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El mundo|Domingo, 6 de febrero de 2005
UNA ALIANZA DE SUNNITAS DECIDIO SUMARSE A LA NEGOCIACION CONSTITUCIONAL

Ultima chance de subirse al tren del poder

Irak, donde se espera que chiítas y kurdos se alcen con la mayoría parlamentaria emergente de las elecciones del domingo pasado, empezó a vislumbrar un nuevo escenario cuando una alianza de los minoritarios sunnitas decidió participar en el diálogo para redactar una nueva Constitución.

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Soldados británicos encienden bengalas en Basora para alumbrar a las tropas de tierra en Irak.
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad

Resignándose ante la creciente probabilidad de que una alianza chiíto-kurda tome el control en Bagdad después de las elecciones de la semana pasada, un grupo de partidos mayoritariamente árabes sunnitas anunció ayer que han decidido “en principio” participar en el diseño de una nueva Constitución, aunque hayan boicoteado las elecciones. La Comisión Electoral Central de Irak no logró divulgar ayer nuevos resultados de los comicios, pero dijo que el conteo final sería divulgado el jueves. Subsiguientemente vendría un período de nueve días para resolver quejas sobre el conteo antes de que se certifiquen los comicios.
La coalición de partidos chiítas denominada Alianza Unida Iraquí está en posición de ganar una mayoría de la Asamblea Nacional Iraquí, cuando han sido contabilizados dos tercios de los votos. El grupo de partidos liderado por Iyad Allawi, el primer ministro interino, ha logrado menos de lo que se esperaba, volviendo improbable que Allawi vuelva a ser nombrado para el puesto. Hamed al-Bayati, vicecanciller y figura importante de la Alianza, dijo ayer: “Los chiítas queremos el cargo de primer ministro, insistimos en eso y no vamos a ceder”. Armada bajo los auspicios del gran ayatola Ali al-Sistani, el clérigo chiíta de más alto rango de Irak, la Alianza ha ganado amplísimas mayorías en Bagdad y las nueve provincias sureñas donde los chiítas son mayoría. El voto de las ocho provincias norteñas de Irak está siendo escrutado más lentamente, pero estará dominado por los kurdos.
Los árabes sunnitas se abstuvieron en su mayoría o fueron intimidados fuera de los centros de votación, pero un grupo de partidos articulado pro Adnan Pachachi, anciano estadista sunnita, indicó que podría participar en conversaciones constitucionales. El desenlace más probable de las elecciones será un gobierno basado en un acuerdo entre chiítas y kurdos para repartirse los cargos. Las complejas reglas que gobiernan las acciones de la Asamblea Nacional requieren una mayoría de dos tercios para formar un gobierno. Si la coalición chiíta gana un 50 por ciento de las 275 bancas y la Alianza kurda un 20 por ciento, tendrán una cómoda mayoría.
Probablemente los kurdos estarían más contentos si a Allawi le hubiera ido mejor. Allawi se presentó como el candidato secular y los partidos kurdos, contrariamente a la Alianza Unida Iraquí, nunca han sido religiosos. Los kurdos también quieren un Irak federal y un gobierno central débil de modo de poder disfrutar un grado de autonomía próximo a la independencia. Los partidos chiítas se oponen al federalismo.
En las últimas semanas de la campaña, Allawi parecía estar avanzando pese a su apoyo pleno a los sangrientos ataques estadounidenses contra Najaf y Faluja y a las carencias de electricidad, combustible y agua. Una sorprendente cantidad de iraquíes dijeron que querían votar por él, pero cuando ocurrieron las elecciones esto no se materializó.
El nuevo gobierno tiene similaridades con el del Líbano, con los cargos repartidos según afiliaciones sectarias entre sunnitas, chiítas y kurdos. Un desenlace podría ser el de un kurdo, Jalal al-Talabani, como presidente, y dos vicepresidentes, un chiíta como Ibrahim al-Jaffari, y un árabe sunnita. Estos deben votar en forma unánime para elegir a un primer ministro, posición para la cual el candidato ideal es Adel Abdel Mahdi, el actual ministro de Finanzas del Consejo Supremo por la Revolución Islámica en Irak.
La Alianza Unida Iraquí fue armada por emisarios del ayatola Sistani entre los principales partidos religiosos chiítas, el Consejo Supremo y Dawa, junto al Congreso Nacional Iraquí de Ahmed Chalabi. La mitad de los miembros de la Alianza son independientes.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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