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Martes, 8 de febrero de 2011

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. EL VIERNES INAUGURA YESTERDAY ROZARTE EN EL PARQUE ESPAñA

Hay fiesta por el regreso de Rozarte

Surgida por concurso de proyectos, la exposición reúne a ex integrantes del grupo artístico surgido a fines de los 80, y que se muestran aquí desde sus producciones contemporáneas. Siempre con un concepto festivo de la creación.

 Por Beatriz Vignoli

Todas las bandas vuelven. Las de rock, sobre todo. Y algunas de arte también. Este viernes, a las 20, en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) se inaugura Yesterday Rozarte, la primera exposición del año, que también es la primera exposición surgida por concurso de proyectos en toda la historia de dicho centro cultural. La curadora Marcela Römer presentó el proyecto cuando aún no había sido designada (también por concurso) directora del Museo Castagnino. El concepto curatorial no es exactamente el de un retorno, sino que se trata de ver qué están haciendo hoy los ex integrantes de Rozarte, quienes "se muestran hoy desde sus producciones contemporáneas", teniendo en cuenta que "en sus vidas ha sido una constante la creación artística individual a pesar de haber pasado por éste y otros grupos".

La inauguración viene con concierto de rock incluido: a las 22, toca Fernando Kabusacki, otra figura relevante local de la escena de los 90. Luego, hasta las 3 del sábado y con musicalización de dj Ioio, viene "La fiesta pendiente" a compensar la que el CCPE debió suspender por lluvia a fines de 2010. Todo es con entrada gratuita aunque el buffet de tragos y comidas es pago y a la carta. La fiesta "va en el Patio, pero si llueve nos metemos adentro", avisa en su blog Martín Prieto, director del CCPE; "esta vez no se suspende por nada".

Los ex Rozartes que muestran a partir del viernes son dieciséis: Gabriela Aloras, César Baracca, Xil Buffone, Marcela Cattaneo, Hugo Cava, Raúl D`Amelio, Marta Dunster, Gabriela Gabelich, Aurelio García, Víctor Gómez, Gustavo Goñi, Cristina Olguín, Germán Svetaz, Oscar Vega, Beatriz Vignoli y Francisco "Pancho" Vignolo. Algunos vienen y envían sus obras desde los lugares más o menos lejanos donde viven: Buffone en Buenos Aires, Baracca y Svetaz en Europa, Aloras y García en la Patagonia. De los que se quedaron muchos son docentes (como Cava y Vega) o gestores culturales independientes (Gabelich) u oficiales (D`Amelio). Goñi es fotógrafo y fotografió las obras para el catálogo, diseñado por García, que es diseñador profesional.

Yesterday Rozarte viene a saldar una cuestión pendiente: la de mostrar las obras individuales de estos autores que, por lo que se ve, se reinventan constantemente y a la vez están bien entrenados en el trabajo con otros; o al menos en la idea bien postmoderna de que, si bien la labor plástica transcurre en la soledad del taller, la propia obra puede ser permeable a textos, discursos e imágenes que han generado otros creadores, sin que esto sea plagiar ni restar sino homenajear y sumar. Las técnicas son muy variadas y van de las más tradicionales, como la pintura y la acuarela, a otras relativamente más novedosas, como el video, los mosaicos en fragmentos de tarjetas de crédito por César Baracca o los manteles de hule calados de Hugo Cava. Tanto estos últimos como las fotos de D`Amelio evocan motivos pictóricos del rosarino Augusto Schiavoni que fueran trabajados por otro pintor, Juan Pablo Renzi, quien a partir de 1990 tuvo una gran influencia sobre la obra de algunos integrantes del grupo.

Prevalecen las referencias locales. Goñi dialoga en sus fotografías con una pintura del arquitecto rosarino Pedro Iacomuzzi que a su vez está basada en una foto instantánea nocturna; esta cronista ilustra y cita en su video collage "El Parrillero" unos versos del poeta rosarino Leandro Llull, y Aurelio García no cesa de parodiar en su pintura los discursos oficiales del peronismo de otras épocas. Aloras es fiel a su paleta de los tiempos del grupo y lo mismo puede decirse de Cristina Olguín, una pintora de honda espiritualidad cuyo lenguaje se nutre de varias vertientes del expresionismo. Buffone continúa con su obsesión con las líneas y parece volver a sus orígenes en el dibujo humorístico; Cattaneo, Gabelich, Vega y Vignolo exploran una figuración rica en símbolos; Svetaz juega con materiales frágiles, Gómez con materiales durables (una casa, más precisamente) y Dunster en sus videos articula tiempo y espacio con alto rigor compositivo.

El arte era una fiesta

"Ansia de rozarte", "dejame rozarte", "casi puedo rozarte" son algunos de los fragmentos de textos eróticos que aparecen cuando en el buscador se escribe el nombre del grupo rosarino donde se nuclearon los artistas que, según exagera Prieto, "dieron vuelta la escena local" a fines (a fines, no a mediados) de los años 80. La chistosa y seductora ambigüedad definió la opción por la zeta contra la más turística ese del nombre surgido de una sesión de brainstorming en la casa de Marta Dunster en 1989, a meses de fundado el grupo (en el taller de Aurelio García y Víctor Gómez en la planta alta de la esquina de Paraguay y Tucumán, en pleno estado de sitio post saqueos).

El logo del grupo, sin embargo (y vaya a saberse ahora si por amplitud o por falta de convicciones), conservaba las dos letras superpuestas. Esta cronista estuvo en ambas reuniones, fue parte, tomó nota y recuerda más o menos unas treinta personas, casi todas estudiantes de la carrera de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.

"Este conjunto de individuos artistas sigue pensando que el arte es una fiesta, que si no hay un poco de diversión consensuada la cuestión del concepto no sirve", escribe Römer en el catálogo. Hablar o no hablar del pasado fue el eje de un denso, a veces tenso, a veces jocundo intercambio de emails durante todo el verano. Desde el punto de vista de su accionar en el campo social del arte de su época, la importancia de Rozarte (según señala Römer en otro texto, el de presentación del CD documental de 2008) radica en que este grupo de individualidades fue el "colectivo pionero" en Rosario de lo que hoy son los espacios de arte gestionados por artistas. "La propuesta se asentaba en tres ejes fundamentales: la proyección de la obra individual de cada uno de sus miembros, la producción grupal y la intención de abrir un espacio que funcionara como centro cultural alternativo a las instituciones oficiales".

Este espacio fue abierto en 1991, se llamó Galpón Rozarte, funcionó en la calle Entre Ríos al 800 y cerró en 1997. Las obras colectivas, nacidas de intensas reuniones semanales de creación grupal en la casa de alguno de los integrantes, fueron producidas para congresos de artistas como el convocado por el grupo platense Escombros o los Encuentros en la Cumbre de 1990 y 1992. La curadora destaca como valor de las mismas la constante reflexión sobre la contemporaneidad, artística y social. De esta historia y de su documentación se ocupa un CD que fue presentado en el marco de la muestra del material documental del CD, titulada Rozó, en el hall central del Museo Castagnino, en abril de 2008.

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Baracca y su obra realizada con tarjetas de crédito.
 
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