rosario

Sábado, 6 de febrero de 2010

CONTRATAPA

DIEZ LIRIOS ROJOS

 Por Miriam Cairo

ALGUIEN VIVE

No es necesario que hables con las sombras estiradas al borde del destino. Es imperioso que te libres de la marchita raíz del árbol que te consume. No te quedes mudo para contarle a tus venas que la máscara de una penumbra lleva nombres ocultos en los pliegues.

Dejá que las aves chillen doscientas veces sobre el rubor de la luz dorada, mientras tu lengua cuelga como una tibia manta donde dos mujeres anaranjadas se besan desde abajo, desde la tersa rosa, desde el origen. Verás que ninguna flecha negra te matará. Verás que alguien vive.

ELIPSE

Calmo como las estrellas que duermen, mientras el amor gotea y se acumula en el hueco de su mano, él cierra los ojos esperando que una vez más su ángel beatífico cometa con su cuerpo crímenes increíbles.

OCHO ALAS

El ave nocturna llega para silenciar los sonidos y calmar la agitación del cielo. Yo digo más con los ojos que con los labios. Pero con los labios encuentro lo que no puedo descubrir con los ojos. Doscientas veces sentí que una mariposa buscaba incesantemente la flor abierta, pero sólo hallaba el callar del corazón del lirio. Pura confusión entre nosotras. Ni siquiera podemos ir al refugio de los lagartos donde buscar un signo que despunte la vida. Cuando ella se alza, el llanto de los árboles se aflige detrás del viento. Cuando yo me alzo, el viento suelta las escamas de la luna plateada. Ella hace reflejos luminosos sobre los muros familiares de la noche. Su rostro bueno ilumina y calienta los espacios ciegos. Es complicado vivir en cosas que siempre he soñado pero, con su vuelo, impulso mi roja sangre de lirio rojo.

LA NOCHE GUARDA SU SECRETO

No se trataba de que hiciera señales de viento, de espadachín, de rey Momo o de zulú, por decir algo, pero a él se le erizaba el cuerpo, ansioso de sus órdenes, cuando ella murmuraba. Sus labios florecían suaves en la sombra de la tormenta pero al retirarse no podían repetir lo que habían oído. No podían sentir lo que habían sentido. Porque no se trataba de hacer el amor sino de que él llegara por sus propios medios.

DOSIS DE LIRIO Y LUNA

La luna de verano rueda eternamente. Temperatura en ascenso. Todas las flores, todos los lirios, el pan necesario. No se aguardan fuertes vientos huracanados. Ondas sonoras sin objeto se mezclan al azar. Los lirios se rompen la cabeza tratando de remediar los engorros de la vida. Los lirios son sensibles a las bajas alturas. El paracaidismo es una excelente manera de vivir y de morir: da sus frutos en dos planos. Doscientas veces la luna gira antes de la eternidad. Las lunas del mundo son circulares y ruedan sobre el río. Cuando la luna anda con su peligrosa cabeza inclinada, se bebe a los lirios por los poros. Sucede en las mejores familias. Nadie puede detenerla. Los lirios arden como los meteoros. Luego se descaman y caen al vacío igual que el paracaidista. Los jardineros y los astrónomos deben tener muchas ideas al respecto.

CLIMAX DE LIRIO

En la impredecible distancia del tiempo y sobre el suelo cóncavo, penetran los sueños, furtivamente, un segundo antes del fin del mundo. Qué manía tiene de acabarse, tres o cuatro veces al día, sobre su lecho de lirios, el insaciable mundo.

PULPA DE DIOS

Fluyó hacia arriba y se sentó en su quietud de plácidas hojas para robar un sueño de la fuente de los sueños y violar el lugar destinado para el sufrimiento. Entonces se vieron los brazos de dios que bajaban con la rosa de la vida entre los dedos y un ardor de agua en los labios. Hubo un rumor de cosas amparadas y comenzó el día su nacimiento pernicioso. El tallo de dios temblaba al ser estrechado con un fuerte amor de violetas mientras un borbotón azul nacía de la punta como una naturaleza indebida. Pero la noticia no apareció entre las páginas del diario porque los editores tienen sus cosas bien guardadas.

ESPEJO GIRATORIO

No sólo es necesario vigilar a la que roba sueños de la fuente de los sueños y obligarla a no divulgarlos, sino que además debemos exigirle que cuide de nosotros, de nuestra frágil gracia, de nuestro páncreas, de nuestra crisma, mientras escribe con una mano y con la otra se suelta de los doscientos brazos de la noche nacarada.

ORGULLOS DE FLOR

Enterrada hasta las rodillas, la oscuridad desciende en llamas hacia este mundo. La camelia parece una reina negra sosteniendo una criatura blanca en cada rama. No hay enigma más hermoso que este milagro detrás de mí. Sobre el secreto de las aves y las brisas sigo la pista de un beso no dado que susurra y ansía. No fue hace mucho sino ayer cuando los suspiros se elevaron y cayeron, cuando violé el recinto prohibido donde brillan los ojos de un animal terrible y divino.

REMOLQUE DE LUNA

La noche abre su puerta. La luna en mí. Yo la luna. En mi ausencia falta algo: yo. La luna con ojos de primer hombre. Los plantadores de lirios andan en el jardín, oscuros como mariposas nocturnas. Bajo la nube frutal tengo las piernas atadas con un hilo. Las cosas ocurren con sólo desearlas, aunque a veces no me atrevo a resucitar de nuevo. Pero muy habituada estoy a no franquear el pórtico de las predicciones.

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