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Economía|Viernes, 4 de junio de 2010
“SOLO AQUI SE REPITE LO DE LA AUTONOMIA DEL BANCO CENTRAL COMO UNA LETANIA Y POR LITURGIA”, DEFINIO CRISTINA

Hacia la reforma global empezando por casa

Las fuertes definiciones de la Presidenta de la Nación fueron el preámbulo a su participación en el Grupo de los 20, a fin de mes. Reclamó una reforma de la arquitectura financiera global, de sus instituciones y las relaciones con los países en desarrollo.

Por Tomás Lukin
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Cristina Fernández, en un seminario con presencias internacionales. Visitó por primera vez el Banco Central, que ya no es el mismo.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó el Banco Central por primera vez desde que Mercedes Marcó del Pont asumió la titularidad de la entidad. Criticó el neoliberal diseño institucional del banco y resaltó la necesidad de avanzar, más allá de las declaraciones, en una reforma de la arquitectura financiera internacional. Durante su intervención, la mandataria también cuestionó el recetario de los organismos multilaterales de crédito y el rol de las calificadoras de riesgo a lo largo de la crisis. El seminario por el 75º aniversario del Central contó con un menú de expositores ideológicamente diferente al observado durante los eventos realizado por la institución en los últimos años. Al discurso sobre la preservación de un tipo de cambio competitivo y estable, en un sistema financiero sólido y solvente, se le sumaron otros aspectos como la promoción del crédito, el control de capitales y la importancia de que el objetivo de la entidad contemple el impulso al nivel de actividad y la creación de empleo.

El fracaso de las políticas neoliberales y su faceta monetaria atravesó las distintas conferencias. La consagrada independencia de los bancos centrales, necesaria ante la negligencia de los gobiernos populistas, y la preservación del valor de la moneda como objetivo excluyente de la autoridad monetaria, recibieron una avalancha de cuestionamientos. “¿Ustedes creen que el titular de la Reserva Federal (de Estados Unidos) hace lo que le parece? ¿Creen que el presidente del Banco de Inglaterra actúa independientemente de lo que le conviene al gobierno? ¿Creen que en China y Japón los responsables del banco central hacen cosas que no tienen nada que ver con la política económica del país y el proyecto del gobierno?”, cuestionó la presidenta Cristina Fernández en una referencia directa al culebrón de verano, protagonizado por el ex responsable del banco Martín Redrado, por el uso de las reservas de la autoridad monetaria para cancelar vencimientos de deuda. “No creo que nadie pueda creer en esas ideas. Sólo somos capaces de repetirlas como una letanía y por liturgia aquí en Argentina”, remató la Presidenta.

En sintonía, Marcó del Pont señaló a Página/12 que “el tema más alevoso para discutir es la Carta Orgánica del Banco Central y su objetivo único, que es una rara avis de la década del noventa. Antes de esa fecha, siempre aparecía el objetivo múltiple en términos de crecimiento y empleo”. A su vez, la funcionaria destacó los cambios que se están registrando en materia de crédito a largo plazo: “Estamos trabajando para darle un enfoque más amplio al Banco Central. Vamos a avanzar con el crédito. Para generar mecanismos de financiamiento hacia la inversión”.

Por su parte, el especialista estadounidense Gerald Epstein argumentó que “los bancos centrales deben ir más allá del manual de buenas prácticas de los países ricos. Son modelos que fracasaron, no funcionan. El banco central puede ser un agente del desarrollo”. La independencia, el combate de la inflación, un reducido conjunto de herramientas y la prohibición de financiar al Estado componen las bases de la política monetaria neoliberal descrita por el profesor de la universidad de Amherst. El economista sostuvo que la preservación de una tasa de inflación moderada es un objetivo importante, aunque no el único, y remarcó la relevancia de la autonomía de la entidad siempre y cuando la autoridad monetaria esté comprometida con una política de desarrollo, de reducción de la pobreza y la creación de empleo. Además recordó que, si bien los bancos centrales surgieron con el objetivo de financiar al Estado, esa política no siempre fue exitosa. También enfatizó la importancia de un tipo de cambio real competitivo y estable.

Aunque la Presidenta cuestionó algunas de las características del diseño institucional original del Central cuando los bancos extranjeros formaban parte de su directorio, el especialista de la Unctad Alfredo Calcagno recordó los lineamientos de la política monetaria aplicados por Raúl Prebisch entre 1935 y 1943, para remarcar que “es posible realizar una política monetaria nacional: contracíclica orientada al financiamiento de largo plazo, atenuando la volatilidad externa y que contribuya al crecimiento económico”.

El esquizofrénico comportamiento de los organismos multilaterales de crédito, defendiendo públicamente políticas de demanda y expansivas pero aplicando recetas ortodoxas contractivas a la hora de otorgar préstamos, también formó parte de las presentaciones. “Los organismos multilaterales aplican un doble estándar según a qué país se trate de aplicar la receta de turno”, arremetió Fernández de Kirchner en referencia a los ajustes recesivos aplicados por España, Grecia y Portugal, para aplacar el humor de los mercados y acceder a los planes de rescate.

A su vez, deslizó que esos países eran especialmente señalados por la orientación socialista (“a la europea”) de sus gobiernos. Pero la mandataria fue más allá al considerar que “los dos grandes organismos de gobernanza global, el FMI en materia económica y la ONU en cuestiones políticas, fracasaron. Necesitamos un rediseño de esas instituciones”. A semanas de participar de la cumbre del G-20 en Toronto, la mandataria reiteró la necesidad de retomar a la discusión sobre las cuestionadas agencias calificadoras de riesgo –Moody’s, S&P y Fitch– y los poderosos paraísos fiscales. Además, enfatizó que la demonizada reestructuración de la deuda externa argentina en 2005, es hoy la política que impulsan desde algunos sectores del establishment financiero para las economías de la Zona Euro con problemas de solvencia.

“El desarrollo de un mercado interno fuerte actúa como un amortiguador ante la volatilidad internacional y los procesos de crisis”, apuntó la Presidenta tras resaltar la fortaleza de las variables macroeconómicas. Por su parte, el economista colombiano de la Universidad de Columbia José Antonio Ocampo también resaltó la relevancia del mercado interno. Advirtió además sobre la necesidad de regular los flujos de capitales ante sus efectos desestabilizadores. Si bien reconoció la importancia del control de los flujos especulativos, el especialista heterodoxo Matías Vernengo advirtió que “el control de capitales en sí mismo no es ninguna panacea porque debe estar acompañado por una política monetaria y fiscal consistente”.

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