rosario

Martes, 23 de mayo de 2006

CARTELERA

Rubén Echagüe: el pan como símbolo del hambre de sentido

El culto, que según algunos teóricos fue el origen del arte, recupera en la muestra de Echagüe en Pasaje Pam, algo de su antiguo sitial por vía de una fina ironía borgeana.

 Por Beatriz Vignoli

Sin duda alguna la estrella del pasaje Pam este mes es Rubén Echagüe. Este artista plástico y escritor rosarino de larga trayectoria en la cultura local, presenta en la planta alta de Peccata Minuta (local 26) diez obras pequeñas, fieles a su estilo y realizadas con su acostumbrada solvencia compositiva, cuyo elemento recurrente es un pedazo de pan. Inspirada en el collage surrealista, la poética de Echagüe se basa en un anacronismo por el que combina diversos objetos de arte de estilo neoclásico (o sus reproducciones) transformándolos en inmortales viajeros del tiempo, en tesoros de anticuario que llevan más de cinco siglos atravesando toda suerte de peripecias. Así, por ejemplo, una ominosa baguette se cierne como un plato volador sobre unos antiguos filósofos peripatéticos de Poussin, sumándole al kitsch neoclásico de aquella caprichosa Antigüedad inventada por la academia moderna una artificialidad mucho más consciente de sí.

Trabajar los materiales de una cultura de raigambre clásica con métodos de las vanguardias históricas europeas, hasta llevarlos a provocar un efecto de perplejidad y de extrañeza, ese es también el juego que Borges propone a sus lectores en textos como Kafka y sus precursores. Tal vez por eso es fundamentalmente literaria la estrategia con que Echagüe bautiza esta exposición: Pain (pan, en francés; aunque en inglés significa dolor) alude al nombre del Pasaje y a un alimento básico. El pan, en palabras del autor, simboliza el hambre de sentido. No es casual entonces que la estética con que presenta sus objetos remita de un modo u otro a ciertas formas tradicionales del culto religioso, tales como la reliquia en la vitrina, o incluso (muy sutilmente, en el arte gráfica de las invitaciones) a la popular "estampita". El culto, el ámbito cultual, que según algunos teóricos fue el origen del arte, recupera aquí algo de su antiguo sitial por vía de una fina ironía borgeana.

Diseminados además en puntos estratégicos del Pasaje, hay una instalación lumínica de Gabriela Gabelich, otra de Alejandra Tavolini, una obra efímera de Ivana Vollaro, y Pablo Franza presenta su audio-﷓instalación Voice Voyage, consistente en unos audios de CD basados en fragmentos de vinilos que pueden escucharse gracias a una instalación de mesas y auriculares. En la trastienda de la librería Imaginen Todo (local D) Fabiana Imola, en una muestra individual impecable, atornilló a la pared sus esculturas planas de metal pintado de negro, dejando unos diez centímetros de luz entre ambos planos. El resultado es conceptual y visualmente interesantísimo, ya que el contorno de las esculturas reproduce una serie (indescifrable) de sombras. Lo que se ve proyectado en la pared, entonces, son sombras de sombras. Esta doble apuesta a lo real (inclusión de un hueco o brecha entre la obra y el muro; fuente documental de los diseños) es una nueva y rica vuelta de tuerca en la serie de esculturas de pared que viene realizando esta joven artista rosarina en lo que va del siglo.

Además, en la vitrina del Pasaje, Guillermina Ygelman promociona Atypica, una revista objeto mensual y temática de diseño, cultura y tendencias, que dirige. La revista tiene una tirada de 5.000 ejemplares que circulan por suscripción o en puntos claves. En su sitio web www.atypica.com.ar puede verse el número 18, dedicado a la belleza. A juzgar por la vitrina y el sitio, la estética de atypica remite a la áspera belleza urbana de afiches desgarrados, graffitti y zapatillas de skater que pueden hallarse en cualquier subte de cualquier gran ciudad del mundo global. Son imágenes que provocan ese agradable vértigo, tan de esta época, de estar a la vez en el centro y en la periferia, es decir en cualquier parte. Los enlaces del sitio de la revista son particularmente jugosos. Y por ellos es posible enterarse de otras cosas muy, muy cool que pasan en Rosario. Donde, por ejemplo, el jueves 27 de abril, en la galería de arte urbano ClubBlast Street Art Gallery (Mitre 833) se inauguró una muestra de los RUN DONT WALK, un colectivo de artistas también con sitio propio: www.rundontwalk.com.ar

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Echagüe presenta diez obras pequeñas, cuyo elemento recurrente es un pedazo de pan. Trabaja los materiales de una cultura de raigambre clásica con métodos de las vanguardias.
 
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