".

-La causa por la desaparición de su hija tiene a cinco policías presos. La decisión judicial provocó amenazas al juez Juan José Tutau, y a su familia. ¿Qué intereses tocó con su pelea por encontrar a su hija? - pregunta Rosario/12

-Yo no quiero meter preso a nadie, sólo busco los huesos de mi hija. Trabajé tres años y ocho meses por conseguir los restos de Paula, para poder decirle a mis nietos qué es lo que había pasado con su madre. Pero si alguien en este momento está preso es porque algo hizo. Siempre dije que dentro de la Jefatura de San Lorenzo sabían lo que había pasado con Paula, e insisto con eso. Así que lamentablemente esto pasó y el único error que tuvieron fue cruzarse conmigo: ellos se rieron de mí, y se referían a mí como el viejo loco que hablaba en los medios.

-¿Esta organización tenía alguna ligazón con el poder político local?

-Dentro de la Municipalidad de San Lorenzo sabían lo que había pasado con mi hija, y en la justicia también. Dentro de la policía, las pruebas ya están presentadas y por eso están presos estos cinco. En la justicia estuvieron dándome 'injusticias' durante tres años, y haciendo todo para que esto no resuelva. Pero aguanté y redoblé la apuesta. Sobre la pata política creo que hay que ser claro: el intendente Leonardo Raimundo esperó un año y siete meses para venir a mi casa para enterarse lo que había pasado, por nuestra boca. Y vino después que yo mismo le dejara una invitación para sumarse a las marchas que hacemos. Entonces se sentó en esta misma mesa para preguntarme quién era Gabriel Strumia, si tenía dinero, y de paso dijo que no lo conocía a Puyol (el jefe policial con mayor jerarquía preso). Después hizo un largo silencio, durante un buen tiempo y nos volvimos a ver en algunas reuniones con el ministro de Seguridad Raúl Lamberto y de Justicia Juan Lewis. En una de esas reuniones estuvo el diputado provincial Julián Galdeano (UCR) a quien le dije en la cara que había ido a hablar con mi abogado Adrián Ruiz, para que me 'pararan' para que me desactivaran. Lo digo de este modo para no decir que fueron a arreglar el tema. Y lo más curioso es que el día que nos rompieron los vidrios del taller, me llamó todo el mundo, y hasta los taxistas de San Lorenzo dejaron de trabajar y vinieron hasta mi casa a expresarme su solidaridad. Sin embargo de la municipalidad de San Lorenzo, no apareció nadie. Esto sin dudas, algo dice. Lo que me queda claro es que mientras el intendente Raimundo sentado en la mesa de mi casa, dijo desconocer a Puyol, ahora sabemos que la conocía perfectamente bien.

-Desde esta semana tiene a dos efectivos de Prefectura apostados en la puerta de su casa, y se mueve con custodia policial. ¿Siente miedo de hombres como Daniel Puyol, que amenazaron hasta el mismo juez de la causa?

-No, no les tengo miedo, ya me hicieron de todo: me rompieron una camioneta de un cliente que estaba dentro de mi taller, me robaron cuatro veces, montones de cosas. Pero nunca me paré, siempre fuí al frente y subí la apuesta. No les tengo miedo, si me quieren matar que me maten. Soy consciente de que cualquier día aparezco en la cuneta con dos moscas en la boca. Pero no voy a parar hasta tener los huesos de mi hija".

Cabe recordar que la última semana los abogados de la familia de Perassi pidieron al Ministerio Público de la Acusación de San Lorenzo que lleve a audiencia imputativa a los ocho procesados en la causa por la desaparición de la joven, como posibles "instigadores" de las amenazas que recibió su padre, Alberto Perassi. Al mismo tiempo, Adrián Ruiz y José Ferrara, se presentaron como querellantes en la denuncia, tras pedir que la fiscalía regional investigara a los acusados como una "organización criminal". La decisión llegó las amenazas que se materializaron con la rotura de los vidrios del taller mecánico del hombre. El ataque llegó menos de 24 horas después de los procesamientos contra cinco policías y tres civiles, por la desaparición de Paula.

El propio juez de la causa Juan José Tutau, recibió también una advertencia por parte de uno de los imputados y encontró pintadas amenazantes en su casa. "Por una justicia independiente. Libertad ya. P.A" reza la escritura echa en aerosol blanco sobre el pavimento ubicado frente a la casa del magistrado.

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El antropólogo Juan Nóbile del EAAF le explica a Perassi cómo trabajan en la búsqueda.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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