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Economía|Lunes, 5 de febrero de 2007
HOY DIFUNDEN EL POLEMICO INDICE DE PRECIOS DE ENERO

Llegó el “Día D” para el Indec

El IPC de enero rondaría el 1,2 por ciento, pero no contemplará la totalidad de los aumentos de las prepagas. Los empleados chequearán el comunicado oficial con las cifras que manejan internamente.

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Hoy será un día caliente en la esquina de Diagonal Sur y Perú, donde todos están alertas.

Hoy es el día D para el Indec. El organismo difundirá el índice de precios al consumidor (IPC) de enero, el cual rondaría el 1,2 por ciento. El número no contemplará los aumentos de hasta el 22 por ciento en la medicina prepaga, sino que incluirá un mínimo impacto en el rubro salud. Ese fue un punto clave en el conflicto que desató la remoción de Graciela Bevacqua, la funcionaria encargada hasta hace dos semanas de la elaboración del índice, por decisión de la ministra de Economía, Felisa Miceli.

Hoy será un día caliente en la esquina de Diagonal Sur y Perú, donde los empleados del Instituto de Estadísticas y Censo se encuentran en estado de alerta. Por un lado, después del mediodía, un sector de los trabajadores del Indec convocó a una clase pública sobre “la metodología de construcción del índice”. Por el otro, los delegados de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) anunciaron que esperarán hasta las 16 horas, cuando se difunda el IPC, y que contrastarán el comunicado oficial con los datos que manejan internamente los técnicos del organismo. Si hubiera diferencias, denunciarían públicamente la manipulación del indicador por parte del Gobierno.

Enero es un mes estacionalmente muy complicado para los precios. Porque a las subas del turismo –incluido en el rubro esparcimiento– por las vacaciones, se le agrega el arrastre de precios de los alimentos de diciembre. Pero, además, esta vez hubo aumentos de taxis, cigarrillos, y el anunciado ajuste en las cuotas de la medicina privada.

Este punto fue el que detonó un conflicto entre Bevacqua, ex directora del IPC, con Miceli y, fundamentalmente, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. La funcionaria defendía el impacto pleno de la suba del 22 por ciento en el índice, con el argumento de que los planes con copagos –que sólo aumentarán 6 por ciento prorrateado hasta mayo– son planes de inferior calidad a los ofrecidos hasta ahora por las empresas de medicina privada. Esta situación, sumada a la inquietud que provocó en el Gobierno el “arrastre estadístico” de los alimentos de diciembre en las primeras semanas de enero, gatilló el desplazamiento de Bevacqua, quien pese a ser una funcionaria de carrera no había sido nombrada por concurso en su cargo.

Tanto Bevacqua como el titular del organismo, Lelio Mármora, fueron designados en tiempos en que Roberto Lavagna comandaba el Ministerio de Economía.

Sea como fuere, la decisión de Miceli de nombrar a una persona de su confianza, Beatriz Paglieri –experta en comercio exterior–, en reemplazo de Bevacqua, despertó fuertes sospechas de intento de manipulación de los datos.

Si el comunicado oficial del Indec confirmara hoy que el IPC aumentó alrededor de 1,2 por ciento –por debajo del 1,3 por ciento de enero de 2006– el gran interrogante es cómo reaccionará la línea del organismo, en especial después de que un grupo de trabajadores echara a rodar la versión de que el “índice real” debía ubicarse arriba del 2 por ciento.

Según pudo chequear este diario de diversas fuentes, a partir de la segunda semana del mes, cuando el fuerte arrastre de diciembre en los precios de los alimentos empezó a disiparse, tal versión no tenía asidero. Pero igualmente, el cómputo pleno de las prepagas hubiera llevado al IPC por encima del 1,5 por ciento.

Los delegados de ATE aseguran que respetarán la opinión de los técnicos que los asesoran –que habrían guardado en sobre cerrado el “número real”, y que emitirán opinión luego del comunicado oficial–. El problema es que otro sector de los trabajadores, que se ha mostrado mucho más intransigente y en colisión con ATE, podría salir a denunciar la manipulación política de los números ante cualquier circunstancia, lo cual mellaría aún más la confianza de la gente en un indicador habitualmente fustigado por no reflejar la “realidad de la calle”. Si Miceli insiste en que el desplazamiento de Bevacqua no tendrá marcha atrás y pretende que la reputación del Indec no se esfume, entonces debería llamar a un concurso público para cubrir el cargo vacante.

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