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Sábado, 25 de febrero de 2012

OPINIóN

Storni por Arancedo

 Por Carlos del Frade

José María Arancedo, ahora presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Santa Fe, oficiará una misa en homenaje a Edgardo Gabriel Storni. No solamente los une la geografía de la ciudad, sino también los conceptos morales. En el año 2009, Storni fue condenado a ocho años de prisión por abuso sexual agravado contra ex seminaristas.

Arancedo, en tanto, minimizó 22 casos de abuso sexual contra niñas y niños del colegio Nuestra Señora del Camino de Mar del Plata, como lo contó la psicóloga Patricia Gordon, ex terapeuta de las víctimas (Ver Las 12, 18.11.11).

Storni fue colocado por el Vaticano en el cargo de obispo auxiliar de Santa Fe, en 1977, luego que Vicente Zazpe cometiera el sacrilegio político de elogiar la pastoral de Enrique Angelelli en La Rioja, diciendo que nunca había visto un mejor ejemplo de cristianismo en la Tierra. La Santa Sede castigó, entonces, dos veces: intervino la diócesis santafesina y miró para otro lado cuando mataron al Pelado. En 1984, cuando Zazpe murió, Storni se hizo cargo de la arquidiócesis y desmanteló el trabajo de su antecesor. Se hacía llamar el Príncipe.

Muchos sacerdotes sufrieron silencios y persecuciones.

Cuando publicamos la primera nota que informaba sobre la investigación que el Vaticano llevaba adelante sobre Storni, distintos referentes de las llamadas fuerzas vivas santafesinas salieron a respaldarlo, entre otros, Jorge Obeid, el ex juez Dalla Fontana, Víctor Brusa y empresarios. Hasta hubo un funcionario que no se animó a decir que su hijo había sufrido vejaciones porque era más importante mantener las buenas relaciones con la iglesia.

"Si hubiera sabido que venía a hablar de estos temas no lo atendía", me dijo Arancedo en una mañana santafesina cuando me acerqué a hablar de los papeles de Zazpe que nunca se publicaron.

Cuando el año pasado se conocieron las cifras que marcaban que casi 40 mil chiquitas y chiquitos santafesinos no comen bien todos los días, allí, en los alrededores del arzobispado de la ciudad capital, Arancedo no dijo una sola palabra.

Sin embargo estuvo solícito cuando algunos feligreses le pidieron denunciar el extravío de la imagen de la Virgen de Guadalupe de la cancha de Colón.

Storni descansa en paz. Uno igual a él, Arancedo, le hará una misa.

Da tristeza y mucha bronca tanta hipocresía.

*Periodista y escritor. Ex redactor de Rosario/12.

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