Una de las cuestiones que debería resolver la AFA para dar un gesto de buena voluntad hacia el Estado es ponerse al día con el pago de los controles antidoping que le encarga, semana a semana, al laboratorio que funciona en la Secretaría de Deporte. La deuda rondaría hoy los 140.000 dólares, y en el pasado, la fórmula que encontraron los dirigentes del fútbol para saldar sus compromisos fue abonar mediante la entrega de equipos sofisticados. Dos cromatógrafos con tecnología de punta se cedieron al laboratorio allá por 1991. Ahora podría suceder otro tanto si la tesorería de la asociación habilita la compra de una nueva máquina.
El laboratorio a cuyo frente está el doctor Carlos D’Angelo factura unos 600.000 pesos anuales y realiza muestras por pedido a países como Perú, Venezuela y Ecuador. Allí, además de los análisis que se efectúan a las muestras de orina de los futbolistas profesionales que disputan los torneos de la AFA, se han realizado controles a los distintos deportistas que han competido en varios Juegos Olímpicos. En la actualidad, la Jefatura de Gabinete de la que depende la Secretaría de Deporte se encarga de garantizar el abastecimiento de los insumos que necesita el laboratorio para funcionar. Los equipos que posee son de origen estadounidense y realiza unas siete mil muestras por año.
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