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El mundo|Domingo, 21 de julio de 2002
ACORDARON VOLVERLO UNA ZONA NEUTRAL Y DESMILITARIZADA

El Perejil ya está en orden

Bajo mediación del Departamento de Estado norteamericano, España retiró sus tropas del islote de Perejil, disputado con Marruecos.

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Un campesino marroquí frente al cercano Perejil.
España y Marruecos llegaron finalmente a un acuerdo en torno del disputado islote Perejil (“Leila” en árabe), bajo la mediación de Estados Unidos, que pone término a diez días de tensiones diplomáticas entre ambos y representa la vuelta al statu quo anterior al 11 de julio, cuando una docena de gendarmes marroquíes había desembarcado en la isla y plantado la bandera de su país, que las fuerzas españolas mandaron de vuelta a casa y reemplazaron por la propia. Esos 75 soldados españoles que montaban guardia desde el miércoles se replegaron ayer y arriaron su bandera del islote, dado que el acuerdo contempla que el terreno debe ser neutro y desmilitarizado. Horas antes, un joven marroquí llegó a Perejil y colocó dos banderas, aunque los españoles inmediatamente lo devolvieron a Ceuta. Los cancilleres marroquí y español, Mohamed Benaisa y Ana de Palacio, respectivamente, se reunirán mañana en Rabat.
“España y Marruecos han llegado a un acuerdo sobre la isla de Perejil que supone la vuelta al statu quo anterior al mes de julio”, aseguró un comunicado oficial que difundió el gobierno español con la aprobación del gobierno de Marruecos. “El gobierno de España agradece al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, el trabajo realizado para facilitar dicho acuerdo.” La intervención de Powell desde el viernes significó un paso adelante en la resolución del conflicto diplomático. Por su parte, Powell ayer declaró que “Estados Unidos da la bienvenida al acuerdo alcanzado por Marruecos y España sobre el islote de Perejil”. La decisión consensuada significa de facto que el islote –de 13,5 hectáreas y situado a unos 200 metros de la costa de Marruecos– es un territorio neutral, que no puede ser ocupado militarmente por ninguno de los países y que tampoco puede haber allí una bandera nacional. Tras el anuncio del acuerdo, los 75 legionarios que permanecían en el islote desde el pasado miércoles se retiraron a sus bases en Ceuta, con lo que la isla ha vuelto a su situación de desmilitarización de antes del 11 de julio. Los militares españoles retiraron también las dos banderas nacionales que habían colocado en el islote, tras retirar en su momento las que habían sido colocadas por los soldados marroquíes, con el fin de no dejar ningún símbolo ni objeto que pueda interpretarse como una reclamación de soberanía. Poco antes del acuerdo, las cosas parecieron en peligro por el joven marroquí que se acercó en una pequeña barca a la isla y logró colocar dos banderas de su país; también hubo signos de que Marruecos quería lograr más de lo que finalmente logró.
España había exigido en todo momento garantías de que Marruecos no volvería a ocupar la isla antes de evacuar a sus soldados, que desde el pasado miércoles eran increpados por algunos marroquíes apostados en la cercana costa norteafricana. El acuerdo llegó tras dos días de intensas conversaciones de Powell con el rey de Marruecos, Mohamed VI, y la canciller española, Ana de Palacio, sin que en ningún momento se produjera ningún contacto directo entre marroquíes y españoles desde el desalojo de los soldados del reino alauita por fuerzas españolas. Según el diario madrileño El País, España tenía el propósito de alcanzar un acuerdo antes de la reunión que mañana mantendrá el Consejo de Ministros de Exterior de la Unión Europea en Bruselas.
De Palacio se reunirá mañana en Rabat con su colega marroquí Benaisa para concretar el acuerdo. España quiere que el acuerdo se refiera sólo al caso del islote, mientras que para Rabat, el litigio con Madrid se refiere también a otras islas bajo soberanía española (las Chafarinas y dos islotes) y a los dos enclaves españoles en territorio marroquí, Ceuta y Melilla. El acuerdo supone el fin de una crisis que comenzó el pasado 11, cuando una docena de gendarmes marroquíes desembarcaron en el islote Perejil con la intención de colocar un “puesto de observación” en el marco, según Rabat, de la “lucha contra el terrorismo”. Madrid denunció la acción como “una acto inamistoso e incompatible” con el Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Marruecos de 1991 y la consideró una rupturadel acuerdo tácito por el que el islote, de apenas 13 hectáreas, debía permanecer desmilitarizado.

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