Una de cal y una de arena de W2 en el caso del terrorista que él apoya
Estados Unidos arrestó y tomó custodia de Luis Posada Carriles, el terrorista requerido por Cuba y Venezuela. Fue luego de una multitudinaria marcha en La Habana contra el terrorismo –y la política que lo apaña de EE.UU.–.
La multitudinaria marcha en La Habana, calculada en un millón y encabezada por Fidel Castro.
Cuba se convierte otra vez en un dilema para Estados Unidos. El hombre que renovó las tensiones entre Cuba y Estados Unidos, el terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, fue arrestado ayer a la tarde por agentes del Departamento de Seguridad Interior (DSI) estadounidense, luego de una multitudinaria marcha en La Habana en oposición al terrorismo y la política de EE.UU. “Lo arrestaron como dos horas después de la conferencia de prensa” clandestina que concedió a varios medios de prensa en Miami alrededor de las 13, hora local, según contó su amigo y benefactor Santiago Alvarez. “He vivido durante 30 años en el mundo clandestino”, aseguró Posada durante la conferencia. “Si mi petición de asilo político le causa problemas a Estados Unidos, lo retiraré”, agregó. El DSI confirmó la detención y explicó que se hizo bajo las leyes de inmigración y no bajo cargos de terrorismo. Mientras, Venezuela –con el apoyo de Cuba– demanda su extradición por atentados cometidos en su país.
“Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos tomó custodia de Luis Posada Carriles, cuya revisión de estatus migratorio está pendiente”, explicó el DSI. Recordó que “como política de migración, el ICE generalmente no envía gente a Cuba, ni a países que se cree que actúan en nombre de la isla”. Esto deja a EE.UU. con tres posibilidades: extraditarlo a Venezuela, no definirse y mantenerlo en un limbo legal o buscar otro país que lo refugie. La detención se dio el mismo día que Fidel Castro lideraba una marcha de cientos de miles a través de La Habana para demandar la extradición del militante anticastrista que es buscado por su gobierno por el derribamiento de un avión de una aerolínea cubana en 1976, que dejó 73 muertos. La enorme demostración llegó cuando el militante anticastrista reapareció por primera vez públicamente en Estados Unidos, haciendo comentarios en una entrevista con el diario Miami Herald. Reunido con el periodista en un departamento de lujo, negó su participación en derribamiento del jet en el espacio aéreo venezolano.
Posada, de 77 años, confesó que había entrado a los EE.UU. algunas semanas atrás por tierra a través de México y que había viajado por la línea de micros Greyhound hasta Miami para estar entre los partidarios clandestinos de la larga campaña para destituir al presidente Castro. Las autoridades de EE.UU. habían dicho hasta ayer que no conocían su paradero.
La oleada de manifestantes a lo largo del bulevar costero Malecón en La Habana hizo recordar a las protestas incentivadas por la exitosa campaña de Castro para traer de vuelta a Elián González, el niño que había flotado hasta Florida en balsa del territorio cubano, cinco años atrás. Ayer, los manifestantes cantaban “Bush, fascista, captura al terrorista”. Liderando la marcha en La Habana, Castro proclamó “¡Abajo con el terrorismo! ¡Abajo con las mentiras”. Hablando ayer con periodistas cubanos, Castro castigó a EE.UU. por el asunto. “Esta es la respuesta del imperio –aseguró– dinero para desestabilizar, dinero para actos terroristas, dinero para subversión.”
La historia de Posada es ciertamente confusa. Estaba en la nómina de la CIA antes del bombardeo de 1976 y fue en algún momento el oficial de inteligencia más importante de Venezuela. Luego de haber sido capturado por su supuesta participación en el derribamiento del avión, pagó un soborno para salir de la cárcel. Más tarde fue encarcelado en Panamá por haber intentado asesinar, supuestamente, al presidente Castro en el 2000 pero, luego, recibió un perdón muy controvertido de la entonces presidenta panameña Mireya Moscoso.
“Siento que he cometido muchos errores, más que la mayoría de la gente”, contó al Herald. “Pero siempre he creído en la rebelión, en la lucha armada. Cada vez más estoy convencido de que triunfaremos contra Castro. La victoria será nuestra.” En cuanto al bombardeo del avión, dijo: “Sinceramente, no sabía nada al respecto”. Describiendo su vuelo de Panamá a EE.UU., Posada explicó que primero entró por Guatemala y luego viajó por tierra a través de Belice y México. Entró de contrabando a los EE.UU. por la frontera de Texas algunas semanasatrás. Declaró que casi fue atrapado por oficiales de la aduana estadounidense cuando rodearon su micro con destino a Miami, pero logró persuadirlos de que sólo era un viejo inofensivo que se había olvidado sus documentos de identidad en su casa.
“Pensé que el gobierno de EE.UU. me estaba buscando”, aseguró al diario, mientras comentaba su ansiedad luego de su llegada a Miami. “Ahora me escondo mucho menos. La gente me ha reconocido en el mercado, en la oficina del doctor, principalmente la gente mayor.”