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El mundo|Viernes, 25 de febrero de 2005
EL PAPA FUE OPERADO DE URGENCIA DESPUES DE UNA RECAIDA

Crisis respiratoria y traqueotomía

Juan Pablo II fue hospitalizado por segunda vez en un mes y tuvo que someterse a una traqueotomía para facilitarle la respiración. Es asistido con un respirador artificial. El cardenal Ratzinger invitó a rezar por la salud del Papa.

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El Sumo Pontífice en su biblioteca antes del mayor deterioro de su salud, desde hace diez días.
Juan Pablo II regresó ayer al Policlínico Gemelli aquejado por una nueva crisis respiratoria. Fue sometido con éxito a una traqueotomía para facilitarle la respiración. Pasaba la noche en su habitación del policlínico romano asistido por un respirador artificial. La segunda hospitalización del Papa en este mes se debió a “una recaída” gripal, que se complicó por nuevos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, causados por una estrechez de la laringe”, indicó en su comunicado el Vaticano. Fuentes vaticanas habían indicado antes de la intervención que la situación era “seria”. La frecuencia de las crisis y el frágil aspecto mostrado por el Pontífice en los últimos días inducían al pesimismo. Hoy se difundirá el primer parte médico.
El cuadro clínico del Pontífice “obligó a realizar una traqueotomía para asegurar la ventilación”, señalaba la declaración difundida por el Vaticano. El equipo médico que atendió al Papa decidió realizarle la traqueotomía a pesar del riesgo de infección. Juan Pablo II sufre un estrechamiento de las arterias coronarias que en un paciente menos frágil podría resolverse con un doble by-pass; en el caso del Papa, los médicos consideran excesivamente arriesgada una intervención quirúrgica de ese tipo. “El posoperatorio es regular”, dijo Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede. La traqueotomía no le resta al Pontífice autoridad como jefe de la Iglesia Católica, ya que no es posible suplantarlo si no cumple sus funciones, informaron fuentes eclesiásticas. Dichas declaraciones apuntaron a desalentar las versiones sobre su renuncia.
El Papa se encontraba asistido por un respirador artificial hasta que recupere su ritmo normal respiratorio. “Una vez que el paciente retome la respiración espontánea se le retirará la asistencia mecánica y continuará respirando en forma autónoma”, explicaron fuentes vaticanas. Valls, por su parte, informó que los primeros síntomas de dificultad respiratoria aparecieron el miércoles por la tarde. El Papa, de 84 años, sufrió algunos episodios breves de asfixia esa misma noche y ayer por la mañana, pero no se pensó en internarlo hasta poco antes de comenzar un Consistorio Ordinario para la canonización de cinco beatos. El enfermo fue trasladado al Policlínico Gemelli, el hospital romano que Karol Wojtyla llama Vaticano 3 por las largas temporadas que pasa en él, a bordo de su ambulancia privada y recostado sobre una camilla.
Juan Pablo II, que había anunciado su presencia en el acto, fue sustituido por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado y número dos del Vaticano, quien leyó en nombre del Pontífice un mensaje que decía lo siguiente: “Por motivos de prudencia se me ha aconsejado seguir el acto desde mi apartamento, mediante una conexión interna. Le confío por tanto, cardenal, el encargo de presidir la reunión”.
En ese momento ya circulaban rumores sobre una nueva hospitalización, y la oración en el Consistorio dejó pocas dudas: “Recemos por nuestro Pontífice Juan Pablo II, Dios le conserve y le dé vitalidad”. Según Navarro-Valls, los médicos decidieron internarlo y la urgencia hizo que el cardenal Sodano entrara en el Consistorio sin conocer la noticia. El súbito agravamiento sorprendió a todos. El propio Navarro-Valls había asegurado el martes que Juan Pablo II se encontraba “cada vez mejor”.
La Iglesia Católica bajo el liderazgo de Juan Pablo II ha sido más abierta sobre las dolencias de este Pontífice que cualquier otro. Tradicionalmente, el Vaticano les ha quitado importancia a los problemas de salud del Papa, ante el temor de que se suscite una lucha por la sucesión al trono de San Pedro. Funcionarios italianos de todo el espectro político, evidentemente temiendo que lo peor fuera inminente, ayer se unieron en un coro de preocupación. “Todos los romanos están cerca del Papa en este momento”, dijo Walter Veltroni, el alcalde de Roma. Romano Prodi, el líder de la oposición centroizquierdista, dijo que estaba “muy preocupado” y que ya se había contactado con el cardenal Sodano para expresar su solidaridad. Giulio Andreotti, el más anciano estadista del ahora desaparecido Partido Cristiano Demócrata, dijo que la noticia le causaba una “gran tristeza”. “Oremos por él”, dijo Andreotti.

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