Según informó el portal Fiscales.gob.ar, la fiscal Marcela Sánchez, interinamente a cargo de la Fiscalía Nacional en lo criminal de Instrucción N°37, recibió el testimonio de cinco personas que estaban en el depósito de la firma Iron Mountain cuando comenzó el incendio.

Se trata de dos operarios, un jefe de planta, una empleada de limpieza y un personal de seguridad. La fiscalía informó que todos coincidieron en que la alarma de incendios comenzó a sonar cerca de las 8 de la mañana en uno de los sectores del depósito. En un principio, el empleado de seguridad y una de las mujeres de limpieza fueron a constatar si había fuego, pero no observaron nada anormal y regresaron a sus puestos de trabajo.

"Posteriormente, al sonar las alarmas de otro sector del galpón, las dos personas se dirigieron hasta allí y esta vez sí vieron llamas", relató el sitio de noticias del Ministerio Público Fiscal. En ese momento intentaron extinguir el incendio con los matafuegos del lugar, que aseguraron que estaban operables, pero al ver que el fuego se descontrolaba, dieron aviso a los bomberos, y salieron del edificio. "Los cinco testigos afirmaron que fueron los aspersores de agua los que no se accionaron", afirmó la fiscalía.

Mientras tanto en Barracas, en la manzana delimitada por las calles Quinquela Martin, Azara, Jovellanos y Palacios, el ir y venir de patrulleros, dotaciones de bomberos y móviles de tránsito es incesante y dan cuenta de la cooperación entre diferentes fuerzas de seguridad y bomberos voluntarios para sofocar el fuego.

Si bien el fuego está "circunscripto" y por tanto controlado, los especialistas que trabajaban en el lugar explicaron que debajo de los escombros persisten "ollas de fuego" que sólo se podrán extinguir por completo cuando se remuevan los hierros y la mampostería que actúan a modo de "escudo" contra el agua. Hasta tanto no se retiren los escombros, lo que depende de una medida judicial, los bomberos se encuentran abocados a atacar el fuego desde diferentes ángulos por lo que las dotaciones van y vienen por Quinquela Martín y Jovellanos.

Por momentos el humo se disipa pero hay otros -según explican bomberos- "en los que la llama da en algún lugar indicado y por eso la humareda y el olor intenso regresan". Más allá del origen del fuego y de los hechos que está investigando la Justicia, distintas fuentes que trabajaban en el depósito explicaron que "el fuego recalentó las vigas de hierro que se curvaron y esa curvatura hizo una especie de panza que presionó hacia afuera la pared ubicada sobre la calle Jovellanos", que al caer provocó las víctimas fatales.