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Economía|Jueves, 30 de diciembre de 2010
El Gobierno volverá a pagar deuda con parte de los activos del Central

La ayuda de las reservas

El Fondea dispondrá de 7504 millones de dólares que se utilizarán para cancelar vencimientos con acreedores privados en 2011. La oposición cuestionó la iniciativa, pese a que sus pronósticos apocalípticos de comienzos de año no se cumplieron.

Por Tomás Lukin
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“No recurrimos ni al endeudamiento externo, ni tampoco al ajuste fiscal”, afirmó Mercedes Marcó del Pont.

El Gobierno volvió a confirmar ayer la utilización de las reservas del Banco Central para cancelar obligaciones con acreedores privados durante el próximo año. A pesar de los anuncios apocalípticos formulados por los gurúes del establishment y el desplazado ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, este año se utilizaron 6569 millones de dólares para pagar deuda e igual las reservas siguieron creciendo. Los activos del Central llegarán este fin de año a 52.500 millones de dólares, 5 mil millones más que cuando se lanzó el Fondo del Desendeudamiento, un nuevo record histórico. A su vez, la inflación se mantuvo elevada pero estable, la fuga de capitales se desaceleró, se preservó el tipo de cambio sin sobresaltos, no se registraron embargos masivos sobre los activos argentinos en el exterior y se llevó adelante una renegociación con los holdouts con un grado de aceptación superior al 70 por ciento.

La reedición del Fondea por 7504 millones de dólares durante 2011 –la totalidad de los vencimientos de deuda con acreedores privados del año próximo– reactivó ayer los mismos argumentos fallidos de comienzos de año. En esta oportunidad los interlocutores fueron los diputados Federico Pinedo (PRO) y Alfonso Prat Gay (Coalición Cívica). “Serán 7500 millones de dólares de nueva inflación. El año pasado dijimos en la Justicia que el uso de reservas iba a generar mucha inflación y así sucedió. Es vergonzoso que la Presidenta insista con estas medidas que castigan a los sectores más vulnerables de la sociedad. Esta decisión generará que haya más pobres en nuestro país”, dijeron ayer en un comunicado conjunto el macrista y el ex empleado de la JP Morgan y ex presidente del Banco Central.

En el directorio de la autoridad monetaria y en el Poder Ejecutivo consideran que el uso de las reservas es un mecanismo legitimado y advierten que “algunos economistas y políticos pretenden que Argentina vuelva a la lógica del endeudamiento externo y abandone la preservación de un tipo de cambio competitivo”. Al mismo tiempo rechazan vincular la inflación con el pago de deuda con reservas.

“No recurrimos ni al endeudamiento externo, ni tampoco al ajuste fiscal como planteaba la oposición, sino que hubo una nueva apuesta para consolidar el crecimiento con distribución del ingreso, pero fundamentalmente atendiendo a los sectores de más bajos recursos”, sostuvo la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. La funcionaria destacó que, a diferencia de la década del noventa cuando el origen del aumento de reservas provenía del endeudamiento externo y como contrapartida en los programas de ajuste del FMI, a partir de 2004 la acumulación de dólares en las cuentas de la autoridad monetaria es el resultado del comercio exterior y la política cambiaria nacional. En ese contexto, las reservas internacionales representan el 15,5 por ciento del PIB, más del doble que el promedio observado entre 1990 y 2001.

En “Debates sobre las reservas: niveles óptimos y usos estratégicos”, un documento publicado recientemente por el Ministerio de Economía, sus autores enfatizan que “el sostenido incremento de las reservas resulta crucial para sustentar el crecimiento económico, mantener protegida la economía y permitir un simultáneo desendeudamiento”. Los economistas Fabián Achával, Gastón Cerrudo y Diego Rozengardt de la Subsecretaría de Programación Económica argumentan teórica y empíricamente a favor del uso de las reservas internacionales y evidencian que el elevado stock existente permite utilizar sin riesgos mecanismos como el Fondea. Desde su visión, “existe un punto a partir del cual la acumulación de reservas deja de ser óptima ya que genera costos adicionales mayores que sus beneficios”.

Superar los niveles óptimos no significa la necesidad de abandonar el mecanismo de acumulación que permite evitar una indeseada apreciación cambiaria sino que esa situación abre espacios de política para utilizar las reservas internacionales sin poner en riesgo la estabilidad económica-financiera. Según las estimaciones realizadas por los especialistas del Palacio de Hacienda, los excedentes en reservas disponibles –calculados a partir de un indicador que contempla la deuda externa de corto plazo, la cantidad de dinero en la economía y las importaciones– alcanzaban a fines del segundo trimestre del año los 8079 millones de dólares, por sobre el nivel óptimo recomendado.

La estrategia utilizada por el gobierno argentino es una política difundida a nivel mundial. En 2009 el gobierno de Japón recurrió a 5 mil millones de dólares de sus reservas para auxiliar empresas durante la crisis. India, China, Singapur y Rusia destinan una porción de sus cuantiosas reservas para financiar obras públicas como autopistas o centrales eléctricas y fondear distintas empresas estatales. En Brasil, México y Uruguay recurrieron a los activos de sus bancos centrales para pagar deuda externa.

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