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Martes, 23 de mayo de 2006

CULTURA / ESPECTáCULOS › EROTISMO Y HUMOR EN LOS DIBUJOS DE BASSO YOSSEN

La ingenuidad sólo aparente

 Por B.V.

Un estilo claramente definido, con raíces en la ingenuidad sólo aparente del art brut, caracteriza los dibujos en grafito y pastel de Fabiana Basso Yossen. Son quince obras que pueden verse hasta el 24 de este mes en una de las salas de arte de la galería Krass Artes Plásticas (San Martín 631) y el número de obras no es casualidad: La niña bonita (el 15, en la jerga de los quinieleros argentinos) es el título de la muestra.

Con singular coherencia, cada obra es acompañada no sólo de su título, sino de un breve texto narrativo: abundan, en unos y otros, palabras como "niña", "boda", "sueño", "maravilla", que configuran un universo deliberadamente ingenuo, articulado en torno a la idea de seducción ("Para ella, todas las noches son noches de bodas", se lee en uno de los textos) y a los polos del día y de la noche. Este lenguaje verbal se corresponde con un consistente repertorio de dibujos quizás inspirados en el arte de los niños y de los enfermos mentales, también llamado art brut. Los trazos son salvajes, intensos, abundantísimos, y van tramando una especie de tapiz de violentos contrastes entre colores puros. Estos trazos insisten en reiterar imágenes estereotipadas y simbólicas: la figura femenina ocupa un lugar central, y en torno a ella un repertorio de recurrentes cruces, lunas, dameros y corazones llenan hasta el tope el espacio pictórico (el horror vacui o miedo enfermizo a dejar espacios en blanco es un rasgo característico del art brut) con la displicencia de quien parece llenar además un tiempo de ocio y de tensa expectativa. Tal es el tiempo de la adolescente o, no sin humor e ironía, la "niña".

Las poses de estos esquemáticos pero expresivos desnudos femeninos remiten también al ocio y al placer: estos dibujos construyen el retablo de un arte erótica cuyo eje es el tema de la espera del amante. Con todo su desparpajo, esta obra se asienta en la tradición europea de la apropiación de motivos eróticos orientales, es decir: en la figura de la maja o de la odalisca como emblema del exotismo. Así, Goya, Ingres o Matisse son ingredientes claves a la hora de apreciar la composición de cada uno de estos cuadros, todos los cuales tienen por tema a la mujer como emblema del goce sensual, y a su figura como centro de un mundo visual constituido básicamente por planos decorativos multicolores que se fracturan y subdividen hasta el infinito.

Fabiana Basso Yossen (Santa Fe, 1966) vive y produce desde hace 15 años en Rosario, donde completó el Ciclo Básico en la Escuela de Bellas Artes en la Facultad de Humanidades y Artes y se dedica a la docencia privada en su taller. Su búsqueda personal indaga en la mitología de lo femenino y en la obra de maestros modernos como Modigliani, Picasso, Xul Solar y el rosarino Miguel Ballesteros. En agosto del año pasado presentó en la Alianza Francesa de Santa Fe su muestra, Circo en el mar, también centrada en la figura femenina. En esa otra serie, sirenas en escenas circenses desarrollan, según el texto de Serge Maller, el simbolismo del "océano de la vida".

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