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Deportes|Miércoles, 18 de mayo de 2005

River sufrió un tropezón de altura

Aguantaba bien el empate en Quito ante la Liga Deportiva Universitaria, pero un cabezazo de Urrutia le hizo perder el invicto.

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Urrutia bate a Costanzo de penal y marca el primer tanto del partido.
Perder siempre es mal negocio. Aunque se pierda por apenas un gol de diferencia y se haya marcado un tanto como visitante. Perder, se sabe, no le gusta a nadie, y menos a este River que venía invicto en la Libertadores, después de 5 triunfos consecutivos y un empate. Terminó siendo un problema de altura en Quito, a 2800 metros, cuando Patricio Urrutia, el goleador de la Liga Deportiva Universitaria, cabeceó sin marca un centro para señalar, cerca del final, la caída del equipo argentino. Perder siempre es mal negocio aunque, con este resultado, a River le baste ganar 1-0 la revancha, el miércoles 25 de mayo en el Monumental, para pasar a los cuartos.
A partir de la decisión del técnico Leonardo Astrada de presentar un solo delantero, River buscó tener mayor control de la pelota con la dupla integrada por Gallardo y Patiño. De todas maneras, al equipo visitante le costó adueñarse de la iniciativa del juego y sólo se acercaba al arco rival con jugadas de contraataque. Apenas habían pasado 17 segundos cuando Farías probó desde lejos, pero su remate fue controlado por Mora. Pero eso fue sólo en el comienzo.
El camino de los ecuatorianos también fueron los tiros desde afuera del área y Edison Méndez era el principal protagonista. El volante se desprendía por la franja derecha e inquietaba a Costanzo. En un tiro libre en dirección recta hacia el arco, Méndez hizo estrellar la pelota en el travesaño luego de que se desviara en un jugador de la barrera. A esa altura, Luis González tenía poca participación por su sector y River volvía a sentir el bajo nivel del ex Huracán.
La mejor oportunidad de River volvió a tener a Farías como ejecutor, pero el remate del delantero se fue muy alto. Y cuatro minutos más tarde de aquella jugada, el árbitro cobró un penal a favor de los locales, por una falta de Diogo a Graziani. Urrutia fue el encargado de rematar la falta para poner en ventaja a los locales. Ese fue el momento de mayor incertidumbre para River y los ecuatorianos intentaban generar más peligro, pero carecían de claridad. Sin haber generado mucho en ofensiva, River consiguió la igualdad con un gol de Patiño. La jugada se inició con un envío largo desde el fondo para la cabeza de Farías, el goleador le bajó la pelota al colombiano y éste convirtió con un toque de derecha al palo más lejano del arquero.
En la segunda parte, cuando el conjunto ecuatoriano insinuó mayor aproximación a Costanzo y amenazó con transformar al arquero en la estrella del complemento, Astrada decidió refrescar a su equipo, dándole la chance al retornado Daniel Montenegro, pasado el cuarto de hora, para tener más la pelota. Gallardo tuvo una inmejorable situación de gol cuando enfrentó mano a mano a Mora, aunque no pudo levantar la pelota y el arquero se quedó con el remate. Pero entonces llegó el cabezazo de Urrutia...

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