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Miércoles, 2 de mayo de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › EL CEC RECUPERANDO LOS ESPACIOS PARA LAS ARTES ESCENICAS

Ciclo para conocer buenos creadores

El Ciclo de teatro Nacional del CEC se va a desarrollar hasta fin de año con dramaturgos locales y de Buenos Aires.

 Por Julio Cejas

En un intento por recuperar un espacio que en sus orígenes lo posicionó como sitio privilegiado para la experimentación de las artes escénicas, el Centro de Expresiones Contemporáneas inició el miércoles pasado, un Ciclo de Teatro Nacional. Como no podía ser de otra manera una de las obras prestigiadas por la crítica porteña como integrante de la nueva camada dramaturgos jóvenes, subió a escena para deleite de entendidos y seguidores de esta línea estética. "La Pornografía" es uno de los últimos trabajos de Gonzalo Martínez, autor que se inicia en el año 1992 y que tiene entre sus maestros a figuras como Daniel Veronese, Alejandro Tantanian y Mauricio Kartun, entre otros maestros.

Actualmente, Martínez está actuando en dos obras con dirección y dramaturgia de Lola Arias - "Striptease" y "Sueño con revólver"-, y una obra con dramaturgia y dirección de Matías Feldman, "Todo se desmorona salvo este dolor". Otra de sus producciones como director, sigue en cartel en Capital Federal: "Los Demonios", obra basada en la novela de Fedor Dostoievski adaptada por el propio director.

En el caso de la obra que abrió el Ciclo de Teatro Nacional, Martínez abreva en la novela "La seducción" y en algunos pasajes de Ferdydurke de Witold Gombrowicz para dar cuenta de su obra "La pornografía". No es casual que Gombrowicz tan preocupado por el tema de las formas, y como en este caso por su particular mirada con respecto a los conceptos de madurez e inmadurez, sea retomado por el teatro.

Sobre esos materiales el teatro ha venido trabajando desde sus propios orígenes y es quizás porque se funda con la presencia de la mirada del otro, la vigencia de una problemática tan bastardeada en los últimos años.

En una escena despojada, un hombre aparece descansando sobre un colchón, se abre una puerta de esa habitación y se asoman cuatro figuras que se comunican a partir de la mirada como una especie de código secreto para definir su relación con la del extraño visitante.

Nos enteramos que el hombre observado ha sido enviado a esa casa por sus tías para que "se defina", para que descubra "qué es". Los que lo observan son una pareja de atractivos jóvenes y dos hombres mayores que parecieran empeñados en mostrar la inmadurez de los jóvenes, situación que se volverá un tanto obsesiva y que parece ser el disparador del juego.

El destinatario de estas acciones se llama Iván, alguien que aparece con una máscara que los demás descubren y arrancan para intentar llegar al verdadero rostro que éste todavía está buscando. Sergio y Nicolás que son los mayores organizan las "escenas" representadas por la pareja de jóvenes, construidas especialmente para Iván, único espectador y cómplice de un ritual en principio forzado.

Para enfatizar la constante alusión al voyeurismo, rol al que es invitado y hasta arrojado a cumplir Iván, aparece una "ventana indiscreta" que se empotra sobre el decorado y por la que deberá seguir las acciones de los jóvenes en el exterior de la casa.

En "Ferdydurke", Gombrowicz plantea no sólo el tema de la inmadurez natural del hombre sino aquella inmadurez alcanzada por medios artificiales, de la cual la cultura es uno de los exponentes más fuertes.

Pareciera que al protagonista de "La Pornografía", hay que intentar integrarlo a un juego donde él cree encontrar su identidad, pero en realidad pareciera ser el objeto de juego de los otros.

El grupo actoral integrado por Alexis Cesán, Darío Levin, Claudio Mattos, Romina Paula y Lautaro Vilo, cumple el itinerario trazado por el director, logrando por momentos un perturbador juego donde las miradas y las acciones pueden más que las palabras.

Para los que recién se acercan a las dramaturgias provenientes de Capital Federal, que tanto han influido en creadores de diferentes puntos del país, esta es una buena síntesis del alcance poético de algunas búsquedas que cuentan con nombres ya consagrados.

Para los más familiarizados con estos códigos, el trabajo no aporta mayores sorpresas y se degusta más leyendo desde el proceso de trabajo del director y del grupo que en la recepción del producto final.

Este Ciclo de Teatro Nacional, que propone un encuentro mensual con una obra invitada de Buenos Aires y otra del interior del país, continuó ayer con "Abre su Rosal" dirigida por Georgina Rey y el miércoles 25 de junio con "Un acto de comunión" dirigida por Lautaro Vilo, las dos de Buenos Aires. Para incluir también a los realizadores locales, el C.E.C. ha previsto un Ciclo de Directores donde junto a otros teatristas nacionales, se podrá apreciar la producción local.

Este Ciclo se inicia con el autor y director Matías Martínez y consta de tres trabajos que se podrán ver el viernes 25 de mayo ("Los Visitantes de Pescados); el sábado 26 ("Horacio, amigo de Hamlet) y el domingo 27 ("La Sociedad Secreta Revolucionaria"). En el mes de julio está prevista la presencia de otro consagrado creador porteño: José María Muscari que presentará dos de sus últimos trabajos: "Cotillón" y "Dame Morbo".

En setiembre en "Tres Modos de la Escena", el director local Aldo Pricco presentará sus versiones de los clásicos "Troyanas" y "El soldado fanfarrón" y la obra de Javier Daulte "Fuera de Cuadro".

Para noviembre el Ciclo adoptará el nombre de "Cuerpos Mal habitados" y estará dedicado a la dramaturgia del rosarino Juan Hesell que presentará "Tres ficciones, tres borradores y algún que otro cuerpo contaminado".

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La pornografía, de Gonzalo Martínez abrió el ciclo en el Centro de Expresiones Contemporáneas. La obra abreva en la novela "La seducción" y en algunos pasajes de "Ferdydurke" de Gombrowicz.
 
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