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Viernes, 19 de diciembre de 2014

MUNDO INTERIOR

Viva formosa

Argentina es líder en el reconocimiento de los derechos de la comunidad lgbtiq. Buenos Aires aparece como una de las capitales más lgbtifriendly del mundo. ¿Es así en todo el territorio? Ni tanto ni tan poco.

 Por Andrés Mendieta

Nací y viví prácticamente toda mi vida en Formosa capital, ciudad ubicada al costado norte de la patria y limitando con Paraguay. El imperio del verde la llaman, porque la naturaleza se respira en cada esquina y los lapachos pintan el paisaje de un intenso color violeta. Si bien hace algunos años dejé mi tierra querida para mudarme a la gran ciudad, de vez en cuando vuelvo para disfrutar del calor que pega fuerte en las siestas religiosas y compartir un buen tereré bajo el mango con amigxs. De cada regreso me traigo algo y últimamente volví con mucha esperanza, porque me doy cuenta de que culturalmente las cosas están cambiando y que bastante lejos está la provincia que dejé. Hace un par de años (2011 para ser más específico) Diego Alvarez Rigonatto tuvo la iniciativa de fundar, junto con Jonathan Rivero, una asociación civil que bregara por los derechos de la comunidad lgbti en el NEA, a la que llamaron Formosa Diversa. Quizá la primera reacción fue que nunca funcionaría algo así en una provincia como la nuestra –catalogada como conservadora y machista–, sin embargo la respuesta fue totalmente distinta. Se presentaron públicamente por primera vez en un acto provincial, caminando detrás de los escuadrones de la policía y de gendarmería, hicieron flamear orgullosos una bandera de la diversidad. Fueron pocos los que se animaron a sumarse a esa pequeña “LGBT Pride”, pero ese acto de presencia implicó un paso adelante en la batalla cultural, porque además lograron que todo el palco de autoridades provinciales se levantara para aplaudir. La asociación empezó entonces a funcionar como un nexo, están siempre presentes cuando un derecho de la comunidad es vulnerado. En el día de hoy cuentan con un sólido equipo, realizan desde asistencia legal hasta asesoramiento en temas médicos para personas trans. También lograron formar parte de la Mesa Nacional por la Diversidad y tienen una representante de ATTTA Formosa, la compañera Xiomara Chávez.

En términos generales tenemos que admitir que se avanzó mucho, pero una batalla bien peleada no significa que la guerra esté ganada. Todavía es impensado ver a una pareja gay caminando libremente de la mano por la costanera; hasta el día de la fecha todos los matrimonios igualitarios (alrededor de 35) fueron en secreto, y aún quedan algunos vestigios de los edictos policiales –Formosa fue la última provincia en derogarlos–: las chicas trans tienen problemas en ciertos lugares públicos a los que no se les permite ingresar y de vez en cuando las llevan con alguna excusa.

Como para hablar de una tierra no se nace sino que se vive en ella, a partir de este momento cedo la palabra a cuatro amigos que tuve el gusto de conocer en el último tiempo en que visité mi querida Formosa. Calux, Guillermo, Rocío y Julieta fueron los elegidos para esta entrevista:

Calux es un chico abiertamente gay, lo definiría como una especie de Madonna en los ’80, por lo trasgresor. Estoy seguro de que a mucha gente que lee este suplemento lo que digo no le parece nada fuera de lo común, pero créanme que en el Litoral “draguearse” y tener su actitud es algo trascendental.

A Calu Show (su nombre en las redes sociales) le divierte derribar construcciones hegemónicas de masculinidad, se pone pestañas largas, tacos, se maquilla con colores fuertes y baila Shakira con un movimiento eufórico que a mí me quebraría la columna instantáneamente. Lo bombardean de insultos en su cuenta de Ask –una especie de red social de preguntas y respuestas– todos los días, pero él contesta con ironía y se remarca los labios con un labial color rojo pasión.

–Trato de que los insultos no me molesten, siempre me dicen algo. A veces me pasa que no estoy de ánimo para soportarlo y me pongo triste. No todxs tenemos la misma fuerza para enfrentar ese tipo de cosas. Tuve la experiencia de vivir un par de meses en Buenos Aires y fue todo distinto, allá no sentía que me estuvieran observando todo el rato como acá. Ese tiempo fue increíble, podía ser completamente yo y manejarme como cualquier otra persona. Se nota que están súper abiertos de mente y que acá en Formosa nos falta bastante... Un tiempo atrás inclusive yo traté de taparme, porque mi viejo no quería saber nada con los homosexuales. Es más, recién cuando él falleció pude salir del todo del closet. Calux es puro show, mi Facebook es una constante performance con fotos escandalosas, estados locos pero graciosos. Hago estas intervenciones para que todxs empiecen a tomarse las cosas con normalidad y les guste... no sé si me entendés, es como para entrarle a la gente por el lado del humor y que se lo tomen con más naturalidad. A mí me divierte vestirme de mujer, maquillarme, hacer reír, también me gusta mucho bailar, en algún momento quisiera utilizarlo como trabajo. Hacer presentaciones con bailes y todo el show.

