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Martes, 30 de octubre de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. POLíTICA Y BELLEZA DE LAS TAREAS EN EL MACRO

El artista como trabajador

La muestra colectiva que ocupa los seis primeros pisos del Museo de Arte Contemporáneo reúne trabajos clásicos y recientes. Los silos son así el lugar ideal para mostrar diversas miradas sobre el trabajo, desde las obras o el puro registro.

 Por Beatriz Vignoli

Hasta el 27 de noviembre puede recorrerse en los pisos 1 a 6 del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro, Boulevard Oroño y el río) la exposición colectiva Política y belleza de las tareas. Curadora del pabellón argentino en la 52º Bienal de Venecia en 2007 y del Malba hasta el 2008, Inés Katzenstein, fue una de las integrantes del jurado del LXIV Salón Nacional de Rosario realizado en 2010. Ese jurado otorgó el Segundo Premio Adquisición Municipalidad de Rosario a In dubio pro operario (En caso de duda, a favor del trabajador), una escultura en tubos de neón con este texto por Karina Granieri, quien utiliza el lenguaje visual de las vidrieras de negocios para enunciar un principio jurídico del Derecho Laboral.

El Cuarto Premio Adquisición Fondo Nacional de las Artes fue para 37738 Gastón Miranda, un video de Gastón Miranda filmado en una sucursal de una cadena de alquiler de, precisamente, videos. Despedido de hecho y no de derecho, se dirige a sus ex patrones en el mismo medio audiovisual que era la mercancía de ellos. Filmándose con una cámara puesta sobre un carrito, Miranda se registra cometiendo mínimas violencias contra su lugar de trabajo. Hay una furia soterrada, amenazante, tragicómica, en su mirada intensa a la cámara, una especie de Día de furia que no estalla. La empresa jamás acusó recibo pero el video es una obra de culto en la web. Ambas obras están en la muestra.

La acción artística tiene su tradición. En 1968, Oscar Bony le pagó a un obrero fabril el doble de su sueldo por sentarse en una exposición en el Instituto Di Tella cual escultura viviente con su familia. En 1971, Federico Manuel Peralta Ramos dilapidó su Beca Guggenheim en una cena con amigos y le escribió a la John Simon Guggenheim Foundation una carta explicando lo artístico del gesto. En 1972, Víctor Grippo y Jorge Gamarra construyeron un horno popular para hacer pan en una plaza de Buenos Aires. Luego fabricaron pan y lo repartieron entre la gente que pasaba. Hay registros de todo eso en la muestra, sin demasiadas precisiones didácticas ni informativas.

¿Es el artista un trabajador del arte? En 1929, Alfredo Guttero retrató al pintor Victorica como un obrero en un soberbio retrato en yeso cocido sobre aglomerado que fue donado al Castagnino por Rosa Tiscornia de Castagnino, madre del coleccionista que dio su nombre al museo. En 1990, Liliana Maresca creó su propio carro de cartonero avant la lettre, Carrito blanco, que fue reconstruido en el año 2003 y ahora es parte de la colección Castagnino+macro.

En febrero de 2002, aliado a una asamblea popular, nació el Taller Popular de Serigrafía, un grupo de artistas que trabajan en el contexto de luchas sociales y movimientos de protesta. La precariedad en las condiciones de vida y de existencia es algo que los artistas comparten a menudo con los arrabales de la fuerza de trabajo: los temporarios a merced de las agencias de colocaciones como la que pintó en 1920 Valentín Thibon de Libian. Cuenta Sabina Florio (Rosario/12, 14 de enero de 2011), a partir de testimonios de Erminio Blotta, que en 1914 Thibon de Libian expuso en el Primer Salón Nacional de Bellas Artes de Rosario, organizado por artistas en la Casa Blanca de Casildo Souza; era una pinturería, precisaba Blotta.

Los antiguos silos son el lugar ideal para mostrar diversas miradas sobre el trabajo, desde las obras o el puro registro. Se exponen piezas de la colección Castagnino+macro de Fernando Benedit, Adriana Bustos, Jorge Gamarra, Leónidas Gambartes, Karina Granieri, Víctor Grippo﷓Jorge Gamarra, Luciana Lamothe, Marcos López, Liliana Maresca, Gastón Miranda, Doma, Benito Quinquela Martín, Marcela Sinclair, Valentín Thibon De Libian y el Tps (Taller Popular De Serigrafía). Integran además la muestra obras de Florencia Bohtlingk, Oscar Bony, Alberto Goldenstein, Fernanda Laguna, Fernando Paillet, Liliana Porter, y la pintura de Magdalena Jitrik La belleza de las tareas (2005) de donde sale parte del título.

Denuncian la explotación los Nueve nenes limpiavidrios (de la serie Usted contento), el grupo de nueve esculturas en resina que el grupo Doma (Mariano Barbieri, Julián Pablo Manzelli, Matías Vigliano y Orilo Blandini) realizó en 2003 y donó en 2007 a la colección Castagnino+macro. Junto a un video de Liliana Porter, For You / Para Usted (1999), realizado con juguetes, la escena siniestra de los niños limpiacoches haciendo el saludo hitleriano se reduce a la literalidad del juguete. Resulta desconcertante el encuentro nada casual de las fotos documentales tomadas en 1922 por Fernando Paillet, cedidas por el Museo de la Colonización de Esperanza, con la Tijera para castrar (1978) por Fernando Benedit, un verosímil de herramienta o instrumento de tortura en algún museo del horror. La fecha tampoco es casual. El contraste con la dignidad de los artesanos y comerciantes de principios de siglo resulta abrumador para el espectador informado.

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La belleza de las tareas, óleo sobre tela de Magdalena Jitrik
Imagen: Alberto Gentilcore.
 
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