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Domingo, 23 de octubre de 2016

CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA

Poder al poder

 Por Adrián Abonizio

"Si no estás prevenido ante el Poder de los medios de Comunicación estos te harán amar al opresor y odiar al oprimido" ‑Malcom X

 

  • No te burles de los señalados de Dios, de los enfermos, decía mi tía. Pero éramos niños y crueles en nuestro pequeño territorio. Ahora, ya de grande, crecido y austero en la burla, tratando de ser redimido en nombre de tantos, cansado de torpezas y crímenes, me pregunto si el sonido que emite Magnetto no solo es la voz del amo sino que por su horribilidad es el timbre de lo Oscuro. Solo preguntas de un tipo práctico y políticamente sin firma; un niño grande incrédulo y supersticioso, sabedor que el Mal a veces se muestra tal cual hemos visto en la series: de la peor forma, de la más obvia, con la voz  truculenta, investido de fealdad y realismo como en las pelis de Argento. El Cuco, ni más ni menos.
     
  • Pobrecita Gabriela Sabatini, con su belleza andrógina y radiante, quien sentía tanta fobia al poder y el encumbramiento que según, sus dichos, solía dejarse ganar para no tener que soportar el peso del podio y la recepción del premio. Créase o no.
     
  • Hace poco, luego de cumplirse cuarenta años del golpe del 76 salieron a la luz declaraciones de Jorge Carrascosa, lateral formidable de Rosario Central y capitán de la Selección, quien renunciara a su jefatura y a la participación en el Mundial pues entendía que el país estaba desangrándose y el fútbol no resultaba ajeno. "No quiero opinar demasiado. No puede ser que este deporte hermoso te coma las ganas de vivir, se incentive a los árbitros, se sume al doping. Uno juega por la gloria no por dinero. Hice lo que hice porque pienso que es lo que debía hacer. El poder te mata", culminó. La AFA no se dió por aludida. Vive en Mar del Plata. Ninguna calle aún lleva su nombre.
     
  • Hay abuelas, por lo general, de sonrisas amenas, saludadoras y de buen  porte que, puertas adentro manejan la casa como un feudo. Aman el magro, el estúpido poder que tienen. A su hijo le costaba concentrarse en otra cosa que no sean jueguitos de la compu. Con mucha paciencia le destinó una tarea que el niño, de a poco fue cumpliendo: armar una huerta. Y el semillero se convirtió en grano erguido y en plantas. Un triunfo. Pero la abuela, advertida del éxito y poniendo como excusa que le "ensuciaban" el jardín, segó con mano de jardinero asesino, todo el plantío juvenil. El pibe, quien vivía de prestado bajo ese techo lloró de indignación. El padre rayó el auto de la suegra una noche de lluvia. Era mejor eso que asesinarla. Al poder se lo destripa, se lo destrona, se lo destraba con actos simples de justicia casera.
     
  • "El mando, la autoridad, debe ser invisible casi. Que hasta tus soldados más fieles no te vean salvo cuando los llamas para felicitarlos por una buena acción o para asesinarlos. Se teme a lo que no se ve siempre pero está", aconsejaban los jefes de la mafia italiana.
     
  • "Hay algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho con su sufrimiento", manifestó ella, ahora santa. Mientras tanto ella recibía el mejor tratamiento médico en los mejores hospitales del mundo.
    Un estudio de dos investigadores canadienses, publicado en 2013 mostraba que la imagen de Teresa de Calcuta era una potente campaña de la Iglesia y medios afines. Aseguraban que varios médicos que visitaron sus misiones quedaron horrorizados con 'las casas de la muerte'.
     
  • El Poder acusa de todo al que descubre, manifiesta e ilumina, menos de precioso pero se sigue allí, con los enojos basado en documentos y señales escritas de una realidad que esconden bajo la alfombra, donde, oh casualidad como en los filmes malos, hay también un cadáver que hiede mal y a quien los buitres o las zarigüeyas comerán. Se llama el Corazón de la Patria. Pero renace aún luego de ser mordisqueado y considerado carroña. Es eterno, amigos, es eterno. Por más que te amenacen, torturen y asusten. Es la Patria, amigos, es la patria lo que está en juego, ni más ni menos. La Madre de todas las batallas.
     
  • "Guerra a la guerra" era la oración preferida de los pacifistas de la contienda de 1914, una trampa de los burgueses para repartirse el mundo. "Si quieren la guerra, señores gordos, páguenla con la vida", gritaban. Eran tal los intereses de los capitalistas que fabricaban armas, que cuando se oía un rumor de paz sus acciones en la Bolsa descendían. Finalmente, la valiente Rosa de Luxemburgo atacando al Poder exclamaba: "Madres de la guerra: no digan he mandado a mi hijo a morir por la patria, si no mas bien, he asesinado a mi hijo". Cuando invadieron Irak, el tipo se enteró por la radio mientras se encontraba pescando. Se puso a llorar frente al Carcarañá.
     
