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Jueves, 10 de junio de 2010

PSICOLOGíA › LA ESCRITURA SINTHOME INDICA QUE NO ES UNA FORMACIóN DEL INCONSCIENTE

Lo más irreductible del goce

Jaques Alain Miller afirma, en Piéeces detachées, que el sinthome está ligado a la satisfacción pulsional. Por eso aparece como una pieza separada del sistema subjetivo, que produce disfuncionamiento. Se trata de saber qué función encontrarle.

 Por Ana Ruth Najles*

La escritura sinthome, indica que este no es una formación del inconsciente. El síntoma, el lapsus, el sueño con toda su envoltura formal, su posibilidad de desciframiento, están del lado de la cadena significante, del lado del lenguaje como elucubración de saber, del lado del semblante, mientras que el sinthome remite a lo real. El sinthome no está ligado al inconsciente como elucubración de saber, afirma Jaques Alain Miller, en Piéeces detachées sino que está ligado a la satisfacción pulsional, y por eso aparece como una pieza separada. Esa pieza se separa del sistema subjetivo para producir un disfuncionamiento.

Lacan llega a decir que el sinthome no tiene más función que la de trabar las funciones del individuo en tanto indiviso, en cuanto un "todo" en la imagen. Pero el sinthome tiene una función eminente en una organización más secreta. La idea inicial de Lacan en el seminario sobre el sinthome, que se apoya en la literatura de Joyce y particularmente en su texto Finnegans wake, que está hecho de ecos de numerosas lenguas y que esto surge del sinthome de Joyce que concierne al lenguaje: la megalomanía. Según Lacan, Joyce supo hacer con la pieza separada, que es su sinthome, una obra que le dio un nombre propio. Es decir que Joyce supo inventarle una función a esa pieza separada del Otro barrado que era su sinthome.

Se trata, en cada caso, de saber qué función encontrarle al sinthome. Del síntoma, en tanto formación del inconsciente uno se cura, pero del sinthome nadie se cura porque es el modo de gozar de cada parlétre, en tanto éste tiene un cuerpo.

Como no se trata de una formación del inconsciente, no se trata del desciframiento sino de su reducción a su vertiente de goce, a lo irreductible al sentido, al punto en el que no hay nada más para decir.

Se trata de alcanzar el real del síntoma, el punto del fuera de sentido. Se trata de circunscribirlo y decidir qué uso se puede hacer de ese modo de gozar que atañe al cuerpo y que llamamos sinthome.

El hueso, el carozo que es el sinthome, es un modo de gozar que se viste con diferentes historias, semblantes, pero, a la larga, ninguno de ellos dice lo que es eso; sino que eso es y es así, más acá de cualquier semblante.

El sinthome como real, como puro modo de gozar objeta el lazo social y la comunicación. Es por eso que para que haya lazo social el sinthome debe estar anudado a lo imaginario y a lo simbólico, o sea, debe estar revestido de su vertiente de semblante para que haya lazo. Pero al mismo tiempo, esto supone que los semblantes que pueden llegar a vestir a un sinthome singular, siempre fracasan en el punto del agujero real del goce.

En ese sentido se puede decir que la incidencia del sinthome sobre los semblantes es la de hacerlos fracasar. A excepción de los casos en los que se llega a hacer de ese sinthome una obra. Como en el caso de Joyce, o en el del psicoanalista como sinthome.

*Psicoanalista EOL. Miembro de AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis).

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Del síntoma, en tanto formación del inconsciente uno se cura, pero del sinthome nadie se cura.
 
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