El dibujante Juan Vásquez es uno de estos tantos ilustradores e historietistas de tarea grande, de empeño persistente, que desarrollan una labor incansable, de muchas páginas, con cantidad de lectores extranjeros, pero que sin embargo es muy difícil de poder leer.

Paradojas que ocurren de modo frecuente, en todo el país y en Rosario puntualmente. La historieta sigue viva, con otras maneras lectoras, sin la cantidad de revistas que solíamos tener en los kioskos. "Uno de los problemas -señala el dibujante a Rosario/12 es que nosotros no somos expertos en marketing, pero tenemos que ser concientes de que hay que aprender, de que hay que saber mostrarse. Es la única manera de lograr algo, así es cómo la gente se va a fijar en nuestro trabajo. Lo que nos falta es la parte de la venta, el saber cómo vender nuestra obra".

Y lo dice alguien que ya tiene una historia de trabajo que contar. Vásquez comienza su tarea gráfica en la revista Hipótesis, de Eduardo Aliverti, "donde ilustraba notas, no precisamente historietas". Después con Rita, la salvaje, aquella mítica revista ¿habrá algún interés renovado por hacer, alguna vez, algo similar? editada por el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, "en la que tuve la suerte de poder publicar". "En aquella época fines de los ochenta comienzo a presentarme en concursos y gano una mención especial en la revista Skorpio como Mejor Historieta Integral. En los '90 publiqué y edité la revista Fanzine Ira, una de las primeras en agrupar dibujantes y guionistas de Rosario; pero los precios subían, y costaba mucho hacer entender a las imprentas lo que era una revista de historietas. La inflación impidió continuarla, aún cuando en ventas andaban bien. También trabajé en la revista Puentes amarillos, con Roberto Caferra, donde hacíamos poesía e historietas, con un suplemento que se llamaba Sapos en el Partenón, en el que colaboraban dibujantes de la época.

Todo este trabajo ahora se redimensiona con Internet.

Es que a partir de Internet se abren otros horizontes, y se nota que el dibujante argentino es bastante requerido por su profesionalidad. De esta manera se empiezan a conseguir trabajos, por ejemplo, para Estados Unidos, con editoriales independientes chicas, que no tienen problemas en pagar, así como también en páginas web. En el caso mío, trabajo en páginas con contenido para adultos, historietas que no suelen ser muy "aceptadas" por la mayoría.

O quizá sí, tal vez cierta "corrección" hace que se las evite mentirosamente.

Seguramente que sí, suele haber cierta "pacatería" de parte de quien dice no leerlas. Yo estoy publicando en dos portales de Internet, uno de ellos, norteamericano, es www.eadultcomics.com, al que se accede pagando, el otro es ruso y gratuito (www.imperia of hentai.ru), allí aparece mi trabajo junto al de Horacio Altuna (El loco Chávez) y Solano López (El eternauta). Por otra parte, estoy preparando, con el guionista Claudio Morhain, una historieta de corte de ciencia ficción, de título Autopixta, que fue creada originalmente para Skorpio, pero el proyecto quedó sin realizarse cuando la revista cerró. Cuando Claudio me conoce en Leyendas (convención realizada en el CEC), ve mi trabajo, y me manda el guión.

-¿Por dónde pasan tus referentes gráficos?

-Oswal es el resposable de que me dedique al dibujo, por eso mi entusiasmo por el homenaje del que ahora estoy participando, que se va a llamar Cartas a Sónoman, donde cada uno de los dibujantes hará su versión del personaje. Por otro lado, mis referentes actuales pasan, por ejemplo, por Ashley Wood y Celia Calle. Calle es una dibujante de Boston, que trabaja en Nueva York, y que actualmente hace cubiertas para Marvel, viene del mundo de la moda; y a Ashley Wood lo podés ver en tapas de video juegos, su trabajo mezcla la historieta con el arte contemporáneo.

-Volviendo a la historieta erótica que dibujás, ¿es erótica o pornográfica?

-Es pornográfica, con algo de erotismo.

-¿Y cómo planteás este tipo de historias, desde qué conceptos?

-El argentino tiene un concepto distinto sobre la historieta porno, a diferencia del resto del mundo, difiere muchísimo del japonés, del europeo, o del estadounidense. Nosotros consumimos la pornografía pero con un guión, a diferencia de lo que se consume en otros lados, donde sólo predominan las imágenes o secuencias de sexo. A nosotros, posiblemente, nos habilita a trabajar en este género el hecho de que sabemos constuir guiones y situaciones que posiblemente no se den en otros casos. Tienen algo de erótico pero, claro, con sexo explícito.

-¿Y cuál es la línea estética de lo que hacen?

-La historieta que hacemos se llama Kasumi y, personalmente, nosotros tenemos un estilo que, si bien algo cercano al manga (historieta japonesa), no deja de lado la referencia a las chicas argentinas, es por eso que podés encontrar chichas que te van a hacer recordar el dibujo de Divito, pero con una esencia más manga, más moderna, respecto al color o las situaciones- concluyó.