En un contenedor despachado para la Argentina desde Hong Kong aparecieron accesorios falsificados de teléfonos celulares por alrededor de un millón de dólares. Los vistas aduaneros chinos descubrieron unas 130 mil baterías y cartuchos falsos. Nadie cayó preso todavía por tan mala acción.
Al parecer, las compañías que explotan el fabuloso negocio de los celulares están preocupadas por los celulares que explotan. Y no es ningún juego de palabras. Una serie de telefonillos estallaron en la oreja de sus usuarios, provocándoles quemaduras en el rostro.
Según gente del gigante finés Nokia, utilizar aparatos berreta o truchos es peligroso porque pueden recalentarse y explotar. Esa marca está entre las más falsificadas. No hay nada que hacer: lo barato sale caro.