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Viernes, 4 de marzo de 2016

SANTA FE › LIFSCHITZ SOBRE LA SITUACIóN ECONóMICA Y LA CRIMILIZACIóN DE LAS PROTESTAS

"Defenderé los puestos de trabajo"

"Tenemos problemas en distintos sectores", dijo el gobernador en alusión al impacto de la política económica de Macri en la provincia y descartó aplicar el protocolo nacional que reprime las protestas sociales: "Hay que intervenir primero con diálogo".

 Por José Maggi

"Son luces amarillas", graficó ayer el gobernador Miguel Lifschitz al ser consultado por Rosario/12 sobre las consecuencias locales de las políticas económicas desplegadas por el gobierno de Mauricio Macri que incluyen desde la apertura de importaciones pasando por los aumentos en tarifas de servicios hasta los despidos en el sector público. Por otro lado, se expresó, por primera vez, en contra de la aplicación en Santa del protocolo de seguridad antipiquetes bajado por el gobierno nacional.

"Estamos decididos a defender los puestos de trabajo y las empresas de la provincia hasta las últimas consecuencias", prometió Lifschitz.

El gobernador hizo estas declaraciones en el marco de su visita a la sede del Rectorado de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) donde fue recibido por la máxima autoridad Héctor Floriani y los doce decanos, con quienes se comprometió a coordinar políticas públicas (ver aparte).

--¿Cómo cree que impactan las políticas nacionales en Santa Fe?--, preguntó este cronista.

--Impactan, evidentemente tenemos problemas en distintos sectores de la actividad económica, en economías regionales como la lechería que está en una situación muy compleja. Son miles de tambos y muchos puestos de trabajo, hablamos de la vida de muchos pueblos de la zona centro oeste de Santa Fe. Tenemos problemas en sectores industriales, tal el caso de ArZinc que es el de más impacto, hay pérdidas de fuentes de trabajo y hay empresas que están achicando su planta. Todavía nada que pueda ser alarmante o que se pueda generalizar, pero son luces amarillas--, describió Lifschitz, asociando la luz de alerta con el color elegido por el macrismo.

Al mandatario provincial también le preocupan "los incrementos de tarifas de insumos, la devaluación, la liberación de algunas importaciones que impactan sobre las economías populares, sobre los sectores populares y sobre el bolsillo de los trabajadores. Evidentemente estamos en una transición y los beneficios presuntos de la política que se aplica todavía no están llegando, y en cambio sí están llegando los costos de estas medidas. "Esperamos que ese intermedio, ese tránsito, sea lo más corto posible", razonó el gobernador.

Sin embargo después de ser consultado por algún tipo de control que podría implementarse en territorio santafesino, Lisfchitz prefirió correr el cuerpo. "Eso está fuera de alcance de la provincia, tiene que ver con políticas macroeconómicas. Lo que sí es que estamos muy atentos y permanentemente encima de cada uno de los sectores que presentan algún problemas y acompañando a las empresas tratando de apoyar desde la provincia en gestiones nacionales. Nos hemos propuesto defender todos los puestos de trabajo".

--Sin dudas va a haber protestas sociales tras los despidos. ¿Usted piensa aplicar en Santa Fe el protocolo de seguridad antipiquetes bajado por el gobierno nacional?

--No. Nosotros tenemos ya una experiencia en este tema, y creemos que no hay que crimilizar la protesta social, siempre hay que intervenir primero con diálogo, con negociaciones, buscando soluciones acordadas. Creemos que el uso de la fuerza pública tiene que reservarse para casos extremos, donde haya peligro u otras situaciones, digamos en situaciones graves como casos de vías de comunicación muy estratégicas. Siempre hay caminos intermedios para resolver los conflictos.

Más temprano el gobernador de Santa Fe, había visitado las instalaciones de la empresa de electrodomésticos Liliana, en Granadero Baigorria, a la que calificó como una "firma modelo y una de las más modernas del país en su rubro", y ratificó el apoyo de la provincia al sector: "Apostamos a la industria porque es desarrollo, puestos de trabajo, innovación y tecnología; no hay un país desarrollado en el mundo que no tenga un fuerte sector industrial". "Para Santa Fe es un orgullo contar con una empresa de este porte, que además tiene muchos planes de expansión, crecimiento e innovación", dijo el gobernador, quien añadió: "Confiamos en que las políticas nacionales ayuden y promocionen proyectos industriales de esta envergadura".

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Lifschitz y el ministro Matozo fueron recibidos ayer por el rector Floriani.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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