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Martes, 6 de abril de 2010

CULTURA / ESPECTáCULOS › JUAN PABLO RENZI EN UNA FORMIDABLE RETROSPECTIVA Y ESTUDIOS CRíTICOS

Una obra de fulgurante inteligencia

Más vivo que nunca, así está el trabajo del artista nacido en Casilda, pionero del conceptualismo y el post-conceptualismo. Puede verse en la muestra "La razón compleja", en la Fundación Osde y el Centro Cultural Parque de España.

 Por Beatriz Vignoli

Gracias a iniciativas privadas, estatales e independientes, la obra del pintor santafesino Juan Pablo Renzi (Casilda, 1940-Buenos Aires, 1992) está más viva y vigente que nunca en Rosario. Además de su formidable muestra retrospectiva subtitulada La razón compleja, que con la curaduría de María Teresa Constantin (quien trae esta muestra desde OSDE Buenos Aires) puede verse en dos salas de la Fundación OSDE (Oroño 973) y las tres galerías del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), Carla Colombo analiza un período de su obra en una flamante publicación.

Juan Pablo Renzi. Revisión de la pintura realista es la tesis de licenciatura de Carla Colombo (UNR), que se centra en obras de los años 70, cuyos originales casualmente pueden verse en el cuarto piso de la Fundación OSDE. Este trabajo aporta una valiosa lectura complementaria al ya polifónico catálogo de la exposición.

Una coincidencia para celebrar, a la que se suman las actividades previstas para este mes en el marco de la muestra: muchos tienen algo para decir sobre Renzi. El jueves 22 (a las 18) en el Espacio de arte de la Fundación OSDE, disertarán las curadoras. María Teresa Constantin es historiadora y crítica de arte, egresada de la Escuela del Museo del Louvre. Actualmente es coordinadora de Arte de la Fundación OSDE. Xil Buffone, co-curadora de la muestra, es licenciada por la UNR y trabaja en el archivo de Juan Pablo Renzi desde 1998. Al día siguiente, viernes 23, a las 19 en las galerías del CCPE, el poeta e historiador Rafael Ielpi, actual director del Centro Cultural Municipal Bernardino Rivadavia, dará una conferencia titulada "Renzi: Las obras son ideas".

"Relatos sobre el arte y la vanguardia" se titula la conferencia que el jueves 29 (a las 18), en el Espacio de arte Fundación OSDE, dará Guillermo Fantoni. Licenciado en Historia y Profesor Titular de Arte Argentino en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, Fantoni es autor de importantes trabajos sobre el arte crítico de los años `60 en Rosario y el Grupo de Arte de Vanguardia, que tuvo a Renzi entre sus actores principales. Fantoni fue el curador de la primera retrospectiva de Renzi, la de 1984 en el Museo Castagnino, para la que muchos de los objetos conceptuales que creó en aquel período fueron reconstruidos con la participación del artista. Nuevas reconstrucciones de estos objetos (con la fidelidad garantizada por la precisión de los planos que el autor dejó) pueden verse ahora en el Centro Cultural Parque de España, donde el viernes 30 el artista plástico Rodolfo Perassi hablará de sus "Aproximaciones a la obra de Juan Pablo Renzi". Perassi, al igual que Renzi, estudió pintura en el taller de Juan Grela. Desde 1995 se encuentra a cargo del equipo de plástica de las Galerías del CCPE.

En una muestra anterior en el CCPE en 1998, con curaduría de Eleonora Traficante, un pasillo negro simbolizaba el período de "abstención" iniciado en el verano de 1968 a 1969, luego de la crisis posterior a la concreción de Tucumán Arde, cuando el GAV se disolvió y Renzi, al igual que sus colegas del grupo, dejó de pintar. Hoy ese mismo pasillo está lleno de otras cosas que hizo, como diseñador y muralista respectivamente, para el Diario de Poesía a fines de los 80 o para el subte Línea B en los 90. Pasó sin pintar los años de mayor compromiso político y luego, cuando volvió, lo hizo a modo de rescate y cita de autores locales olvidados, convirtiendo a la pintura en una operación crítica, también comprometida (pero de un modo sesgado, alegórico) con una cada vez más dura realidad. Que pegó de cerca de Renzi y a su compañera, María Teresa Gramuglio, quien se contó entre los intelectuales y profesores amenazados por la Triple A en 1975; este hecho decidió entonces el éxodo de ambos de Rosario a Buenos Aires.

"Renzi dio charlas y habló incansablemente sobre Schiavoni", escribe Buffone. Cuenta Colombo en su tesina que en esto "Renzi reconoce la tarea comenzada por Grela", quien "fue uno de los primeros en cuestionar el descrédito hacia algunos artistas locales", principalmente Augusto Schiavoni. La tradición que Renzi reivindica estaba constituida, según una entrevista de Beatriz Sarlo, por "pintores no espectaculares ni efectistas: Musto, Lacámera, Daneri, Policastro, Diomede, Guttero, pintores de cámara" intimistas que exploraban lo cercano y quienes a su vez (como señala Sabina Florio respecto de Schiavoni) se inspiraban en obras no canónicas, como la del aduanero Rousseau. A esta lista de influencias de Renzi, Colombo suma a Ramón Gómez Cornet. (No olvidar a su primer maestro, Gustavo Cochet). Al elegir a sus precursores, Renzi y el porteño Pablo Suárez construyeron su propia genealogía alternativa de modernos.

