La decisión del grupo insurgente se conoce a apenas tres días de que comience la mesa de negociaciones que acordaron el gobierno y las FARC el 18 de octubre en Oslo y que se instalará en La Habana. De acuerdo con el comunicado, la organización decidió participar a partir de que el gobierno, las FARC, amplios sectores sociales y la comunidad internacional "han hecho manifiesto su interés por que el ELN también inicie un proceso de diálogos en la búsqueda de la paz".

"El ELN está comprometido con la solución política, la que entendemos como una construcción colectiva de la nación, como proceso democratizador social, político, económico y cultural que dé cuenta de los cambios que el país necesita", agregó la organización guerrillera.

La mesa de diálogo se instalará a partir del próximo 15, con una agenda que las partes consensuaron en La Habana durante "conversaciones exploratorias" de seis meses y que tiene como primer punto de discusión el problema de la tierra.

Según el ELN, el de la tierra es "un asunto de la nación y requiere de la participación del movimiento campesino y agrario, de los movimientos regionales y ambientales". El ELN pidió que se pacte un cese del fuego durante las conversaciones, lo que el gobierno de Santos no sólo rechaza sino que mantiene reforzadas las operaciones del Ejército en la selva donde opera la guerrilla. "La creación de un ambiente no confrontativo podría ayudar a generar confianza y condiciones para que la sociedad participe de una manera más activa y protagónica; esta es una responsabilidad del Gobierno y de la insurgencia", reclamó el ELN.

El grupo, con unos 2500 combatientes, y las FARC, con cerca de 9000, según cálculos militares, están en actividad desde 1964 y coinciden en la necesidad de una salida negociada al conflicto interno.