Los anuncios económicos de ayer tuvieron una reacción nocturna que no pasó a mayores. Por un lado, los manifestantes que comenzaron el día frente a Tribunales exigiendo la renuncia de la Corte Suprema –ver página 9– hicieron escraches frente a las casas particulares de dos de sus miembros y llegaron, pasadas las 21, al Congreso, donde se concentraron pacíficamente frente a las escalinatas. Pasadas las 22, en distintos puntos de la ciudad se vieron grupos de vecinos que salieron con las cacerolas a repudiar la continuación del corralito. Las concentraciones, también pequeñas, se vieron en especial de Rivadavia al sur.