Julieta es una chica trans muy jovencita, terminó hace poco tiempo el colegio y ahora arrancó la Facultad. Le interesa mucho todo lo relacionado con la moda y esto se nota un montón en sus redes sociales, donde constantemente se la puede ver muy producida posando para la cámara o incluso improvisando una suerte de programa de moda al que ella misma llamó “JG Moda” en un video casero de dos o tres minutos. Sin embargo, para esta nota, ante la posibilidad de que sus familiares la vieran, pidió especialmente no salir en las fotos.

–Yo soy muy decidida con lo que elegí, de chiquita sabía que quería ser mujer. Todavía no hice el cambio de DNI porque hago las cosas despacio. A mis papás todavía les cuesta mucho asimilar mi identidad de género y aceptarme como soy, igual yo les doy tiempo para que reaccionen y si no lo hacen bueno, yo voy a seguir. En Formosa todavía se siente la discriminación, hay algunos boliches en que no te dejan entrar si sos una mujer trans. La gente todavía no entiende lo que es ser trans, sigue juzgándote por lo que tenés entre las piernas, a veces eso es muy hiriente. Es casi imposible salir de la mano con tu novio sin que se den vuelta a mirarte mal, como si estuvieses pecando. Obviamente que la persona que esté con vos también tiene que bancarse que lo interroguen por elegirte, seguramente lo van a atacar diciéndole cómo se va a “quemar” andando de la mano con una travesti o una trans. Todavía hay mucha gente que no entiende que hay leyes que nos amparan a todxs nosotrxs, pero yo creo que es cuestión de tiempo también, eso tiene que cambiar.

Guillermo tiene el peinado de James Dean en Rebelde sin causa, tan perfecto que parece estar pintado. Habla con voz suave y es dueño de una paciencia que produce admiración, la cual también es clave en su trabajo de maquillador profesional. Pero que su tranquilidad no los engañe, también es dueño de un humor ácido y su lengua fue a la misma escuela de karate que la de nuestra diva Moria Casán.

Si vas a caminar como Bambi recién nacido, no usés tacos. Tira esa máxima sanmartiniana gay y al instante se le llena el estado de likes.

–Hay varios cambios en nuestra provincia, yo en particular sigo sintiendo el rechazo. Por ejemplo, una vez iba en moto con mi mejor amigo y en una avenida se nos acerca un señor en auto a máxima velocidad amagando chocarnos y me grita: “¡Dale, pasá puto de mierda!”. Tuvimos tanto miedo que nos quedamos mudxs. También me pasa que cuando salgo a bailar tengo que aguantar siempre algún boludo que se ría por cómo estoy vestido o peinado, encima yo que vivo lejos tengo que soportar las risas en el colectivo. Es horrible que se te burlen, pero se puede decir que de alguna forma “me acostumbré”. Cuando iba al colegio –no hace mucho– me pasó que el profesor de gimnasia se reía de mí con mis compañeros, me trataba de señorita. Por culpa de eso me llevé dos años seguidos educación física, no quería ir y tampoco le podía contar a mi mamá por miedo de que sospechara de mi sexualidad. Nunca hablamos con mi familia de que soy gay, pero se sabe. Es obvio, si no fuera así, no me compraría maquillaje y planchita nueva. Mi papá también me ama por cómo soy y eso que es militar retirado. Mucha gente piensa que es duro ser gay y ser hijo de un militar, pero para nada, todo lo contrario. De hecho, me malcría tanto que me compró maquillajes nuevos que necesitaba para trabajar. No me iría de Formosa por el tema de la discriminación, porque eso va a estar siempre en todos lados. Si tengo pensado irme algún día para progresar económicamente, quiero seguir maquillando pero en lugares donde reconozcan el arte.

Rocío es una “butch” muy canchera, con un look sumamente producido. Ella misma bromea todo el tiempo con que en realidad es “un gay atrapado en el cuerpo de una lesbiana” –claramente burlándose de los estereotipos–, porque siempre se la ve bien vestida, con un jopo perfectamente peinado y la camisa entallada bien prolija. Estudia Ingeniería civil en la Universidad estatal de Formosa y actualmente fue elegida junto a un grupo de compañeras para representar al país con un proyecto en Dubai. Trabaja para una reconocida cadena de hoteles y forma parte de la Asociación Civil Formosa Diversa.

–Desde mi lugar, creo que Formosa es una ciudad muy saludable en materia de diversidad, hablo de Formosa capital, no conozco mucho el interior de la provincia. Claro que quizás estoy siendo poco objetiva, porque lo estoy midiendo desde mi experiencia de vida. Estoy muy cómoda acá, puedo estudiar de igual a igual, tengo un muy buen puesto de trabajo y soy una mujer abiertamente homosexual en todas las áreas de mi vida. A decir verdad, no fui víctima de discriminación en ningún momento. Personalmente sigo eligiendo mi provincia y también lo haría en el caso de que quisiera formar una familia homoparental, no tendría miedo alguno. Lo que sí siento es que nuestra provincia no está a salvo de la “invisibilidad lésbica” de la que tanto se habla. Seremos contadas las mujeres lesbianas “reconocidas” mayores de 25 años. En general las más “masculinas” somos las que nos hacemos visibles, por obviedad o decisión personal. No así las más chicas, “salen del closet” más fácilmente. No conozco ninguna pareja de mujeres casadas.

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