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Viernes, 29 de agosto de 2014

CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. EL CIRCUITO INTERBARRIAL CELEBRA SUS DIEZ AñOS DE TRABAJO

Calidad con sello barrial y popular

Impulsado hace una década por la Secretaría de Cultura municipal, el programa reúne a vecinos de distintos puntos de la ciudad con el objetivo de darle forma a puestas teatrales, fomentando así la inclusión y el encuentro.

 Por Edgardo Pérez Castillo

Como rompiendo la equívoca contradicción entre el espíritu vocacional y la puesta en escena de obras de calidad, el Circuito Interbarrial de Teatro celebrará sus diez años con la presentación de tres espectáculos. Impulsado desde 2004 por la Secretaría de Cultura municipal, el proyecto coordinado por Gustavo Guirado tomará como escenario al Centro de Expresiones Contemporáneas (Sargento Cabral y el río) donde los tres elencos que conforman al programa presentarán sus trabajos con el siguiente cronograma: hoy a las 20 será el turno de Ventanita de arrabal, dirigida por Laura Carassai y a cargo del grupo El Telonazo; mañana a la misma hora La Sudestada repondrá La enferma imaginaria (con dirección de Vilma Echeverría); y el domingo, a las 19, Mamita. Historias flotantes será interpretada por el grupo Locos de la Jaula que conduce Carla Rodríguez.

Según apunta Guirado a Rosario/12, en estos diez años el proyecto ha permitido instalar una idea "en donde lo popular y lo barrial no necesariamente tenía que ser de baja calidad". "Hicimos una apuesta fuerte en éso, para que las obras fueran creciendo en sus posibilidades estéticas, de actuación, y en sus posibilidades dramatúrgicas --remarca el coordinador, también director y dramaturgo--. Son grupos muy dinámicos, pero a pesar de esa dinámica cambiante, que se transforma a sí misma todo el tiempo, hay una maduración, una decantación importante".

En ese sentido, Guirado y el trío de directoras dan fe de la evolución evidenciada en los espectáculos. "Las obras que se están haciendo en este momento son de una complejidad y exigencia importante, y se pueden hacer porque hay un proceso de maduración que tiene que ver con haber ido cimentando año a año un trabajo sobre la actuación, el espacio, sobre los textos. Con obras que tienen siempre con un auto caudal de entretenimiento para la gente, pero también con un compromiso visual, estético y de actuación", explica el coordinador.

En esa línea, Guirado remarca que la profesionalización no es perseguida como objetivo: "La palabra profesionalización trae mucha confusión. Porque está muy referida a la idea del dinero, al cobro de un sueldo. Nosotros no tenemos la idea de la profesionalización, sino la idea de un espacio de convivencia donde un lenguaje artístico propicia encuentros nuevos e inesperados. Ese es el objetivo fundamental. Sí hay algunos de los primeros integrantes del Circuito que ahora se dedican al teatro, pero son emergentes de un proceso que tiene la intención de preservar ese espacio (podríamos decir) vocacional, donde la gente no elige al teatro como un medio de vida sino como un lenguaje artístico o una forma de encontrarse con otros, de producir encuentros que por ahí son inesperados. De ir a lugares que nunca hubiesen ido, y a prestar un servicio".

Para el coordinador, esos preceptos guían una labor que ha logrado perdurar en el tiempo, con logros que van incluso más allá de lo que el público puede apreciar en escena. "A través del programa cruzamos dos cosas importantes y complejas de ser cruzadas: un lenguaje artístico y un servicio comunitario. Son vecinos que prestan un servicio a otros vecinos, vamos a escuelas, vecinales, geriátricos. A mi modo de ver, es una instancia inédita en la ciudad. Es la primera vez que se abren espacios de construcción de teatralidad con la intención de que recorra toda la ciudad y que tenga sobre todo este objetivo. En principio tuvo que ver también con generar ciudadanía a partir de los intercambios, porque los elencos de una zona se cruzaban con los de otra. Esto fue muy importante al principio. Y hay también un proceso integrador entre distintas edades. Una cosa que valoramos mucho es que hay obras donde actúan pibes de veinte años con gente de 82. Logramos que sean espacios inclusivos, que dan inclusión a gente que no lo encontraría tan fácilmente en otros lados. Es gente que se hace visible, que se incluye en un contexto social a través del teatro", concluye Guirado.

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Ventanita de arrabal, dirigida por Laura Carassai
 
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