Más de cuarenta años demoró el español Patxi Andión en regresar a la Argentina. Y si bien fueron varios los factores que incidieron en esa ausencia, lo concreto es que, luego de una primera visita realizada en 1970, fue recién en 2013 cuando el músico pudo reestablecer contacto con un público que había atesorado algunas de sus canciones, pero que había perdido el rastro de ese autor que supo llamarse a silencio durante una década. A dos años de ese retorno, que incluyó además su primera actuación en Rosario, Andión volverá a la ciudad de la mano de Cuatro días de mayo, único disco en vivo entre su extensa discografía.

Registrado durante una serie de conciertos en Portugal, el trabajo acompaña a esta nueva gira de Andión, que esta noche a las 21.30 recorrerá en el Auditorio Fundación (Mitre 754) algunas de las obras allí registradas, apostando una vez más al formato intimista de guitarra y voz.

Solo en escena, Andión se permite recorrer con libertad el repertorio, ése al que entiende en constante movimiento. "Traigo el concierto más o menos delineado, pero puede surgir en cualquier momento una cosa que cambie --explica el compositor--. Soy un tipo que cambia mucho. Muchas veces me dicen que cuando canto en directo cambio frases. Y es que estoy corrigiendo continuamente a las canciones. Estoy continuamente repasando porque entiendo que la canción es una cosa que está viva".

Nacido en Madrid, pero fuertemente arraigado al País Vasco, Andión hizo irrumpió en la escena musical española en los años 70 con obras de claro corte antifranquista, lo que le valió un exilio en París. Desde allí fueron creciendo su música y su nombre hasta que, sobre los años 90, profundizó su trabajo como actor, obtuvo un doctorado en Sociología y comenzó a desempeñarse como profesor universitario. De ese modo, durante diez años, la labor musical de Andión (al menos en su faceta pública) quedó relegada. Hasta que su reaparición demostró que no había óxido en su pulso creativo, en su mirada certera como cancionista. De regreso a las giras, Andión sigue teniendo en claro cuál es su rol: "Un cantautor es alguien que a través de sus canciones mantiene un compromiso cultural, primero, con la poesía y con la música. Después social y, eventualmente, político. Eso quiere decir que el cantautor tiene que estar en común con todo lo que lo rodea, con su contemporaneidad. Muchas veces me plantean que canto canciones nuevas cuando les hubiera gustado escuchar tal o cual canción. Efectivamente es así, pero necesito cantar lo último que estoy componiendo, porque es una cosa que necesita confrontarse con la gente. Y, segundo, para sentirme en la contemporaneidad. Nunca miro para atrás. Sé que hay gente que se dedica a explotar lo que durante mucho tiempo hicieron, y lo hicieron muy bien, pero yo soy un inconformista. Mis hijos me dicen que soy un salvaje".

Como artista, pero además como docente y sociólogo, ¿cómo vive la contemporaneidad en la España actual?

Mal... Las elecciones del domingo pasado pueden haber cambiado algunas cosas, puede que se empiece a iniciar un período nuevo, por lo menos en que habrá alguien nuevo influyendo por fuera de los dos partidos hegemónicos que se han alternado en el poder desde la muerte de Franco. A mí me parece que es muy sano, tengo muchas esperanzas puestas. De todas maneras lo que sí pretendo, y creo que es una tarea urgente, es que haya una reculturización del país después de tantos años de gobierno conservador. Los conservadores no creen en la cultura, porque saben que la cultura es de izquierdas. El 25 de mayo estuve en Plaza de Mayo escuchando el discurso de la presidenta Cristina Fernández, que hizo varias referencias dando las gracias a los artistas argentinos. Y yo pensaba: 'Coño, esto no lo ha dicho ni un solo político español en cuarenta años'.