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Economía|Viernes, 10 de abril de 2009
DEBATIERON EN LA UBA SOBRE LOS ESCENARIOS QUE SE ABREN CON LA CRISIS FINANCIERA INTERNACIONAL

Las oportunidades que deja el temblor

Rolando Astarita y Andrés López se mostraron escépticos sobre la posibilidad de un cambio de hegemonía global en el corto plazo y remarcaron la necesidad de debatir la distribución del ingreso y el modelo productivo del país.

Por Tomás Lukin
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“La internacionalización de la economía no se va a detener, se va a profundizar”, aseguró Astarita.

Los escenarios que pueden abrirse a partir de la crisis financiera internacional siguen siendo motivo de debate. En un seminario organizado por la agrupación SOS en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, los docentes Rolando Astarita y Andrés López reflexionaron sobre las implicancias que tendrá la crisis para el desarrollo de las economías de la periferia. Ambos se mostraron escépticos sobre la posibilidad de un cambio de hegemonía global en el corto plazo y negaron que la crisis actual tuviera la misma magnitud que la Gran Depresión. Los docentes remarcaron la necesidad de volver a instalar en la agenda de discusión temas como la distribución del ingreso y el modelo productivo del país.

“La internacionalización de la economía no se va a detener, se va a profundizar, hay un aumento de la fuerza y participación de algunos países y eso se ve en la participación del FMI o con China cuestionando el rol de reserva del dólar, pero estamos lejos de ver un giro en la hegemonía”, apuntó Astarita. En ese sentido destacó la entrada de capitales asiáticos a Estados Unidos para comprar activos relativamente devaluados y las ofertas de China para entrar en algunos mercados como Argentina. “Las diferencias del PIB per cápita entre China y Estados Unidos siguen siendo abismales y la capacidad tecnológica de China todavía está muy atrasada”, explicó.

En ese escenario, López se preguntó: “¿Qué lugar ocupa América latina frente países como China e India que con cerca de tres mil millones de habitantes pueden producir cualquier cosa?”. En los ’30 la respuesta de países como Argentina fue la de comenzar a sustituir importaciones para enfrentar un quiebre en el mercado mundial, pero ahora “se hace más urgente pensar cómo se inserta el país en un escenario donde continuará la globalización y la internacionalización de la producción”, apuntó el director del Departamento de Economía de la UBA.

“Los factores de especialización productiva se modifican mediante políticas públicas y no a través del mercado. En Argentina no existe una discusión seria sobre qué modelo productivo se quiere”, remarcó López. Para el investigador del Cenit, este debate se tiene que dar a escala regional, como viene sucediendo en Asia. Además, señaló como una limitación para el desarrollo “la ausencia de una burguesía pujante que sea capaz de motorizar un proceso de transformación estructural que ponga al país en un sendero de desarrollo que no se base en la exportación de soja y sus derivados”.

El Banco Mundial, la OCDE y la OMC estiman y alertan que el intercambio mundial sufrirá su mayor contracción desde la Gran Depresión. Para López hoy es diferente: “El comercio mundial está organizado por un puñado de unas miles de empresas trasnacionales que organizan una división del trabajo a escala global como parte de su proceso de especialización intracorporación, eso no tiene nada que ver con el ’30”. El economista explicó que cerca de 70 por ciento del comercio mundial lo realizan empresas trasnacionales y la mitad de ese total se produce entre filiales. Por eso consideró que “la configuración de los sistemas integrados de producción global le van a poner un freno a la caída”.

Si bien ambos profesores reconocieron que ésta es la crisis más profunda del capitalismo desde 1930, rechazaron las comparaciones directas y los pronósticos que presentan un resultado similar. “La dinámica de la crisis es distinta. No se ve la posibilidad de una caída con la magnitud de la del ’30, en ese momento la economía se fracturó incluso en áreas monetarias relativamente autónomas. Hoy hay fuertes tensiones proteccionistas, pero estamos bastante lejos de ir a un escenario como el del ’30, que desembocó en la Segunda Guerra Mundial, tampoco se ve un proceso de deflación”, explicó Astarita. En ese momento, el PIB nominal mundial cayó 50 por ciento y el PIB real de Estados Unidos retrocedió un 33 por ciento. Otra diferencia que resaltó el docente marxista son las respuestas de política que se vieron durante la década del ‘30: “No existían garantías de depósitos para frenar las corridas bancarias, se subía la tasa de interés para defender al dólar, muy diferente a ahora”.

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