Canciller chilena Alvear con su par argentino Bielsa.
Luego de varios días de tensión entre los gobiernos de Argentina y Chile por la reducción a las exportaciones de gas, la visita que ayer realizó la ministra de Relaciones Exteriores trasandina, Soledad Alvear, sirvió para aquietar las aguas. La misión diplomática que había sido anunciada al presidente Néstor Kirchner por su par chileno, Ricardo Lagos, alcanzó un punto de acuerdo luego de la reunión que Alvear mantuvo con el canciller Rafael Bielsa y el titular de Planificación, Julio De Vido, en la que ambos países acordaron la creación de una comisión de trabajo bilateral para encontrar una salida “urgente” al problema energético. La ministra aseguró además que “existe la posibilidad de que se realicen inversiones cooperativas en Argentina, incluyendo a privados chilenos”, para garantizar el abastecimiento de ambos países.
El viernes por la noche, Lagos se contactó telefónicamente con Kirchner para comunicarle la llegada de su ministra de Relaciones Exteriores, que arribó ayer por la mañana a Buenos Aires. El objetivo de la enviada estaba claro: avanzar sobre una solución a la crisis energética argentina y al rebote que ésta produjo en Chile con el recorte en las exportaciones hacia ese país y con el acuerdo alcanzado el miércoles con Bolivia. Este convenio establece que Argentina recibirá gas boliviano, bajo expresa condición de que el recurso no sea reenviado hacia el otro lado de la cordillera.
Alvear se reunió por la mañana con Bielsa y De Vido en la sede de la Cancillería y el producto de ese encuentro fue la conformación de una comisión bilateral, “de emergencia”, para resolver las diferencias existentes en materia energética. Según se informó en un comunicado conjunto, el fin de este grupo de trabajo bilateral “es buscar fórmulas para el normal abastecimiento para ambos países”.
Durante una conferencia que ofreció por la tarde en la Embajada de Chile en el barrio de Palermo, Alvear aseguró que esa búsqueda de soluciones “incluye el fortalecimiento de las inversiones” (en el sector energético) en la provincia de Neuquén y destacó “la disponibilidad” de los empresarios chilenos para sumarse a esa tarea.
Según se precisó, esta comisión estará integrada –del lado argentino– por el secretario de Energía, Daniel Cameron; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Martín Redrado; el subsecretario de Combustibles, Christian Folgar, y el director general de Política Latinoamericana, Roberto García Moritán. Junto a ellos estarán –por parte de Chile– el titular de la Comisión Nacional de Energía, Luis Sánchez; el director de Relaciones Económicas Internacionales, Osvaldo Rosales; y el jefe del área de Hidrocarburos, José Antonio Ruiz.
Aunque este punto de acuerdo baja el tono del conflicto entre ambos países, la canciller chilena se refirió a la “sorpresa” con la que fue recibido en el gobierno chileno el tratado de provisión de gas alcanzado durante la semana entre el gobierno argentino y el presidente boliviano Carlos Mesa. “Imagínense que dos países tomen una medida que pueda afectar a Argentina...”, figuró Alvear en la sede diplomática, para expresar el malestar chileno. El convenio en cuestión prevé que la administración de Mesa envíe a la Argentina cuatro millones de metros cúbicos de gas diarios por un período de seis meses, y una cláusula precisa prohíbe el reenvío de este recurso a “terceros países”, en clara referencia a Chile, por el histórico reclamo boliviano por recuperar la salida al mar que perdió en 1879 durante la Guerra del Pacífico.
La tensión entre Argentina y el gobierno de Lagos por este tema es de todos modos anterior al acuerdo alcanzado con Bolivia. El conflicto se inició cuando el gobierno de Kirchner –para asegurar el abastecimiento doméstico– redujo las exportaciones de gas natural hacia Chile, con el que ese país genera el 37 por ciento de la energía eléctrica que consume.