  • Las propagandas son claras, sin rodeos: exaltan el poder de la blancura, el de la desinfección, el de la frescura, el de la dulzura, el de la sonrisa. Y venden tóxicos, abundantes feromonas sintéticas que perforan la piel, despintan los dientes y arruinan la ropa. Todo por el poder de algo. Un muñequito forzudo vuela por sobre el mundo infecto y lo perfora con sus superpoderes; una hadita con tetas infantes hace lo mismo, un dedo gigante aplasta gérmenes o mosquitos. El Poder, el mismo Poder de los gigantes que mandan al frente de batallas a inocentes, aplastan economías y siembran el horror donde hay belleza. No se trata de dinero ya, sino de algo descomunalmente bestial: derruir toda semilla de belleza. Cenar el último animal de una especie, violar jovencitas, apoyar campañas políticas de criminales. Ser el Poder en las sombras y bajo el sol, les da lo mismo. Ya ni se esconden. Saben que es la etapa final de la civilización. Por las noches les suelen contar cuentos a sus nietos antes de que se duerman.
     
  • El hombre es un artista de verdad. En los pasillos de una canal de tevé se ha encontrado con un poderoso, quien lo invita a sentarse y ofrece un café servido por una damita abundante en glúteos y senos. Charlan de la nada y de pronto el viejo encanecido y gélido le pregunta al artista porque hace lo que hace. El hombre joven duda: "Porque es mi profesión", dice. El poderoso hace un gesto inesperado en el aire como si esfumara un humo invisible: "Nada, no sirve para nada todo eso. A la gente, en el fondo no le importa nada de nada porque sabe que se va a morir", retruca. Y suelta una sonrisa encantadoramente monstruosa. El artista se va pensando en la frase sin poder creer que haya pensamientos en el mundo de tamaña crueldad. Entra a estudios y su novia le pregunta si ha visto un fantasma. "Algo... peor, algo peor -susurra‑ Es alguien vivo".
     
  • La camioneta 4x4 atraviesa la ochava en rojo y esquiva el carro que se detiene con brusquedad, pero no puede impedir que la parte trasera golpee la mandíbula del caballo. El tipo que ha visto todo sabe a quien pertenece y se baja de su auto para ayudar. Da los datos al pobre carrero que ayuda al cuadrúpedo a reponerse. Sigue el caso. Se entera al tiempo, que el pobre es acusado de atravesar el semáforo en forma indebida y le retiran le poder de circular. El pingo fallece. Pretende salir de testigo pero le aconsejan que no es conveniente. "Es de uno con poder", le dicen en Tribunales, con miedo y prevención. "No vale meterse en kilombos por culpa de estos negros", retrucan.
     
  • Siente el poder: en la calle, en el camarín cuando se cambia, en las voces en el aire, en el sueldo. Camina firme; sabe dudar, recordar y torear a los mentirosos. Pero a veces presiente el olor de la carroña, del sin sentido de su trabajo, de lo pútrido de la esencia de hiena que hay que tener para ser como él. Es periodista político y está del lado de los buenos. Pero hay noches que duda. "Me estoy pareciendo a mis enemigos", deduce, lanzado ya al precipicio.
     
  • "Si el teatro se ha convertido en un semillero de vicio y desvergüenza, entonces mil veces más, esa nueva invención que quizás viene de la inspiración genial, pero que el judío entendió de inmediato para remodelarlo en el negocio más sucio que se puede imaginar: el cine. Al principio, la gente puso mucha esperanza en este genial invento que podría convertirse en el mediador fácil de conocimiento profundo para todo el mundo ¿Y que ha sido de él? Una desvergonzada inmundicia. Nosotros lo usaremos para dar a conocer la Verdad" ‑Adolf Hitler‑.
     
  • Cosa triste el poder en la Cultura. Artistas vencidos que nunca lo han sido dirigen centros de actividades y secretamente, con rencor, ilegitiman talentos jóvenes para secarlos y que se defrauden lentamente como ellos lo hicieron, pero reconcentrados en la única lucidez posible que han tenido: saber que no eran verdaderos artistas ni nada limpiarían con amor sobre la faz de la tierra más que la emisión de un resuello lastimero de saber que habían mentido y que no daban la talla. Pero están encaramados y digitan salud, vida y muerte de obras. Algún día, lo saben, morirán y nadie los recordará. Es una carrera que tienen contra la legitimidad del acto, sabiendo que están perdidos, solo obteniendo el calor infecto de una jubilación.
     
  • "Anoche soñé que podía y hoy puedo" por suerte escribía Facundo Cabral, un ignorado en Argentina, un místico optimista de los caminos, un predicador algo embustero pero encantador, un claro en medio de tantos artistuelos espesos y llenos de sombras. Tolstoi rechazó el premio Nobel por considerarlo indigno ya que conllevaba dinero. Los danzarines de Tinelli lloran ante un puntaje bueno. Rarezas y monstruosidades de esta vida de poderes y vacíos. De poder y no querer. De horizontes donde resuenan el "!Sí, se puede!" alrededor de un presidente. La letanía suena tristísima como el disparo de fusilería ajusticiando a valientes. El que detenta el cetro bailarín de un mascarón piensa que los valientes son militantes, vagos y mal entretenidos. Negrada, grasada, mierda. Estamos en guerra. Tienen el poder y lo van a perder. Todo cae. Todo sangra. Todo fenece.

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