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Jueves, 23 de enero de 2014

CIUDAD › RADICALES QUE ACENTúAN LA DEMANDA DE ALTERNANCIA EN EL OFICIALISMO

Las aguas bajan turbias en la UCR

Un sector organizado por el diputado Pullaro y la concejala Schmuck arman un cónclave partidario con intendentes y legisladores dispuestos a disputar el liderazgo en el Frente Progresista. Van por la Municipalidad y la Casa Gris.

 Por Pablo Fornero

Los próximos episodios de la puja interna en el Frente Progresista mostrarán en la Unión Cívica Radical movimientos que bien pueden resumirse con un eslogan del folclore peronista: con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes. Un grupo de radicales --de "corte muy generacional", según destacan--, oriundos del sur de la provincia, intentará provocar una ofensiva del partido hacia posiciones menos concedentes ante sus aliados en la coalición gobernante, el binnerismo dentro del Partido Socialista. El 1 de marzo se reunirán por primera vez en Rosario con el objetivo ya confeso de "disputar espacios de poder, el poder del gobierno municipal", avisó el diputado provincial Maximiliano Pullaro, uno de los arietes de esta partida, junto con los concejales María Eugenia Schmuck y Sebastián Chale. No esperaron al jefe partidario, Mario Barletta, para sumar a los dos intendentes radicales del departamento, Darío Gres (Arroyo Seco), y Mónica Tomei (Funes), al concejal Jorge Boasso y a otros ediles y presidentes comunales de boina blanca.

"Estamos trabajando por un radicalismo fuerte", planteó Schmuck, al adelantar el cónclave radical en el que hubo reproches para Barletta y críticas al senador socialista Miguel Lifschitz.

El núcleo del grupo emergente comenzó a reunirse en el 2012. Pero a fines del año pasado hizo sus primeras apariciones públicas, primero en Arroyo Seco y luego en Cañada de Gómez. No invitaron a todos, se circunscribió la convocatoria a quienes compartían rasgos generacionales. Por ejemplo, hasta entonces se dejaba afuera a Boasso. Ahora, con una conformación más sólida, se abrirá el juego a otros actores de peso de la UCR, como este mismo concejal que crispa el humor socialista con la sola mención de su nombre.

Pullaro, a la vez, no descartó convocar a actores sociales y profesionales jóvenes "que comparten el proyecto político", pero no militan en el radicalismo. Sin embargo, avisó que todavía no se invitará a dirigentes del socialismo. Discutirán "cuatro o cinco" líneas de trabajo político en la provincia: seguridad, reforma del Estado, desarrollo y producción, para empezar. El objetivo es conformar equipos técnicos preparados "para gobernar Santa Fe sino en el 2015, en el 2019". En ese sentido, el diputado pasó factura y consideró que el Frente Progresista "no discute muchas cosas".

Schmuck, en tanto, remarcó la necesidad de trabajar por un partido "con identidad" y fortaleza para "sentarse a discutir en igualdad de condiciones", ya sea dentro del Frente u otra construcción, aunque la definición de ese punto estratégico llegará más adelante. La concejala siente que el radicalismo santafesino se encuentra consolidado, ya que "por primera vez en mucho tiempo construye una identidad partidaria, que tiene por lo menos vocación de poder, que hace mucho que no sucedía".

El análisis de Pullaro en este sentido es más cauto que el de la edila a la hora de analizar la situación de la UCR, partido que "larga muchísimo más atrás" la carrera para entablarle, ahora, una disputa "inferior" al socialismo, cuya estructura "es mucha más ordenada y tiene candidatos mucho más visibles". Una de las responsabilidades de este escenario, para el diputado, la tiene el ex legislador nacional Mario Barletta al tomar la decisión de no competir en internas contra Hermes Binner el año pasado. "Barletta le devolvió la mística al radicalismo en 2011, todos nos ilusionamos con volver a ser gobierno, le reconocemos el esfuerzo que hizo y después de haber juntado la mayor parte del partido en una disputa política. Pero entendíamos que en el 2013 debíamos ir a internas con Binner para seguir transitando el mismo camino", reclamó Pullaro.

En los últimos días, el senador Lifschitz denunció "un acuerdo tácito" entre el sector que encabeza el ex candidato a gobernador Rubén Giustiniani (con el presidente del Concejo Miguel Zamarini, como referente) y Boasso. Tanto Pullaro como Schmuck lo negaron y circunscribieron la relación a los "acuerdos y consensos" que se dan dentro del Concejo. "No han existido charlas con Giustiniani; con Zamarini sí pero en el plano legislativo, no por una cuestión provincial. Igual, hay que sumar a (Martín) Rosúa, (Aldo) Poy, muchos actores que no se sienten contenidos en la Municipalidad, eso es lo que los une", tradujo Pullaro.

Schmuck, por su parte, le pegó duro al ex intendente, quien "está tratando de negar la realidad de su sector político, que está más reacio a dialogar" desde que asumió Mónica Fein al frente del palacio municipal. Para ella, el sector político liderado por Giustiniani "es el que más ha dialogado en conjunto con el radicalismo de la ciudad". Sin embargo, señaló que todavía "es muy pronto para marcar estrategias políticas". Por ese motivo, sentenció: "Lifschitz debería fijarse más en las estrategias políticas de sus sectores internos, que están mucho más crispadas que las del radicalismo, donde estamos trabajando la mayoría de los sectores para construir un partido fuerte, que logre disputarle seriamente el liderazgo al socialismo en la provincia".

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La corriente reclama a Barletta mayor vocación de poder. Boasso no organiza, pero estará.
 
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