Se incluyen en el tercer túnel del CCPE las cuatro obras del inventario renziano dedicadas a Schiavoni. La pieza del maestro más citada es El naranjo (1931), al que en un Paisaje de sus tiempos de estudiante con Grela (1963) Renzi homenajea desde su propio estilo expresionista de entonces. En su retorno a la pintura, Renzi pinta El señor de los naranjos (1976). Su Tercer homenaje a Schiavoni (1978), un bodegón predominantemente blanco, es la imagen de la gráfica de la muestra. Otra obra con la que dialoga Renzi es Con los pintores amigos (1930). En El pintor Musto, dormido, en el estudio de Schiavoni (1976), Renzi se suma al juego de espejos entre ambos precursores y recupera la escena de aquel retrato grupal pero inventando una ficción, "el epílogo mismo de la reunión" (escribe Buffone en la revista Ramona, Nº. 40, p. 29) donde todos se fueron menos Musto, que duerme sentado, de traje y sombrero.

Colombo señala la semejanza entre este personaje y el durmiente de Desocupados (1934), de Antonio Berni. Colombo agrega un tercer homenaje a El naranjo, que es La luz de adentro (1977). En OSDE está Ventana norte (1978), obra similar a La luz de adentro. "La tematización del encierro y la ausencia serán tópicos que recorren los distintos repertorios de su obra", escribe Colombo. En el catálogo, Constantin destaca el diálogo que, en uno de sus interiores exhibidos en OSDE, Renzi establece no sólo con los interiores de Vermeer sino con una obra emblemática de Ernesto De la Cárcova, Sin pan y sin trabajo (1892 1893). En Vidrios empañados (1978) está casi la misma ventana, casi la misma luz matinal pero la familia obrera ha desaparecido. ¿Alusión a las desapariciones forzadas de la dictadura? A través del vidrio empañado, en lugar de lo que antes eran obreros yendo a una fábrica, se ve un horizonte desolado y algo que parece sangre. En Renzi, como comentó Constantin en relación con su última pintura, Fantasía pompeyana (1992), lo borrado deja huellas significativas. La puesta en conjunto de su producción permite detectar elementos recurrentes, tales como la cafetera posada en la mesa vacía de la escena, objeto fetiche que es casi una firma.

Colombo señala diferencias: "La obra de Schiavoni se caracterizó por el dominio de la planimetría y la tendencia hacia el aplanamiento; por el contrario en Renzi hay una preocupación por el volumen, la representación de luces y sombras, el énfasis en el detalle, en la representación de la luz a través del brillo y en la presencia de zonas reflectantes. Todos estos recursos pictóricos dan cuenta de que el artista toma como referente otras zonas de la historia del arte ligadas a los distintos realismos inscriptos dentro de las vueltas al orden, como lo son la pintura Metafísica, el Novecento italiano y el Nuevo Realismo de Berni y la Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos". Súmese a la lista el hiperrealismo en boga a mediados de los años 70 y se tendrá una idea de la complejidad y ambición de esta "operación retorno" de la pintura.

Las curadoras de la muestra tienen muy en cuenta la reserva de sentido de estas obras, documentando todo de primera mano a través del legado del artista, y en función de esta lectura privilegiada articulan con sutileza el extenso recorrido, que abarca tres décadas. Se luce, en el CCPE, la sección dedicada a El jinete azul (aquel emblema que crearon Kandinsky y Marc en Munich en 1911), que hasta incluye una escultura, generada a partir de la pintura, con un plano y medidas para que cualquiera pueda recortarla y armarla en versión propia. El arte existe en una atmósfera de interpretación, escribió un crítico, y esto no podría ser más cierto que en la pintura de Renzi. Sus obras requieren un esfuerzo intelectual y cierto andamiaje cultural por parte de un espectador hermeneuta. Lo que producen en términos semióticos, es decir, en términos de sentido, es parte indisociable de su efecto estético. El análisis crítico no es ante ellas una tarea sólo de especialistas, sino parte esencial de la recepción que el artista esperaba de su público. Pero por eso su obra tiene tal densidad simbólica, fulgurante de inteligencia. Considerado un pionero tanto del conceptualismo como del post conceptualismo argentino, amigo de Juan José Saer (las tapas de cuyos libros suelen reproducir obras suyas) y preocupado al igual él por elaborar en el interior de la obra ideas estéticas acerca de la representación, Renzi cargaba a cuestas con toda la pintura del mundo.

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"El pintor Musto dormido en el estudio de Schiavoni" (detalle).
 
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