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Domingo, 11 de julio de 2010

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL CINEASTA MARIO PIAZZA PRESENTA "EL MAESTRO DE LOS CIEGOS", TODA UNA EXPERIENCIA.

Crónicas radiales de gente que no ve

El documental da cuenta de una experiencia de vida de consecuencias sorprendentes, cuando un chico ciego quiere convertirse en periodista radial. El trabajo, que muestra hasta dónde se llega con el deseo, se presenta hoy en el cine Lumière.

 Por Leandro Arteaga

"Resulta que se me presenta un chico ciego, muy preocupado porque no lo aceptaban en ningún lado como alumno, para estudiar algo que él quería ser: periodista radial. La verdad es que me tomó un poco de sorpresa, pero bueno, le dije que me viniese a ver en un par de días. Lo encontré luego con la mamá y le expliqué que, atendiendo a su inquietud, si venía una vez por semana yo lo iba a preparar para ser lo que quería. Pero la mamá me dice que tenían el problema de vivir en la isla, donde tenía un horno con el que su hijo la ayudaba fabricando pan, que era de lo que vivían", comenta a Rosario/12 el periodista radial Vicente Luiggi Di Carlo. Y su referencia alude al eje central de "El maestro de los ciegos", film documental que ha dirigido el realizador Mario Piazza y que se exhibe hoy, en el horario de las 18, en el Centro Cultural Cine Lumière (Vélez Sarsfield 1027), con entrada gratuita.

"Pensé, entonces, en qué hacer. Y decidí ir a la isla, a pesar del frío terrible que hacía. Mi familia me quería matar y, la verdad, casi me pesco una pulmonía. Pero fueron tres meses de alegría, de un gran sacrificio. Me sentí muy halagado porque todo lo que yo le dejaba al chico con el grabador, con la teoría y lo demás, lo fueron preparando de a poquito en la vocalización, en la pronunciación, y en su profesión. Esa es la historia base del documental, que Piazza ha filmado de forma magistral", agrega Di Carlo.

El realizador Mario Piazza, por su parte, continúa extendiendo una mirada sensible a lo largo de su obra, que encuentra en títulos como Papá Gringo (1983), La escuela de la señorita Olga (1991), Cachilo, el poeta de los muros (1999) y Madres con ruedas (2006) momentos de relieve. Sus películas conocen el estreno en varias salas del país y del exterior, además de haber obtenido numerosos premios en festivales nacionales e internacionales. Piazza trabaja actualmente en la Escuela Provincial de Cine y TV de Rosario y edita el boletín electrónico "Cineastas Rosarinos", dirigido a los realizadores audiovisuales y estudiantes de cine y comunicación de la ciudad.

Declarado "Cineasta Distinguido de la Ciudad" por el Honorable Concejo Municipal de Rosario, el realizador ha obtenido por Madres con ruedas premios, reconocimientos e invitaciones, que han hecho visitar a la película las ciudades de París, Río de Janeiro, Montevideo, Barcelona y Atenas, entre otras.

Respecto de "El maestro de los ciegos", Piazza destaca lo sorprendente que le resulta "la capacidad de los no videntes mientras que uno se dedica al cine, una materia que tiene que ver, justamente, con la vista". Y cuenta que "cuando acompañé a Norberto Catalano [NdR: Presidente de la Asociación Rosarina de Deportes para Ciegos] a tomar el colectivo, y es impresionante la forma en que se manejan. Estábamos parados en la esquina cuando "vio" pasar al 122. Efectivamente, era ése el colectivo que se iba. Ahí fue donde me hizo la alusión a la visión de trescientos sesenta grados. El lo vio pasar a sus espaldas a partir de escuchar el sonido e identificar el lugar donde estábamos parados".

El realizador comenta que el documental surge "de una propuesta del mismo Di Carlo, con toda la tarea que él ya venía haciendo. Hay también un registro previo, preexistente, y que se utilizó. Es un documental muy sencillo, donde el mismo protagonista también participó de la realización".

"La cuestión es que al chico lo llevé a la radio" -prosigue Di Carlo "y lo hice trabajar dos audiciones. En la noche de la primera me llama el Dr. Catalano. Me felicitó, estaba muy contento. Y me cuenta que estaba escuchando el programa con un grupo de ciegos, y que ya tenía como diez chicos con ganas de hacer lo mismo. Lo cité en Radio Nacional y fue así que terminamos por acordar el primer curso de periodistas para ciegos. Ya hay tres promociones de periodistas surgidos de allí. Vinieron también de la Universidad de Barcelona, al enterarse de que en Argentina había un periodista que daba clases para chicos ciegos, y nos estuvieron filmando. El año pasado, un grupo de personas dispuestas a financiar los gastos, y que prefieren mantener el anonimato, propusieron la realización del documental".

¿Y cómo fue el trabajo con Piazza?

Yo le contaba a Piazza, por ejemplo, que cruzaba a la isla en lancha, entonces él proponía que hiciéramos el viaje de nuevo, para filmarlo y hacer un recorrido visual de la isla. Es el tipo de mirada que sólo puede aportar un director de cine.

¿Y qué pasó con aquél primer alumno?

Ese chico tiene una historia muy particular. La cuestión es que estuvo trabajando en Miami y creo que ahora en Australia, como director de una FM.

¿Qué tipo de técnicas emplea para la enseñanza?

Para poner delante de un micrófono a un ciego tuve que idearme un código que lo registré como propiedad intelectual, en donde el ciego pone la mano delante de mí y yo en su mano le voy marcando: una raya "empieza", dos rayas "lo corta", le toco los nudillos rápido es porque va muy rápido, le toco los nudillos lento es porque va más lento, le hago un caracol en la palma de la mano, es para que redondee. Hice un código de doce señas. También tengo que agradecer el apoyo que nos dio la Universidad Nacional de Rosario, con la utilización de las computadoras, todas adecuadas para ser utilizadas por gente no vidente. Cuando hicimos la avant première en el Centro Audiovisual Rosario, el 11 de diciembre pasado, había representantes del gobierno español que se interesaron muchísimo en difundir este documental en España. Es que salió un documental bárbaro. Pareciera que esto es una cosa distinta, porque llamó mucho la atención. Ahora están también interesados en la embajada de la India. A partir de una charla que tuve, me entero de que allí hay muchos chicos ciegos. Los chiquitos que se contagian de conjuntivitis, por la falta de presupuesto, suelen quedar ciegos. Quieren que les autorice a utilizar mis técnicas. Hay toda una derivación a partir de esto que, realmente, me sorprende", concluye.

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Piazza destaca lo sorprendente que le resulta "la capacidad que adquieren los no videntes".
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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