El juez Azar, asesinado ayer.
Su muerte conmocionó al país.
El primer juez asesinado en la historia de Israel fue muerto de un tiro a corta distancia afuera de su hogar, anoche, por un hombre en motocicleta que luego escapó. El juez Adi Azar, de 49 años de edad, juez de la Corte de Distrito de Tel Aviv, murió por un disparo que le hicieron al pasar por el tranquilo suburbio de Ramat Hasharon de la ciudad. Los testigos dijeron que el asesino del juez Azar estaba vestido como un guardia de seguridad y que no habían escuchado los dos disparos en el pecho y en la cabeza que lo mataron. Aunque las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa –la organización militante ligada a Al-Fatah de Yasser Arafat– se adjudicó el asesinato, Tommy Lapid, el ministro de Justicia, fue muy escéptico anoche respecto a esa autoría, diciendo: “No existen sospechas de que éste sea un acto de terrorismo”.
Lapid añadió: “Estoy impactado hasta lo más profundo de mi alma. Este es el primer asesinato de un juez en la historia del país, y esto no va a hacer pensar hacia dónde se dirige la sociedad de Israel”. La policía, sin embargo, parecía más abierta sobre el motivo del crimen, y no excluía la posibilidad de que fuera tanto un crimen común o por motivos personales como en razón del conflicto palestino. No hubo informes inmediatos sobre amenazas a la vida de la víctima. Los funcionarios de la corte comenzaron anoche consultas urgentes para aumentar la protección de los jueces. “No recordamos nada tan grave como esto”, dijo el jefe de policía de Tel Aviv, Yossi Sedbon.
El juez Azar solía tratar casos civiles más que penales, y un informe anoche decía que recientemente había sido responsable de asignar casos a otros jueces. Se dijo que un caso relativamente reciente juzgado por él involucraba fondos destinados a ser transferidos a la Autoridad Palestina, que los comentadores sugieren que podría estar conectado con su asesinato si no resulta ser obra del nacionalismo palestino. “Ninguno de los indicios permite pensar que se trate de un atentado palestino”, dijo Lapid, cuando los diputados exigieron una lucha contra el crimen organizado. Por otro lado, el premier Ariel Sharon declaró: “Estoy convencido de que el asesino será detenido rápidamente”. Los israelíes quedaron altamente conmocionados por la muerte del juez, y varias voces de altos mandos policiales consideraron que “si se tratara de un asesinato político, como parecía, la sociedad israelí habría cruzado la línea roja”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.