"Bush, fascista, vos sos el terrorista", fue la consigna más escuchada en la concentración.
Como no ocurría desde finales de la dictadura militar, George Bush hijo logró el milagro de unir a los más diversos sectores políticos, sociales y a las organizaciones no gubernamentales, que con distintas consignas y banderas marcharon, juntos y en paz, contra la guerra. Más de diez mil personas, entre piqueteros, asambleístas, partidos de izquierda o miles de manifestantes no encuadrados –incluyendo familias completas– que sólo enarbolaron sus pancartas escritas a mano, sin exponer bandería alguna, marcharon bajo una lluvia tan tozuda como ellos mismos. La multitud, que tomó a la figura del presidente norteamericano como prenda de unidad en el repudio, terminó rodeando el predio que ocupa la embajada de los Estados Unidos en el barrio de Palermo, al lado de la Sociedad Rural. "Bush, fascista, vos sos el terrorista" fue la consigna más escuchada alrededor de las 19, cuando la cabecera de la marcha llegó a destino, luego de recorrer más de veinte cuadras bajo un manto multicolor de paraguas y banderas que midió fuerzas con una tarde invariablemente gris.
"Si el mundo tolera la guerra, no merece la paz", declaró Abul Karim Paz, de la Organización Islámica Argentina, que vestido con el atuendo típico musulmán se ubicó en la cabeza de la marcha. "Las manifestaciones en todo el mundo tienen que parar esta locura. Creemos que Saddam es un dictador y un asesino, pero las armas que tiene se las dio en algún momento los Estados Unidos." Como una muestra de lo heterogénea que fue la manifestación, también marchaba Gabriela Arias Uriburu, quien desde hace varios años viene peleando para retomar el contacto con sus hijos, que fueron llevados a Jordania por su ex marido, de esa nacionalidad. La mujer pidió por un mundo "manejado por niños", habida cuenta de las dificultades que tienen los adultos a la hora de convivir.
Banderas argentinas, de Brasil, Uruguay y otros países limítrofes, se mezclaron con las enseñas nacionales de Irak o Palestina, los emblemas multicolores que levantan en cada marcha gays y lesbianas, y los estandartes rojos de los partidos de izquierda. Los grupos organizados más numerosos fueron los del Polo Obrero y los Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD), Izquierda Unida, la CTA y la Corriente Clasista y Combativa. Una pequeña columna de la organización ecologista Greenpeace se destacaba sin embargo por su coreografía: un gran surtidor de nafta con un "empleado" que llevaba una manguera con forma de fusil y que tenía la máscara del condenado en ausencia George Bush. A su lado se veía un cartel que decía: "Matan por el petróleo".
La comunidad árabe estuvo representada también por la Federación Argentina Arabe, el Centro Cultural Argentino Iraquí, la Mezquita AtTauhid, la Unión de Mujeres Musulmanas y la Casa de Difusión del Islam. "Si no paramos esta guerra, el mundo se convertirá en una trampa mortal para todos nosotros", dijo a este diario una mujer que había concurrido con su marido, vestido con un largo atuendo blanco, y el hijo del matrimonio, que dormía en su carrito de color azul. "Es bueno estar acá, es un acto que emociona, que hace tener esperanzas". Leonor Manso, actriz, miraba pasar la marcha en la esquina de Las Heras y Billinghurst, y luego caminó hasta la embajada, en el cruce de las avenidas Sarmiento y Colombia. "¿Llueve? Y bueno, lo peor es que caigan misiles sobre un pueblo que, como todos los pueblos, es inocente". María, 79 años, explicó porque no se había quedado en su casa de La Boca "haciendo tortas fritas".
Las asambleas, desde Haedo hasta Parque Patricios, desde San Telmo hasta Villa Crespo, se juntaron para decirle "no a la guerra imperialista contra Irak", consigna central de la marcha. "Tenemos que pedir que se vayan todos los que destruyeron la economía argentina y que se vayan todos los que quieren convertir al mundo en un polvorín". Osvaldo Santiago, de Villa Pueyrredón, sintetizó la razón de la presencia de muchos de los grupos que surgieron al calor de la caída de Fernando de la Rúa.
Para Laura Bonaparte, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, la guerra que plantea Estados Unidos "es tan infame que todavía no terminamosde darnos cuenta de lo terrible que puede llegar a ser". Mientras Línea Fundadora iba a la cabeza de la marcha, una columna de la Asociación Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe Bonafini marchaba delante de los grupos de piqueteros. Todos los sectores estuvieron presentes, incluso muchos dirigentes intermedios del peronismo y del radicalismo, aunque sin darse a conocer públicamente. Al frente de la marcha también estuvieron Luis Farinello, las diputadas nacionales Alicia Castro y Patricia Walsh y el actor Juan Palomino.
Todos llegaron hasta el cruce de Sarmiento y Colombia, donde una valla de cemento cortaba toda posibilidad de ingreso. No faltó la quema simbólica de una bandera norteamericana ni una mujer, que dijo tener 68 años y haber "marchado en Estados Unidos contra la guerra en Vietnam" que llevaba como mensaje una fotografía de John Lennon. Las consignas fueron diversas, desde las que pedían por la paz en el mundo, hasta las que concluían con un "a los yanquis los tenemos que matar" o "fuera Bush y el Cabezón", en obvia alusión al presidente Eduardo Duhalde. "Si no paran la guerra les quemamos la embajada", fue el estribillo que acompañó la quema de la bandera norteamericana.
Las únicas disidencias se dirimieron por medio del diálogo:
–Ustedes en vez de estar por la paz, parece que quieren la guerra–le acotó a un grupo de jóvenes una mujer mayor que gritaba "Y Saddam también" cada vez que Bush era llamado "terrorista".
–A veces, a los pueblos no les dan otra alternativa que la guerra. Eso es lo que está pasando en Irak–respondió uno de los chicos, que esbozó una sonrisa como para achicar las diferencias.