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Viernes, 19 de diciembre de 2014

CIUDAD › PIDEN 18 AñOS DE PRISIóN PARA EL HOMBRE QUE QUISO MATAR A SU EX MUJER

Se espera una sentencia "ejemplar"

"Toledo empezó insultándola y terminó disparándole. La diferencia acá, es que Rosalía lo puede contar", señaló la organización Amas de Casa de Villa Gobernador Gálvez, que ayer se movilizó en Tribunales para apoyar a la víctima.

 Por Lorena Panzerini

La fiscal Cristina Herrera pidió 18 años de prisión para Mario "Cacho" Toledo, acusado de haber intentado asesinar a su ex pareja, Rosalía Benítez, con al menos seis disparos, el 22 de septiembre de 2012. El juicio oral empezó la semana pasada y el martes se conocerá el veredicto de los jueces Julio Kesuani, María Isabel Más Varela y Eduardo Fertita, quienes escucharon a varios testigos contar el calvario de la mujer que vivió 17 años con el agresor, en Villa Gobernador Gálvez, hasta que se cansó de los malos tratos y golpes. Para la organización Amas de Casa de Villa Gobernador Gálvez, que ayer se movilizó en Tribunales para apoyar a Rosalía, la sentencia "debe ser ejemplar", y dejar un precedente para los casos de violencia de género en la provincia. La defensa alegó que solo hubo lesiones graves, y que el hombre actuó bajo emoción violenta.

Tras cuatro días de juicio oral y público en los que la fiscalía presentó las pruebas por las que pidió que Toledo sea condenado, ayer se realizaron los alegatos de clausura del debate y la fiscal instó a que el imputado sea sentenciado por el delito de "tentativa de homicidio, agravado por alevosía, ensañamiento y uso de arma de guerra"; y también le achacó amenazas y portación de dos armas (una escopeta y un revólver), con las que entró a la casa de Rosalía.

Mientras Herrera --acompañada por el fiscal Carlos Covani-- solicitaba la pena de 18 años de prisión efectiva para "Chacho" Toledo, afuera un grupo de mujeres apoyaba a la víctima con una concentración y reclamo de justicia. "Estoy esperando, creo que todo va a salir bien", dijo Rosalía, quien debió enfrentar al agresor en la primera audiencia.

Por su parte, Rosana Menéndez, del grupo Amas de Casa de Villa Gobernador Gálvez, dijo a este diario que "hoy todas las miradas de las mujeres que sufren violencia y de los agresores que la ejercen, están puestas sobre este caso. Son los jueces los que decidirán sobre el futuro de Rosalía, con su sentencia". Y agregó que "lo que sufrió Rosalía no dista de ser lo que viven otras mujeres. Toledo empezó insultándola y terminó disparándole. La diferencia acá, es que Rosalía lo puede contar. Así que necesitamos un sistema judicial que esté a la altura".

Para la mujer, "el proceso judicial fue muy positivo ante un hecho tan sangriento, y estamos esperando que se haga justicia". Frente al planteo de la defensora de Toledo, Mirtha Llonch, quien habló de estado de emoción violenta en el agresor, para intentar menguar su pena, Rosana aseguró que en el juicio "quedó demostrado que Toledo lo pensó, lo calculó y premeditó, porque esas lesiones eran de muerte". De hecho, la declaración de los médicos que atendieron a Rosalía, habla de que "si no hubiera sido atendida rápidamente, moría".

El caso de Rosalía, tal como ella lo relató en la audiencia, sucedió la madrugada del 22 de septiembre de 2012; pero dos días antes Toledo había ido a su casa --pese a la exclusión del hogar que tenía-- para amenazarla. Le dijo que tenía que "arreglar las cosas". La noche del hecho, mientras ella estaba sola con su hija que tenía 9 años, el hombre forzó el portón del garaje, pero la nena escuchó los ruidos y le avisó a su madre. Rosalía le gritó que se vaya o llamaría a la policía. El fingió irse. Dejó su Corsa gris a dos casas de distancia y volvió. Se metió por el pasillo lateral al fondo, atravesando un alambrado y subió al techo. Allí, arrancó los cables del teléfono y bajó. La niña volvió a oír ruidos y cuando Rosalía salió al patio se encontró con el hombre. Corrió a la puerta que da a la cocina para encerrarse y, ambas forcejearon contra él porque quería entrar, y llevaba dos armas. Ellas corrieron al dormitorio y Toledo las siguió. La nena se metió debajo de la cama, luego de que ambas abrieran la ventana que da a la calle para pedir auxilio. Corrieron a la puerta del garaje y cuando estaban por abrir, él le dio un tiro en la nuca. "Allí se desplomó y Toledo huyó creyendo que le había dado muerte. La finalidad era esa", relató la fiscal.

"Estuve escuchando muchas mentiras. Ustedes tienen la última palabra, pero yo me presenté y estoy muy consciente de todo -dijo el hombre ante el Tribunal-. Hoy tengo que despertarme en una celda, por equivocarme de esa forma".

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"Hoy tengo que despertarme en una celda, por equivocarme de esa forma", dijo el imputado.
 
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