14:02 › LIBERAN AL HOMBRE QUE MATO A UN LADRON, AUNQUE SIGUE INVESTIGADO POR HOMICIDIO AGRAVADO

Una excarcelación “extraordinaria” para el médico

El juez le concedió la libertad por un problema de salud y al considerar que no se fugará. Le fijó un millón de pesos de fianza. La ministra Bullrich dijo que “no se debe perder de vista que la víctima es el médico”. Amenazas de familiares del ladrón.

La Justicia dispuso la “excarcelación extraordinaria”, bajo una fianza de un millón de pesos, de Lino Villar Cataldo, el médico detenido desde el viernes luego de matar a balazos a un hombre que intentó robarle el auto, cuando salía de su consultorio en la localidad bonaerense de Loma Hermosa. La medida fue tomada luego de una audiencia oral por el juez de Garantía 2 de San Martín, Lucas Oyhanarte. La defensa de Villar Cataldo había solicitado, además de la excarcelación, que se cambiara la carátula del caso. Sin embargo, en este punto, el juez mantuvo por ahora la acusación por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego”. Diego Szpigiel, defensor del médico, solicitó que se califique al hecho como “legítima defensa” o cuando menos “exceso en la legítima defensa”, pero esta interpretación fue cuestionada por la fiscal del caso, Diana Mayko, quien sostuvo que “no está claro” –de acuerdo con el relato de los hechos–, el lugar donde fue encontrado el pistolón que el médico dijo que llevaba Ricardo Krabler, de 24 años, quien murió luego de recibir varios disparos. El arma, según se comprobó después, no estaba cargada.

La fiscal Mayko no se opuso a la excarcelación del médico de 61 años, luego de escuchar la exposición del abogado defensor Szpigiel, quien en la audiencia oral fundó la solicitud exponiendo “cuestiones personales” de su representado. El juez Oyhanarte tomó en cuenta varios de los argumentos del letrado, entre ellos que el acusado tiene problemas cardíacos y que no existirían riesgos procesales de fuga o intentos para obstruir la investigación. De todos modos, el juez le fijó al cirujano una fianza de un millón de pesos, la prohibición de salir del país y también la de acercarse al lugar del hecho.

Sobre el cambio de carátula, el abogado Szpigiel informó que la fiscal Mayko sostuvo en la audiencia ante el juez que “era prematuro el cambio de calificación” porque ella planteó “algunas dudas” sobre la posición en la que quedó el pistolón que le atribuyen a Krabler. “El juez tiene tiempo para explayarse luego sobre la parte técnica del hecho”, explicó el abogado en referencia al cambio de carátula. Dijo también que su representado está “mal, anímica y físicamente” a raíz de lo ocurrido.

El abogado afirmó que “el doctor Villar está angustiado, pues él está entrenado para salvar vidas y esta situación no es la que opera en su cabeza”. El letrado recalcó que su representado “no intentó defender el auto, él defendió su vida” e insistió en que “lo que hizo fue actuar en su legítima defensa, porque pensó que lo iban a matar”.

Por su parte, un hermano de Krabler juró, a través de la red social Facebook que no va a parar “hasta que (Villar Cataldo) paguen lágrimas por lágrimas” (sic) la muerte del joven. “Ese hijo de puta no tendría Q verte hecho eso pq te kito la vida así, 24 anios a 20 días d cumplir 25. Est hijo d puta ya la va a pagar hermano t lo juro, se Q ai un Dios Q lo be todo y Q ase justicia” (sic), dice uno de los tramos iniciales de la publicación, acompañada por una foto de Ricardo Krabler.

Darío, uno de los hijos del médico, denunció haber recibido amenazas por parte de la familia del muchacho fallecido y reclamó mantener la custodia policial en la casa de su familia.

Ayer por la mañana, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, dijo que van a “seguir todas las instrucciones de la Justicia y en caso de que haya amenazas” pedirán “la investigación de las mismas y la conjuración de estos delitos”. Sobre el hecho, Bullrich afirmó que “la víctima es el médico. No hay que perder de vista ese concepto”.

“Por supuesto que el caso está en manos de la Justicia, pero nosotros no queremos que las víctimas se transformen en victimarios”, afirmó Bullrich anticipándose, de alguna manera, a lo que dirá la Justicia sobre el caso. La funcionaria nacional subrayó que “no hay que perder de vista que la víctima fue el médico, que es la persona que fue robada y atacada; no nos confundamos”. Admitió luego que, “si hubo un uso irracional de la fuerza, una conducta excesiva, lo tendrá que analizar la Justicia”. Concluyó que “la conmoción es a partir del hecho de una persona que fue robada tantas veces y ahora la Justicia tendrá que evaluar si eso fue en legítima defensa o no lo fue, eso es una evaluación de la Justicia”.

Ayer también se conoció la declaración indagatoria de Villar Cataldo ante la fiscal Mayko, a quien le dijo para justificar el uso del arma: “Sentí mucho miedo porque pensé que este sujeto me iba a matar con el arma con la que me apuntó. Por eso disparé con mi arma”. El hecho ocurrió cerca de las nueve de la noche en el cruce de las calles El Ombú y El Pensamiento, en Loma Hermosa, partido de San Martín, cuando el médico salía de su consultorio a bordo de su Toyota Corolla.

El declaró que terminó de atender y salió en su auto. Lo dejó encendido en la entrada, sobre la vereda, y bajó para hablar con un vecino. Cuando el vecino se fue a su casa, el médico volvió a su auto y estando la ventanilla del conductor abierta sintió un golpe en la cabeza de parte de un delincuente armado que le exigió la entrega del vehículo”, precisó el letrado.

Aseguró que “el asaltante lo sacó del auto tomándolo “de los pelos” y que cayó al piso, con sus piernas debajo del auto, por lo que cuando el joven, ya adentro del vehículo, dio marcha atrás le lesionó una rodilla.

“Cuando el auto se alejó unos metros en reversa, el médico rodó hasta el cantero de su consultorio para tomar su pistola y cuando el vehículo volvió a avanzar hacia su posición y el delincuente le apuntó al grito de ‘¡te voy a matar hijo de puta!”, dijo que disparó ‘al bulto’”. Krabler cayó muerto dentro del Toyota Corolla.

Siempre según la secuencia descripta por el médico, tras los disparos, salió corriendo, entró al consultorio, cerró la puerta y llamó al 911. Y cuando llegó la policía entregó su arma y la credencial que certifica que es legítimo usuario pero no portador”. Alguna parte del relato generó dudas en la fiscal del caso, de manera que los peritajes realizados en el lugar del hecho pueden ser claves para la carátula.

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