El estado de salud de Ariel Sharon sigue mejorando cada día aunque el primer ministro no recobrará la conciencia “ni dentro de un día ni de dos”, según declaró ayer el neurocirujano argentino Félix Umansky, que se ocupa de su tratamiento. “Cada día hay pequeños progresos. Sus movimientos se realizan con más facilidad, aunque sigue bajo anestesia. Poco a poco nos irá dando más signos de que se recupera”, explicó. Además, Sharon fue sometido ayer a una breve intervención para extraerle el sistema de catéteres empleado para drenar las hemorragias que sufrió, dado que ya no había restos de sangre en su cerebro.
Los resultados de una nueva tomografía computarizada realizada ayer mostraron que no había restos de hemorragia en el cerebro de Sharon, y por ello el drenaje que tenía instalado allí le fue retirado mediante una pequeña intervención quirúrgica ya que era “una fuente posible de infecciones”, según fuentes del hospital Hadassa donde se encuentra internado el premier. “En estos momentos creo que está fuera de peligro. No creo que el primer ministro pueda volver a darnos un susto, aunque no está libre de infecciones urinarias o respiratorias, como cualquier paciente que esté en coma”, declaró Umansky. El experto explicó además que el primer ministro sufrió un pequeño problema de arritmia pero su ritmo cardíaco volvió a la normalidad con medicación, y confirmó que Sharon reaccionó al escuchar la voz de su hijo Gilad, ya que “le subió significativamente la presión arterial en el momento exacto en que le dijo que estaba a su lado”.
Charles Weissman, jefe del departamento de anestesiología y cuidados intensivos del hospital Hadassa, dijo por su parte al diario israelí The Jerusalem Post que Sharon es prácticamente capaz de respirar por sí mismo y sin la ayuda de la máquina a la que continúa sujeto. “El primer ministro es quien dicta a la máquina a la que está sujeto qué hacer con su respiración. El respirador sólo lo ayuda”, declaró Weissman. Sin embargo, la idea de que Sharon despierte en cuestión de días parece lejana para Umansky. “Con enfermos en coma no se puede pedir que apretando un botón, el paciente comience a hablar como si nada. El primer ministro seguirá en la inconciencia y saldrá de ella muy despacio y sin cambios bruscos. Es un proceso que va a durar semanas”, declaró. Los expertos tampoco saben por ahora la gravedad de los daños cerebrales sufridos y llevará “incluso meses” determinar el estado de las capacidades intelectuales de Sharon.
Según el diario The Jerusalem Post, el primer ministro tiene permanentemente abierta una sección del cráneo, que le fue extraída al objeto de poder intervenir con rapidez y drenar los líquidos del cerebro, así como medir la presión intracraneal. A pesar de las preocupaciones iniciales, Sharon da signos de mejoría día a día y los médicos son optimistas. “Sabemos que hay una parte del cerebro que nunca se recuperará, pero no sabemos si tendrá un centímetro o dos (...) Después existe una zona de penumbra donde la actividad cerebral está viva pero no funciona. Esa es la parte que se va a recuperar gracias a nuestros cuidados”, explicó Umansky.
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