Tras la emotiva despedida que vivió, Alberto Acosta admitió que no fue sencillo disputar ayer su último partido. “La verdad es que viví una semana muy especial. Y en el partido se vio que, por momentos, disfrutaba y por otros, me quebraba”, señaló el goleador santafesino. “Cuando estaba frente a la pelota en el penal, no sabía qué hacer. No sabía si pegarle fuerte o cruzarla. La agarré mordida y por suerte cuando vi que Peratta se iba para el otro lado, empecé a suspirar”, confesó el delantero tras el partido. “Además, mi hijo Maikel estaba detrás del arco y parecía que con la mirada me decía: ‘Papá, no lo podés fallar’. Y eso me trasladaba más presión”, contó Acosta, que le agradeció a los hinchas de San Lorenzo y a sus compañeros por el momento que vivió. “La gente se portó brillante”, indicó el ahora ex delantero.