Tras el partido contra Alemania, sobre todo por la violencia de una de las infracciones que sufrió, se temió por él. Es sólo un golpe.
Pablo Aimar, de muy buenos rendimientos en sus últimos dos partidos con la camiseta del seleccionado nacional, confirmó ayer en Valencia que la lesión que sufrió en el amistoso ante Alemania “sólo fue un golpe” –son dos, en realidad, uno en cada pierna– y garantizó que el próximo domingo podrá jugar el crucial partido por la Liga española que su equipo sostendrá ante el Deportivo La Coruña.
“Estoy bien. No tengo nada”, comentó Aimar, con lo que llevó tranquilidad a los compañeros y al cuerpo técnico valenciano. Durante la primera media hora de juego –hasta que salió lesionado– Aimar fue maltratado reiteradamente por le defensa alemana con una serie de infracciones, la más dura de ellas de parte del volante Jens Jeremies, quien le aplicó un descalificador planchazo en la rodilla que hizo temer lo peor. Sin embargo, Aimer se levantó, lo increpó y siguió jugando; incluso recibió él mismo tarjeta por juego brusco. En ambos casos, el árbitro español Mejuto González sacó la amarilla, pese a que la violencia y la mala intención de Jeremies ameritaban una expulsión directa.
Más allá del susto por su prematura salida ante el seleccionado alemán Aimar al menos eludió el maleficio de las lesiones que persigue a muchos de los integrantes del conjunto nacional, los “selesionados” Ayala, Verón, Vivas, Crespo y Batistuta.
Este último, precisamente, aseguró ayer en Roma ante la consulta periodística tras la victoria del miércoles, que el seleccionado argentino que habitualmente integra “es un equipo que garantiza victorias” que ofrece posibilidades muy favorables: “En ese equipo, un viejo como yo puede seguir haciendo goles”. Y abundó: “Si hoy la gente habla de mí, la culpa es mía, porque durante años los mantuve callados porque hacía goles. Las críticas no me tocan, pero es verdad que dejar de convertir es también una sorpresa para mí. No soy más un joven, pero puedo seguir haciéndolos”.
Por otra parte, los problemas contractuales del director técnico Bielsa con la AFA generaron versiones sobre la existencia de un creciente malestar del técnico. Bielsa habría exigido a Julio Grondona resolver “cuanto antes” las diferencias por su contrato y le habría dado plazo hasta finales de abril. La versión circuló en la sede de la AFA, aunque ayer mismo fue negada por voceros del cuerpo técnico en Stuttgart. A diferencia de los alarmistas rumores que hablaban incluso del alejamiento del exitoso entrenador de la selección albiceleste, las fuentes en Alemania dijeron que esa eventualidad “está lejos de suceder”. En 1998, Bielsa firmó un convenio que finaliza cuando termina el Mundial 2002, por el cual durante cuatro temporadas cobraría 80.000 dólares mensuales, que tras la devaluación de enero pasado, la AFA pretende convertir en unos 80.000 pesos mensuales, es decir unos 26.700 dólares.
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