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Domingo, 13 de abril de 2008

OPINIóN › PANORAMA POLITICO

Imagen y gestión

 Por Pablo Feldman

La reunión del viernes entre la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los presidentes de las entidades que representan al agro, sirvió fundamentalmente para disipar los nubarrones que comenzaban a asomar por la falta de diálogo tras el anuncio de la "tregua" por 30 días que hicieron los representantes del campo. Para aquellos que se solazan con la posibilidad de que recrudezca el conflicto, el encuentro puede haberles resultado poco fructífero, pero para aquellos que ven un poco más allá de sus sembradíos, el sólo hecho de que la Jefa de Estado haya permanecido por tres horas en el encuentro es en sí mismo un hecho trascendente. Y así parece que lo han visto los dirigentes que concurrieron a la Casa Rosada, ya que a pesar de la ratificación de las "retenciones móviles" -como elemento sustancial de la política del gobierno- a ninguno de los referentes del agro se le cayó de la boca la palabra "paro" ni se volvió a hablar de "cortes de ruta". No sólo la extensión del encuentro, sino el contenido ﷓la Presidenta reconoció "errores técnicos" y se comprometió a rectificarlos﷓ y la proyección del mismo, generan expectativas favorables. De todos modos hay que decir que la complejidad del problema y la diversidad de intereses que representan los 4 hombres que conversaron con la Presidenta, dificultan imaginar una solución definitiva e integral. Con las negociaciones encaminadas y a cargo del Jefe de Gabinete de Ministros, es lógico esperar que el póker campestre se vaya deshaciendo y queden tal vez "pares dobles" más afines que ver juntos a la Sociedad Rural y a la Federación Agraria, "logro" alcanzado por la torpeza del gobierno que fue advertido en esta misma columna en los primeros días del paro rural, solo superada por haber calificado de "cuasi mafioso" a Hermenegildo Sábat.

Ese reacomodamiento que se dará en los sectores de la producción, tendrá rebote también en el ámbito político. Sin ir más lejos, un rato antes de la reunión con los dirigentes del campo, la Presidenta había convocado a una docena de Gobernadores a la Casa Rosada para la presentación de un plan (otro más) para derrotar la pobreza. Allí estuvieron, entre otros, los gobernadores de Santa Fe y de Córdoba, los "disidentes" más importantes entorno a la política del gobierno en el tema agropecuario, aunque sólo Hermes Binner tuvo una actitud clara y definida en favor de los reclamos del sector. Juan Schiaretti, en cambio, navegó a dos aguas, lo cual lo dejó sin poder hacer pie en ninguna de las dos orillas, aunque el ex-viceministro de Domingo Cavallo tuvo un encuentro previo en la Rosada para intentar "realinearse".

Algunas crónicas hacen eje en que Binner "fue ubicado en la segunda fila" en la presentación del plan, como si eso obedeciera a una instrucción de la Presidente que le estaría aplicando la "ley del hielo" a quien fuera -según los mismos relatos- uno de sus "preferidos". Otro hecho destacado fue que "sólo Schiaretti" lo saludó con deferencia, como si el resto de sus colegas también hubiera sido instruido para desairar al "infiel".

No parece demasiado consistente sobre todo si se tiene en cuenta que se está hablando de Gobernadores y no de suboficiales que deben "subordinación y valor", y más aún si -como saben en Balcarce 50-, los índices de imagen se han modificado de manera preocupante para el gobierno. La imagen de Cristina cayó claramente por debajo de los 40 puntos por primera vez desde que asumió el Poder Ejecutivo, y la Hermes Binner es la más alta de todo el arco dirigencial y no se reduce a la provincia de Santa Fe.

Los sondeos -a los que tanta atención le presta el matrimonio presidencial- marcan que más allá de la plaza llena, de no dar el brazo a torcer con la retenciones y otras demostraciones de autoridad, el conflicto fue pura pérdida. Y entre quienes "capitalizaron" encabeza la grilla Hermes Binner. Esto para el Gobernador socialista "podría ser un problema" sostienen algunos de sus colaboradores. Sin embargo el propio Binner no se muestra preocupado por eventuales "represalias" y en todo caso parece más atento a no quedar "pegado" innecesariamente a sectores y dirigentes a quienes -aún apoyando los reclamos del campo- no mejoran su imagen en la consideración pública. Ese podría ser el caso de Carlos Reutemann a quien apunta la Casa Rosada cuando mira a Santa Fe. Hasta hace poco más de un mes, el Lole era pieza clave en la estrategia K para que Santa Fe no representara otra derrota electoral el año que viene. La idea era Reutemann Senador, y Agustín Rossi diputado. "Eso ya no existe", dijo el "Chivo" a este cronista con un dejo de pesar. Rápidamente el Jefe del bloque de diputados nacional, se hizo cargo del asunto y saldrá a "buscar" en Santa fe, a disputarle la interna si es que Reutemann pretende ser candidato sin la bendición K. Por ahora nada se sabe. "Falta mucho", dice el ex-piloto fiel a su estilo de generar misterio. Sólo que esta vez en el FPV no van a esperar a ver que hace el Lole. Rossi ya es candidato a su reelección, y entre Reutemann en una hipotética interna y el candidato de Binner para la elección legislativa, tendrá bastante, tal vez demasiado. Y sería más tortuoso todavía en la medida que le agregara el innecesario peso de la "venganza" que la miopía política de algunos de sus compañeros alientan para Santa Fe.

A Binner, por su parte, que se encamine la solución del conflicto con los sectores agropecuarios le va a permitir abocarse a otros aspectos de la gestión que no se suplen con la "imagen positiva" que le deparó su conocido posicionamiento. "Sin sobreactuar" como dijo el Gobernador, pero aprovechando el envión.

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