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Martes, 24 de marzo de 2009

CIUDAD › QUEMARON COLCHONES Y DEBIó ACUDIR JUEZA DE MENORES

Los pibes sin calma del Irar

La protesta fue controlada por personal del Instituto, pero antes de ser recluidos a sus celdas, los jóvenes pidieron la presencia de la jueza de Menores, María del Carmen Musa, quien se hizo presente en el lugar. Los reclamos no estaban demasiado claros.

 Por José Maggi

Cinco menores alojados en el Irar protagonizaron ayer una revuelta con quema de diversos elementos en uno de los pabellones que terminó con dos guardias de Servicio Penitenciario lesionados. La protesta fue controlada por personal del Instituto, pero antes de ser recluidos a sus celdas, los jóvenes pidieron la presencia de la jueza de Menores, María del Carmen Musa, quien se hizo presente en el lugar. El motín con quema de colchones se originó alrededor de las 11 de ayer, y una ambulancia del Sies debió concurrir al lugar para asistir a los involucrados en la revuelta.

"Los únicos lesionados fueron dos guardias del Servicio Penitenciario que trabajan en el Irar", dijo Diego Tejedo, médico a cargo de la unidad N° 26 del Sies que asistió al lugar. Uno de ellos sufrió "un golpe en el abdomen" y el otro tenía "síntomas de intoxicación con monóxido de carbono" producto de la quema de colchones.

Silvia Crescente, titular de la Dirección Penal Juvenil, señaló a Rosario/12 que "los reclamos de los menores no estaban demasiado claros. Luego de la quema de colchones pidieron una jueza o un organismo de derechos humanos por lo que decidimos llamar a la jueza de turno, que llegó cuando estaba apagado el fuego. Cuando se hizo presente la jueza se convocó a personal de salud para hacer un relevamiento de los jóvenes".

Según Crescente "los pedidos eran variados, desde un llamado a sus familiares, que es una demanda permanente porque una vez que lo hacen repiten el reclamo hasta un adelanto de la medicación que receta la psiquiatra, que argumentó su negativa en función de la salud de los menores. Cuando se hace presente la doctora Musa ante nuestro pedido ésta aceptó una requisa para establecer si había elementos cortantes, o peligrosos, por lo cual se revisó en el pasillo a los menores".

Rosario/12 recorrió ayer el Irar y pudo dialogar con el subsecretario de Asuntos Penales, Juan Lewis, quien respondió al informe sobre hechos de violencia relevado por la Coordinadora de Trabajo Carcelario y que publicara este diario el último domingo. "Lo que podemos decir es que vienen decreciendo los casos de violencia dentro del Irar en los últimos meses. Pero hay que decir que en instituciones de encierro se producen hechos como estos, como las autolesiones. Los casos protagonizados por el Servicio Penitenciario nos preocupan desde lo institucional y se han tomado dos cursos de acción: sumarios administrativos, denuncias correspondientes, además de ponernos a disposición de los jueces".

"A fin de prevenir este tipo de situaciones estamos tratando de conjugar la lógica convivencial con la de seguridad. Muchas veces esto genera choques, por eso a fin de armonizar ambas, hemos incluido más personal civil para realizar estas tareas convivenciales con menores infractores. Hemos incorporado acompañantes juveniles y hemos traído a talleristas y operadores profesionales", dijo.

-¿Es imposible que el Irar funcione sin el Servicio Penitenciario?

-Sí, la cuestión es que esto está discutido en la Comisión de Seguimiento, y de las ong que allí participan llegan a este mismo punto. Pero otra cosa es que el instituto esté enteramente gestionado por el Servicio Penitenciario, como lo recibimos. Pero en nuestro plan de trabajo está contemplado que la seguridad está en manos el personal del Servicio Penitenciario porque si esta un civil este debe también requisar intervenir en un motín, o diversas situaciones. El Servicio está para resguardar la seguridad de los menores y del personal. El desafío es lograr que el Servicio se retire de actividades convivenciales, y se limite a la seguridad. No podemos poner al profesor de educación física a parar un motín con chuzas. A fin de resguardarlo decidimos que esté esta fuerza.

-La golpiza que puso a Claudio A. al borde de la muerte deja en evidencia que obviamente ese tarea de resguardo no fue cumplida por el Servicio Penitenciario.

-Aquí no fracasó el sistema, es un hecho. Además el personal del Servicio Penitenciario involucrado fue trasladado y el personal de la Dirección Penal Juvenil pidió licencia.

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Silvia Crescente, directora de Penal Juvenil y Juan Lewis, subsecretario de Asuntos Penales.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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