Los reclamos de los vecinos capitalinos, en particular los domiciliados en barrios del oeste de la ciudad, coincidieron con pedidos de pobladores de Sáenz Peña, Avia Terai, Concepción del Bermejo, Pampa del Infierno, Los Frentones y otras localidades del interior abastecidas por acueducto y perforaciones.

En todos los casos las quejas apuntan a la "baja presión" del agua potable durante buena parte de la jornada y a "la interrupción del suministro en horas pico, cuando más se necesita del agua para desarrollar las tareas hogareñas esenciales", expresaron vecinos.

Los usuarios de la empresa estatal SAMEEP de las zonas más afectadas están obligados a despertarse por la madrugada para acopiar agua en la franja horaria que va de tres a seis, único momento del día en que el suministro tiene un nivel de presión "aceptable", dijeron.

En un encuentro con el vicegobernador Eduardo Moro y otras autoridades convocadas por la emergencia, el interventor del SAMEEP (Servicio de Agua y Mantenimiento Empresa del Estado Provincial), Enrique Tuckey, admitió que la capacidad de potabilización fue superada por la demanda.

Aunque cada planta potabilizadora aumentó su producción de 2.800 a 3.200 metros cúbicos por hora, las altas temperaturas con sensaciones térmicas cercanas a 50 grados, que arrecian desde que comenzó el verano, repercuten "seriamente en nuestras posibilidades de prestar un buen servicio", dijo el funcionario.

"Pese a que adicionamos más agua y bombeamos con mayor intensidad hacia el acueducto que conecta a la planta de Puerto Barranqueras con las ciudades de Sáenz Peña y Villa Angela, apelamos a la población para que haga un uso racional del servicio", dijo Tuckey.

El funcionario admitió, en un comunicado oficial, que "los problemas en el suministro continuarán hasta marzo, cuando comiencen a llenarse los reservorios" instalados en localidades del interior provincial.

Aseguró que "a mediados de año se licitará la construcción del nuevo acueducto", una obra reclamada desde hace varios lustros por los habitantes de las poblaciones alimentadas por bombeo a través de cañerías que datan de 1980, deterioradas por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.

El actual acueducto, que recorre 180 kilómetros desde la planta potabilizadora de Puerto Barranqueras, en el Gran Resistencia, hasta Sáenz Peña, y luego se conecta a un empalme que suministra agua a Villa Angela, en el sur provincial, padece fisuras crónicas y constantes roturas que obligan a interrumpir el servicio.

El problema se potencia con los cortes de energía que en forma sistemática se producen en la provincia debido a razones también relacionadas con el agobiante calor en la región, al punto que "la interrupción del suministro eléctrico afecta la capacidad de bombeo de SAMEEP".

Los problemas no se circunscriben al interior o los barrios más alejados del centro de bombeo de SAMEEP: a pocas cuadras de la planta potabilizadora situada a orillas del riacho Barranqueras, afluente del Paraná, la gente se baña con mangueras porque "el agua no tiene presión y no sube a los tanques".

"Los que no tenemos plata para instalar una cisterna en el patio y subir el agua por nuestros propios medios con bombas eléctricas tenemos que esperar a la noche, meter la manguera por el ventiluz del baño y recién entonces darnos la única ducha del día", relató un vecino de un barrio FONAVI.