El problema que tiene Chile con el abastecimiento de gas argentino amenaza convertirse en el más grave conflicto político que haya debido enfrentar Michelle Bachelet en su todavía breve estadía al frente del gobierno trasandino. En un nuevo intento por aventar temores, la presidenta chilena aseguró ayer que trabaja en una política que le garantice, en un plazo de dos años, la independencia del gas argentino. “Para mí es un tema de seguridad nacional”, enfatizó, en un reportaje difundido ayer por la Televisión Nacional en Santiago.
Desde un enfoque mercantilista, algunos observadores lamentaron ayer por lo que Argentina podría dejar de ingresar al perder un contrato de venta de 15 millones de metros cúbicos diarios. Desde una visión estratégica, la posibilidad de que Chile acceda a fuentes alternativas de energía sería una buena noticia para ambos lados. Las reservas de gas argentinas siguen una curva declinante sin que en el panorama aparezcan grandes posibilidades de reposición, salvo algún espectacular e improbable descubrimiento en la plataforma marina.
“En dos años más –aseguró la presidenta– vamos a poder tener algo a lo que aspiramos: Chile tiene que ser capaz de ser independiente desde el punto de vista de la energía.” Agregó que es posible que para entonces Chile siga comprando gas a la Argentina, pero aclaró que simultáneamente habrá otras fuentes proveedoras. Por la creciente demanda interna argentina, Bachelet señaló que había que prevenirse de una posible escasez de oferta y contar con otras fuentes alternativas.
El plan para alcanzar autonomía busca diversificar la matriz energética del país, principalmente con la puesta en marcha hacia 2008 de una planta de regasificación de gas natural licuado (GNL) en la zona central de Chile. El proyecto, que ya fue adjudicado a la firma británica BG Group con una inversión de unos 350 millones de dólares, permitirá traer el hidrocarburo desde cualquier lugar del mundo. La puesta en marcha de la planta, inédita en América latina, se suma a la anunciada explotación de yacimientos de gas natural en el extremo sur de Chile y otras iniciativas privadas.
Las reservas de gas natural fueron descubiertas recientemente en el Lago Mercedes, en la región de Magallanes, al sur del país. La estatal ENAP (Empresa Nacional del Petróleo) espera tener listo en un año un gasoducto de unos 50 km para trasladar ese gas hacia una red de tuberías ya existente, en un proyecto que demandaría una inversión de 22 millones de dólares y aseguraría el abastecimiento de energía en el extremo sur de Chile. Para el norte chileno también existe un plan energético, que está en manos privadas. La empresa Suez Energy Andino, filial de la francesa Suez, anunció recientemente un proyecto por 700 millones de dólares para garantizar el abastecimiento energético del Sistema Interconectado del Norte Grande de Chile. El plan, que debería concluir en 2011, completa alianzas para asegurar el suministro de gasoil, la construcción de una central de generación térmica y una terminal de descarga de petróleo diesel.
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