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Jueves, 10 de enero de 2013

CIUDAD › ASESINARON EN MEDIO DE UNA PELEA ENTRE BANDAS A UNA MILITANTE SOCIAL

Otra muerte en la jungla del narco

Mercedes Delgado, trabajadora del comedor comunitario San Cayetano, murió ayer en la madrugada en el hospital Centenario. Había recibido una bala cuando salió a buscar a su hijo, en barrio Ludueña. Consternación y pedidos de justicia.

 Por Lorena Panzerini

Dolor, impotencia y lágrimas era todo lo que había ayer por la tarde en el Centro Comunitario San Cayetano, de Gorriti al 6000, en barrio Ludueña, donde velaban a Mercedes Delgado, una trabajadora social de 50 años, que recibió un disparo en la espalda al quedar en medio de un tiroteo entre bandas que se disputan el territorio "por la droga". Compungidas, sus compañeras Angélica y Mirta aseguraron a Rosario/12 que "todo el barrio sabe quiénes fueron, y la policía les libera los caminos". Y agregaron: "Son los mismos chicos que comen acá". Fue la frase más fuerte que se escuchó entre los diversos comentarios que se hacían entre vecinos y en voz baja, por respeto al cuerpo de esa mujer a la que ayer le cabía un solo adjetivo: "Era especial", repetían. Por la tarde, el titular de Orden Público de la Unidad Regional II, Daniel Corbellini, señaló que la comisaría 12ª, adonde hoy marcharán familiares y compañeros de militancia de la mujer, tomaba declaraciones testimoniales para dar con el autor de los dos disparos de un arma calibre 45, que terminaron con la vida de la mujer, horas después, según los primeros peritajes.

"Correte que te quemo", le habría gritado el autor de los tiros a Mercedes, cuando ésta salía de su casa en Garzón 416 bis, a la vuelta del centro comunitario, para buscar a su hijo de 13 años apenas escuchó las explosiones cercanas provenientes del intercambio entre dos grupos en los que algunos de sus miembros se movilizaban en moto, según indicaron otras voces.

Eran las 18.30 cuando la mujer quedó en el medio de las corridas a los tiros de dos bandas antagónicas. "Son dos familias que hace unos cinco años se disputan el territorio porque son soldaditos; los narcos los manejan. Algunos ya tienen otros homicidios encima", lanzó una de las mujeres en la vereda del centro comunitario, donde el sol no daba tregua a la hora de la siesta.

Varias mujeres del barrio se unieron hace 28 años en lo que llamaron una comunidad, con alcance religioso, y Mercedes era una de ellas. Luego se construyó el centro y hacía 20 años que trabajaba ahí; pero "el trabajo más duro comenzó en 2001, cuando Mecha puso todo. Hacía diversas actividades y hasta daba catecismo. Ella estaba en todo, siempre", recordaron sobre la madre de seis hijos, que era el sostén de una familia con un marido discapacitado.

Cuando Mercedes se desplomó en la esquina de Gorriti y Garzón, sus vecinos comenzaron a llamar a la ambulancia que "nunca llegó". La cargaron en un auto y la trasladaron al hospital Centenario. "Ya cuando entramos, el médico nos dijo que no había muchas esperanzas. Las balas inresaron a la altura de la médula. Igual la operaron y sabemos, porque vimos el movimiento, que hicieron todo lo humanamente posible, pero a las 3.30 de la madrugada nos avisaron que no aguantó". El cuerpo será trasladado esta mañana al cementerio de La Piedad.

En la cuadra del centro comunitario, que entrega más de 400 raciones de comida por día "para que las familias coman en sus casas, porque hoy lo único que comparten es la mesa" --según planteó Mirta--, varios vecinos tomaban mate o bebidas frescas en la vereda. A pocas cuadras, una pileta armada a la vera de la calle refrescaba a un grupo de niños. En el colorido frente del San Cayetano solo había tristeza y nadie se animaba a nombrar a quienes creen culpables. "Hace unos cinco años que este barrio cambió mucho y se puso así. La policía liberó los caminos y ahora hay mucho miedo, que paraliza a la gente. Cuando uno quiere hacer una denuncia en la comisaría 12 se te burlan en la cara. Pero la culpa también es de los padres de estos chicos, que los apañan. Los salen a defender y buscan plata donde sea para que los pibes no queden presos. Pagan las muertes. Hoy la vida no vale nada", dijeron.

Angélica y Mirta, amigas y compañeras de Mecha --como todos la conocían en el barrio--, prometieron que "esto servirá para la lucha, para que todo el barrio tome conciencia de que se puede seguir así. Nosotros todos los lunes convocábamos a encuentros para hablar de las problemáticas, pero no sé por qué la gente es tan reacia", dijeron; y agregaron que mañana durante la marcha a la comisaría organizarán una movilización más amplia a los Tribunales provinciales para exigir justicia.

Por su parte, Corbellini indicó ayer que "se avanzó para poder dar con los responsables de la muerte de esta mujer", quienes son mencionados en el barrio como integrantes de "dos grupos antagónicos bien definidos e identificados, donde alguno de los miembros está en el sumario y son personas que tienen antecedentes penales", indicó el policía; quien relató que cuando Mercedes salió de su casa fue un "momento desgraciado en el que estos infradotados se tomaron a los disparos".

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En el comedor del que Mecha formaba parte, todo era tristeza, bronca y desolación ayer a la tarde.
Imagen: Andrés Macera.
 
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