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Deportes|Viernes, 3 de septiembre de 2004
LOS ATLETAS EXPLICAN QUE FUE LO QUE PASO REALMENTE EN ATENAS

Campeones olímpicos de la queja

El medallero marcó que la actuación nacional fue la mejor desde los Juegos de Londres de 1948, pero varios deportistas volvieron con el reclamo a flor de labios contra los dirigentes deportivos y la eterna falta de planificación.

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El balance de los Juegos Olímpicos de Atenas para el deporte argentino parece haber arrojado un saldo positivo a juicio de los analistas: la Argentina ganó seis medallas, dos doradas y cuatro de bronce, y concretó así la mejor actuación desde los Juegos de Londres 1948. Con los logros obtenidos por los seleccionados de fútbol y básquetbol, el país volvió, 52 años después, a ocupar el escalón más alto en el podio y la delegación nacional alcanzó la ubicación 38ª en medallero, mejorando 19 lugares respecto de su colocación en Sydney 2000. Sin embargo, varios de los atletas que concurrieron a la cita olímpica criticaron a su regreso tanto el comportamiento de los dirigentes deportivos en los mismos Juegos como la falta de una política oficial destinada al desarrollo del deporte de alta competencia. Página/12 consultó a varios de los deportistas que concurrieron a los Juegos, como la nadadora Georgina Bardach, al pesista Darío Lecman, al ciclista Juan Curuchet y a la judoca Daniela Krukower, quienes aportaron distintas visiones sobre su participación en la cita olímpica.
La cordobesa Bardach, que ganó la medalla de bronce en los 400 metros medley y obtuvo un logro olímpico para la natación después de 68 años, aseguró que aunque se llevó de Atenas “un gran recuerdo” padeció “varios errores organizativos” por parte del Comité Olímpico Argentino.
“Me fui muy contenta de Atenas por la medalla que conseguí pero hubo muchos problemas de organización, sobre todo el interior de la delegación argentina –relató Bardach–. Todos los dirigentes del Comité estuvieron en el desfile el día de la inauguración, pero después, cuando uno tenía un problema en la Villa, no los podía ubicar. Al jefe de mi equipo no lo pude ubicar el día que quería retirarme de la prueba clasificatoria para los 200 metros libres.”
Según la nadadora, “hechos como esos hubo muchos, por eso pienso que, además de apoyo, los atletas también tendríamos que pedir un poco más de planificación y eficiencia para resolver las cuestiones elementales que hacen a una competencia de alto nivel”.
La judoca Krukower, que también tenía grandes esperanzas de alcanzar un puesto en el podio pero sufrió una lesión en el codo que la marginó de la competencia, denunció “abandono” de parte de la dirigencia. “El médico de la delegación no estaba capacitado para tratar este tipo de lesiones y no sabía con quién atenderme. Eso refleja la falta de apoyo que tenemos los atletas argentinos”, resumió la campeona mundial.
“En lo personal creo que puedo llegar más lejos, y lo digo porque confío en mis condiciones, pero los deportistas necesitamos una infraestructura más amplia para poder competir en igualdad de condiciones”, puntualizó Krukower.
Si alguien tuvo una polémica participación en los Juegos, ése fue, sin dudas, Darío Lecman. El pesista abandonó su preparación previa cuando se encontraba instalado en la Villa Olímpica y se retiró en forma sorpresiva alegando “problemas personales”. Retornó 48 horas antes de que se iniciaran las pruebas de su especialidad y obtuvo un resultado muy pobre: ocupó el puesto 17º, entre 19 finalistas.
“Fueron unos Juegos Olímpicos muy malos para mí –admitió–. Estuve muy por debajo de lo que se esperaba. Me afectó mucho el problema que tuve, pero de todos modos padecí una gran falta de apoyo. Argentina es un país subdesarrollado y eso se percibe también en el deporte”, sostuvo Lecman.
Si bien el atleta prefirió no comentar las razones que forzaron su retiro, negó en forma terminante que estuvieran relacionadas con el doping. “No me dopé. Y no me importa lo que piensen los demás. Me fui por un problema personal pero no quiero decir nada más al respecto”, puntualizó el pesista.
Por su parte, el ciclista Juan Curuchet, que llegaba como favorito para una medalla en la especialidad de prueba americana junto con su compañero Walter Pérez, aseguró que, pese a la frustración, no vivió su paso por los Juegos como un fracaso. “Con Walter tuvimos un mal día y salimos novenos –resumió Curuchet a este diario–. Llegamos como candidatos porque somos los campeones mundiales pero las cosas no salieron como nosotros esperábamos. No tengo nada que decir de la organización ni de la gente de la Secretaría de Deportes. El día después de la competencia me llamaron y ofrecieron apoyarme si quería buscar revancha en los próximos Juegos de Pekín 2008. Lo voy a pensar porque voy a llegar con 43 años y no sé cómo estaré para entonces”, destacó el marplatense.
El judoca tucumano Eduardo Costa, quien finalizó en el séptimo lugar en la categoría hasta 90 kilos de los Juegos Olímpicos, denunció que “en Atenas la representación nacional no tenía la vestimenta adecuada para competir. En un momento hasta parecía que no íbamos a competir, porque no teníamos kimonos. Por eso salimos a pedírselos a otras delegaciones y por suerte nos los prestaron los muchachos de República Dominicana”.

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