16:53 › APOCALIPSIS

Masiva evacuación en Japón luego del estallido en la central nuclear de Fukushima

Casi 24 horas después del primer terremoto y luego de 25 temblores y 150 réplicas, se desplomó el techo del reactor número 1 de la planta ubicada a 250 kilómetros al norte de Tokio. Varios trabajadores resultaron heridos, y el Gobierno ordenó la evacuación de 45.000 personas, en un radio de 20 kilómetros a la redonda. La Agencia Internacional de Energía Atómica anunció la distribución preventiva de pastillas de yodo a los residentes de la zona, para contrarestar los posibles efectos de la radiactividad, aunque limitó las consecuencias del accidente al calificarlo "de alcance local".

Las imágenes de la televisión japonesa sobre la explosión en la planta nuclear de Fukushima desataron inmediatamente el miedo en el resto del mundo. Pero pese al recuerdo de la catástrofe de Chernobyl en 1986 sobre todo en países occidentales, los propios japoneses parecieron mantener la calma. En ningún lugar se podía constatar pánico. "En realidad no me preocupa la planta nuclear. ¿De verdad es tan grave?", comentaba Kaji Shimauchi, de 21 años, poco después de volver de sus vacaciones en Filipinas. Y después de leer en su smartphone que no hay peligro tras la línea de evacuación, siguió leyendo su libro.

Sólo algunos mostraban menos confianza en la gestión del gobierno y optaron por viajar en dirección al sur del país. Muchos japoneses adquirían también todas las provisiones posibles en los supermercados. En Tokio, sin embargo, la vida parecía volver a su cauce habitual, más allá de que muchos trenes llegaban con retraso. Sólo el gobierno daba señales de alarma general.

Con gesto adusto pero calmado, el portavoz gubernamental Yukio Edano dio los datos sobre la situación. Poco después se difundieron las primeras noticias urgentes sobre una posible fusión del núcleo de la central. La situación, según los reportes, es cada vez más crítica.

¿Se cierne sobre el país una posible tragedia nuclear? La comisión de seguridad atómica había informado antes de una fuga de cesio radiactivo. No se confirmó sin embargo que en los reactores haya tenido lugar una fusión nuclear, ya que el cesio podría haberse fugado también durante los trabajos para sacar presión de la instalación.

El gobierno amplió pese a ello el radio de evacuación en torno a las dos plantas de Fukushima de diez a 20 kilómetros. El portavoz del gobierno pidió luego a la población que siga manteniendo la calma. Por la tarde llegaron finalmente noticias más tranquilizadoras: la explosión no tendrá como consecuencia un fuga radiactiva de mayores proporciones, aseguró Edano. También el primer ministro Naoto Kan evitó hablar de un riesgo de fusión del núcleo de la central ante la prensa.

Los empleados de la autoridad de seguridad nuclear nipona tampoco creen que se hayan producido daños severos en la carcasa del reactor en la instalación de Fukushima I. La evacuación de los pobladores de la zona, especificaron las autoridades, son sólo una medida de precaución. Pese a los temores en Occidente, la preocupación en Japón parece centrarse ahora sólo en la seguridad de las centrales nucleares.

Japón impulsa hasta ahora una clara política nuclear, pese a las repetidas averías y graves accidentes en algunas centrales atómicas. Todo ello sin que hubiera encendidos debates públicos similares a los que se dan en países europeos como Alemania. La potencia asiática tiene previsto construir hasta 2030 unas 12 centrales nucleares adicionales a las 50 existentes, una política que no variará previsiblemente tras el actual incidente.

Paliar los efectos del terremoto es de igual forma una tarea más ingente en estos momentos. Unas 21.000 personas siguen estando en refugios provisionales tras la tragedia del viernes. Y en la provincia de Miyagi, una de las más afectadas, sigue sin saberse nada de unas 10.000 personas, según medios locales.

Algunas de las últimas estimaciones apuntan a más de 1000 muertos. Las réplicas del sismo siguen difundiendo el pánico incluso en regiones alejadas al epicentro. Las fuerzas de rescate empezaron hoy a retirar los escombros. El primer ministro Kan pidió solaridad a la población para superar la tragedia, después de sobrevolar en helicóptero la zona afectada por la catástrofe.

Mientras la agencia meteorológica nipona retiró que la alarma de tsunami se mantenía para las prefecturas de Iwate, Miyagi, Fukushima y la costa de Aomori, cesó el peligro en el resto del archipiélago, donde ayer un terremoto de de 8,9 grados en la Escala de Ritcher devastó varias ciudades.

La ONU, por su parte, enviará un equipo de expertos al país para ayudar a los equipos de rescate locales. Los expertos forman parte del sistema de coordinación para la gestión de desastres del organismo, una red de respuesta rápida que actúa en casos de catástrofes. "Estamos listos para proporcionar lo que Japón pida o ponerlo en contacto con socios bilaterales" dijo Elisabeth Byrs, de la oficina de la ONU para la Coordinacón de Asuntos Humanitarios en Ginebra.

En tanto, decenas de equipos del mundo entero están en alerta en caso de que el gobierno nipón requiera su intervención y -en este sentido- la Cruz Roja y funcionarios de la ONU señalaron que el personal activo en Asia puede desplegarse con gran rapidez.

Suiza, con sólidos lazos con Japón, señaló que Tokio le solicitó equipos de búsqueda y rescate y 25 especialistas, junto con 9 perros entrenados que viajarán el domingo al país.

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